Bogotá en tiempos de Rock al Parque
El recorrido histórico que tuvo que hacer el evento para convertirse en uno de los certámenes musicales al aire libre más grandes del planeta.
Bertha Quintero Medina
En 1990, Bogotá, con una población de cinco millones de habitantes, en medio de un país en guerra, cercado por el narcotráfico y el terrorismo, suspendió los conciertos masivos, dificultando la circulación de las agrupaciones. La sociedad y los estamentos oficiales estigmatizaron a los jóvenes en general y particularmente a los seguidores del rock. Por influencia de la Constituyente del 91, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT) promovió acciones buscando un mayor reconocimiento de las artes en Bogotá y la participación de los jóvenes en la oferta oficial. (Le puede interesar: Rock al Parque 2018 anuncia la programación final).
En 1992 se lanzó una convocatoria pública para identificar los gustos musicales de estos jóvenes, cuyos resultados sorprendieron por el número de bandas rockeras. La entidad dio una respuesta inmediata organizando el Primer Encuentro Música Joven Santa Fe de Bogotá, en la sala Oriol Rangel del Planetario Distrital. Hicieron su entrada por primera vez a este espacio las guitarras eléctricas con grupos como La Derecha, 1.280 Almas y Andrea Echeverri, entre otros.
El festival realizó un segundo encuentro entre el 9 de junio y el 1º de julio de 1993, en el que participaron 19 agrupaciones, entre las que se destacaron Sangre Picha, Monóxido y los Aminoácidos, El Duodeno y sus Intestinos, de Ramiro Meneses, Ekhymosis, Ex-3, Marlo Hábil, La Catedral, Yuri Gagarin, Carpe Diem, La Derecha, Juanita Dientesverdes, Bajo Tierra y Los Árboles.
En este marco, el cantante de La Derecha, Mario Duarte, y el empresario Julio Correal solicitaron apoyo para contar con escenarios que dieran cabida a un mayor número de asistentes, condiciones técnicas apropiadas y una organización logística. La Subdirección de Fomento y Desarrollo Cultural del IDCT se dio a la tarea de organizar un primer “gran” festival de rock que cumpliera con estas expectativas.
Primer Festival Rock al Parque
La propuesta de estos puntos fue aprobada por la dirección del instituto y la Alcaldía Mayor de Bogotá: formular políticas para el fomento de las prácticas artísticas de los jóvenes, impulsar la organización de las agrupaciones y el surgimiento de nuevas bandas, fomentar el trabajo de los gestores culturales y crear nuevos públicos con la gratuidad.
De 128 bandas, con los nombres más particulares e ingeniosos (como Basura, Flores Negras de Frenocomio, La Santa Biblia, Bastard, N.P.I., Sangre Picha, Escoria, Morgue, Víctima, Pitbull, Arsenal, Agony, y otras como El Ático, Fuera de Límite, Hades, Minga Metal, Dogma, Tom Abella y Cabeza de Jabalí), se escogieron 40 locales, entre aficionadas y semiprofesionales, y se invitó a los internacionales Fobia de México y Seguridad Social de España. El festival se realizó durante cuatro días, entre el 26 y el 29 de mayo, en tres escenarios simultáneos y con una asistencia de 6.000 personas. (Le recomendamos leer: SITP habilitará ruta para asistentes a Rock al Parque).
A partir de 1995, el festival se ha realizado de manera ininterrumpida y se proyecta nacional e internacionalmente como el festival gratuito de mayor asistencia en América Latina. Desde Doctor Krápula hasta Bomba Estéreo, desde Los de Adentro, Sanalejo y Victoria Sur hasta Chucho Merchán, así como bandas fusión de hip hop, ska y punk hasta blues, reggae e indie, han pasado por él.
Hoy, en una Bogotá que pasa de ocho millones de habitantes, el rock tiene una presencia viva con más de 10 festivales locales y la más alta asistencia de públicos a conciertos oficiales frente a los demás géneros, donde el metal reúne la mayor cantidad de seguidores.
Para la edición número 24
Este año, la edición 24 de Rock al Parque mantiene el estilo característico del festival, pero trae grandes apuestas musicales, y así lo refleja su programación, con bandas como HMLTD, del Reino Unido; Quentin Gas & Los Zíngaros, de España; Dancing Mood, de Argentina; Antibalas, de EE.UU.; Descartes a Kant, de México, o la artista transgénero Liniker e os Caramelows, de Brasil. (También puede leer: Rock al Parque 2018: esta es la agenda académica).
