Carin León: “Abrazo el demonio del ‘hate’. La oscuridad también es necesaria”
El músico de regional mexicana disfrutó de una parranda vallenata en su paso por Colombia y luego lanzó un álbum, en el que incluyó al compositor Wilfran Castillo. En este trabajo también exploró sonidos como rock, pop y country. En entrevista para El Espectador habló sobre la influencia de estos ritmos y sus ángeles y demonios.
Alberto González Martínez
Esa imagen surrealista la asocié con un par de cosas. Podría representar los golpes que le ha dado la vida y que lo han dejado con la boca chueca. También la boca de un borracho mexicano cuando habla. En realidad, es algo más personal. Es una referencia a las críticas a Carin León por cantar con la boca chueca.
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Esa imagen surrealista la asocié con un par de cosas. Podría representar los golpes que le ha dado la vida y que lo han dejado con la boca chueca. También la boca de un borracho mexicano cuando habla. En realidad, es algo más personal. Es una referencia a las críticas a Carin León por cantar con la boca chueca.
“Lo que quiero siempre con mi música es justamente eso, que la gente se cuestione. Siento que ese es un problema que tenemos ahorita. La gente no se cuestiona nada y acepta las cosas tal cual se las tiran”, expresó el músico desde México, en entrevista para El Espectador, sobre la portada de su nuevo álbum, Boca chueca Vol. 1.
Su portada y sus demonios
Carin se veía tranquilo. Parecía dichoso de contestar las preguntas, aunque ya había dado varias entrevistas a otros medios. Parecía estar habituado como a las críticas que dice que ha aprendido a recibir. Su portada nació precisamente de un meme que se burlaba de su forma de cantar con la boca chueca. Ha tenido este gesto desde siempre, pero se viralizó luego de una entrevista con el estadounidense Jimmy Fallon.
—Ya acepté que tú vas a estar ahí. Moléstame, no pasa nada, voy a estar aquí firme —dijo en un tono de tranquilidad con el que se hacía difícil no creerle—. Esa es la idea de la portada y el nombre de este álbum. Que lo que para ti es una crítica, para mí es lo que da fuerza e identidad al personaje. Es abrazar a ese demonio y al hate. Es ver que también la oscuridad es necesaria para que haya luz.
—¿Qué otros demonios lo acechan?
—Creo que los de todos: la ambición, las ganas de trabajar y todas estas cosas que a uno le cuestan y lo hacen sentir culpable. El principal demonio que tenemos es el temor a dejar de ser nosotros, porque el ojo público nos da un chingo de miedo. No los puedes eliminar, entonces uno aprende a vivir con ellos.
Su nuevo disco y sus brillos
La luz le ha llegado de muchas maneras. Premios, millones de discos vendidos, liderar listados musicales y más reconocimientos. El más reciente fue especial. Mick Jagger, el icónico vocalista de The Rolling Stones, lo felicitó después de que cantara una canción de Bob Dylan mientras hacía de telonero a los estadounidenses. Según le contó a la youtuber Adela Mincha, el cantante le dijo: “Muy cool tu show”.
León ha estado influenciado por el sonido de los Stones y del rock. Lo demuestra en su reciente producción, en la que incluyó 19 canciones en apenas su primera versión. Una extensión poco frecuente en esta época de consumo rápido. También explora otros sonidos como el pop, el country y el soul.
—¿Qué música no imaginaría uno que escucha Carin León?
—Voy cambiando por tiempo. Escucho Silvio Rodríguez a diario, mi artista favorito. Alejandro Fernández en lo popular. Últimamente he escuchado mucho Los Delinqüentes, a Journey. Es muy variado todo lo que escucho —indicó el mexicano mientras inesperadamente comienza a flaquear la señal de la videollamada.
Su paso por Colombia y la bohemia vallenata
Carin visitó Colombia recientemente en su gira por varias ciudades del país. A Medellín la describió como un “ambiente enérgico y urbano”, a Bogotá la comparó con Ciudad de México y de Valledupar dijo estar encantado por la parranda vallenata que vivió. Fue durante el reciente Festival Vallenato, en compañía de los cantantes Silvestre Dangond y Carlos Vives. “Fue una bohemia vallenata preciosa”, aseguró.
Los videos se viralizaron en redes por un par de razones. Una de ellas, porque se cantó una canción de hace 50 años en la que critica al escritor Gabriel García Márquez. La otra porque a Carin se le vio cantando otras canciones vallenatas con su estilo regional mexicano. No era algo nuevo para él. Quería saber más detalles de esa noche. Cuando formulaba la siguiente pregunta, de repente, se cortó la reunión virtual.
—Disculpas por la interrupción —dije luego de iniciar otra videollamada y pensando que el fallo técnico, en realidad, no era mi culpa.
—Ah, no te preocupes, —respondió de la manera más afable posible, sin un síntoma de disgusto por el contratiempo. Luego seguí con el tema de Wilfran Castillo—. Para mí es de los compositores más chingones que tenemos en Latinoamérica. Soñaba con grabarle una canción (inédita), ya que he hecho reversiones (covers) de su música. Hay como unas cuatro más de Wilfran que están ahí guardaditas y que, de hecho, en la segunda parte (del álbum) vienen otras dos, si no me equivoco. Es de las personas más sensibles que conozco, que tienen en la pluma carne viva.
—Hace rato no le escuchaba una buena letra a Wilfran. Parece que se la estuviera guardado —pregunté tratando de retomar el ritmo de la conversación, y se rio, pero, como algo premonitorio, el internet flaqueó nuevamente—. ¿Cómo te llegó ese gusto por el vallenato?
—El contacto que tenemos en México con el vallenato ha sido muy constante y mucha gente no lo sabe. Ha habido muchas reversiones de canciones vallenatas que han sido hits en México y que la gente no conoce las versiones originales... —respondía mientras se cortaba nuevamente. El problema estaba en mi conexión.
No pudimos retomar la conversación y quedaron varias preguntas en el tintero. Qué pensó sobre la canción que criticaba a Gabo, si lo había leído alguna vez o si pretendía en algún momento grabar al lado de un vallenato. Espero lo responda en otra oportunidad sin tantas dificultades o que me sorprenda nuevamente cuando publique su Boca chueca Vol. 2.