El sábado 18 de agosto, como es tradición, el festival dedicará sus tres tarimas a lo mejor del metal distrital, nacional e internacional, presentando a dos de las bandas suecas más importantes y legendarias: Dark Tranquillity y Dark Funeral, que además se encargarán de cerrar la tarima principal ese día (Escenario Plaza). Dos exponentes del death metal actual, Suffocation y Cattle Decapitation, de Estados Unidos, también compartirán escenario (el Bio), y esta primera jornada de programación contará adicionalmente con la celebración de los cumpleaños de dos invitadas colombianas: los 30 años de Masacre de Medellín y los 20 de Skull de Cali.
Para el domingo 19 de agosto, las apuestas musicales serán el plato fuerte y los asistentes podrán presenciar cómo Rock al Parque se conecta cada vez más con lo que está pasando afuera en la nueva música. Sin embargo, se mantendrá la esencia del rock con una fuerte oferta de hardcore y metalcore, representados por agrupaciones de amplia trayectoria como las estadounidenses Walls of Jericho y Suicide Silence. Las apuestas se podrán vivir en el Escenario Eco, con bandas como The Inspector Cluzo, de Francia, y la esperada Pussy Riot, de Rusia. A su vez, en el Escenario Bio, el público podrá presenciar el potente show del roquero congolés Jupiter & Okwess y los sonidos callejeros de Antibalas, y para los amantes del reggae y el ska habrá un cierre inigualable con la agrupación paisa Donkristobal & The Warriors y la latinoamericana Dancing Mood, liderada por el reconocido músico argentino Hugo Lobo.
Para cerrar esta edición del festival, el lunes 20 de agosto se presentará Pennywise, lanzando su álbum Never Gonna Die.
Otra de las novedades de Rock al Parque el lunes 20 estará a cargo del escenario Eco, que por ese día se convierte en el Escenario Femenino, presentando a bandas integradas o lideradas por mujeres, como Descartes a Kant; V for Volume, de Bogotá; Bala, de España; Durazno, de Bogotá; La Chiva Gantiva, y Liniker e os Caramelows.
En 1990, Bogotá, con una población de cinco millones de habitantes, en medio de un país en guerra, cercado por el narcotráfico y el terrorismo, suspendió los conciertos masivos, dificultando la circulación de las agrupaciones. La sociedad y los estamentos oficiales estigmatizaron a los jóvenes en general y particularmente a los seguidores del rock. Por influencia de la Constituyente del 91, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT) promovió acciones buscando un mayor reconocimiento de las artes en Bogotá y la participación de los jóvenes en la oferta oficial. (Le puede interesar: Rock al Parque 2018 anuncia la programación final).
En 1992 se lanzó una convocatoria pública para identificar los gustos musicales de estos jóvenes, cuyos resultados sorprendieron por el número de bandas rockeras. La entidad dio una respuesta inmediata organizando el Primer Encuentro Música Joven Santa Fe de Bogotá, en la sala Oriol Rangel del Planetario Distrital. Hicieron su entrada por primera vez a este espacio las guitarras eléctricas con grupos como La Derecha, 1.280 Almas y Andrea Echeverri, entre otros.
El festival realizó un segundo encuentro entre el 9 de junio y el 1º de julio de 1993, en el que participaron 19 agrupaciones, entre las que se destacaron Sangre Picha, Monóxido y los Aminoácidos, El Duodeno y sus Intestinos, de Ramiro Meneses, Ekhymosis, Ex-3, Marlo Hábil, La Catedral, Yuri Gagarin, Carpe Diem, La Derecha, Juanita Dientesverdes, Bajo Tierra y Los Árboles.
En este marco, el cantante de La Derecha, Mario Duarte, y el empresario Julio Correal solicitaron apoyo para contar con escenarios que dieran cabida a un mayor número de asistentes, condiciones técnicas apropiadas y una organización logística. La Subdirección de Fomento y Desarrollo Cultural del IDCT se dio a la tarea de organizar un primer “gran” festival de rock que cumpliera con estas expectativas.
Primer Festival Rock al Parque
La propuesta de estos puntos fue aprobada por la dirección del instituto y la Alcaldía Mayor de Bogotá: formular políticas para el fomento de las prácticas artísticas de los jóvenes, impulsar la organización de las agrupaciones y el surgimiento de nuevas bandas, fomentar el trabajo de los gestores culturales y crear nuevos públicos con la gratuidad.
De 128 bandas, con los nombres más particulares e ingeniosos (como Basura, Flores Negras de Frenocomio, La Santa Biblia, Bastard, N.P.I., Sangre Picha, Escoria, Morgue, Víctima, Pitbull, Arsenal, Agony, y otras como El Ático, Fuera de Límite, Hades, Minga Metal, Dogma, Tom Abella y Cabeza de Jabalí), se escogieron 40 locales, entre aficionadas y semiprofesionales, y se invitó a los internacionales Fobia de México y Seguridad Social de España. El festival se realizó durante cuatro días, entre el 26 y el 29 de mayo, en tres escenarios simultáneos y con una asistencia de 6.000 personas. (Le recomendamos leer: SITP habilitará ruta para asistentes a Rock al Parque).
A partir de 1995, el festival se ha realizado de manera ininterrumpida y se proyecta nacional e internacionalmente como el festival gratuito de mayor asistencia en América Latina. Desde Doctor Krápula hasta Bomba Estéreo, desde Los de Adentro, Sanalejo y Victoria Sur hasta Chucho Merchán, así como bandas fusión de hip hop, ska y punk hasta blues, reggae e indie, han pasado por él.
Hoy, en una Bogotá que pasa de ocho millones de habitantes, el rock tiene una presencia viva con más de 10 festivales locales y la más alta asistencia de públicos a conciertos oficiales frente a los demás géneros, donde el metal reúne la mayor cantidad de seguidores.
Para la edición número 24
Este año, la edición 24 de Rock al Parque mantiene el estilo característico del festival, pero trae grandes apuestas musicales, y así lo refleja su programación, con bandas como HMLTD, del Reino Unido; Quentin Gas & Los Zíngaros, de España; Dancing Mood, de Argentina; Antibalas, de EE.UU.; Descartes a Kant, de México, o la artista transgénero Liniker e os Caramelows, de Brasil. (También puede leer: Rock al Parque 2018: esta es la agenda académica).
El sábado 18 de agosto, como es tradición, el festival dedicará sus tres tarimas a lo mejor del metal distrital, nacional e internacional, presentando a dos de las bandas suecas más importantes y legendarias: Dark Tranquillity y Dark Funeral, que además se encargarán de cerrar la tarima principal ese día (Escenario Plaza). Dos exponentes del death metal actual, Suffocation y Cattle Decapitation, de Estados Unidos, también compartirán escenario (el Bio), y esta primera jornada de programación contará adicionalmente con la celebración de los cumpleaños de dos invitadas colombianas: los 30 años de Masacre de Medellín y los 20 de Skull de Cali.
Para el domingo 19 de agosto, las apuestas musicales serán el plato fuerte y los asistentes podrán presenciar cómo Rock al Parque se conecta cada vez más con lo que está pasando afuera en la nueva música. Sin embargo, se mantendrá la esencia del rock con una fuerte oferta de hardcore y metalcore, representados por agrupaciones de amplia trayectoria como las estadounidenses Walls of Jericho y Suicide Silence. Las apuestas se podrán vivir en el Escenario Eco, con bandas como The Inspector Cluzo, de Francia, y la esperada Pussy Riot, de Rusia. A su vez, en el Escenario Bio, el público podrá presenciar el potente show del roquero congolés Jupiter & Okwess y los sonidos callejeros de Antibalas, y para los amantes del reggae y el ska habrá un cierre inigualable con la agrupación paisa Donkristobal & The Warriors y la latinoamericana Dancing Mood, liderada por el reconocido músico argentino Hugo Lobo.
Para cerrar esta edición del festival, el lunes 20 de agosto se presentará Pennywise, lanzando su álbum Never Gonna Die.
Otra de las novedades de Rock al Parque el lunes 20 estará a cargo del escenario Eco, que por ese día se convierte en el Escenario Femenino, presentando a bandas integradas o lideradas por mujeres, como Descartes a Kant; V for Volume, de Bogotá; Bala, de España; Durazno, de Bogotá; La Chiva Gantiva, y Liniker e os Caramelows.