Chuty, cuando dios rapea para ateos
Sergio Castro Gisbert, más conocido como Chuty o “dios” en el mundo del freestyle, se coronó campeón internacional de la FMS que se celebró en Bogotá. ¿Cómo logró el título? Su relación con el público da pistas sobre los pasos que la industria colombiana ha dado para la profesionalización definitiva del feestyle.
Joseph Casañas Angulo
Chuty llegó a definirse a sí mismo como un “Tryhard”, una palabreja usada en el mundo de los videojuegos para describir a alguien que se toma el juego demasiado en serio y que hará todo lo posible para ganar o demostrar que experto. Un dios. Eso, dice, no le permitió disfrutar con plenitud todas las victorias del pasado.
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Chuty llegó a definirse a sí mismo como un “Tryhard”, una palabreja usada en el mundo de los videojuegos para describir a alguien que se toma el juego demasiado en serio y que hará todo lo posible para ganar o demostrar que experto. Un dios. Eso, dice, no le permitió disfrutar con plenitud todas las victorias del pasado.
Sin embargo, el Chuty que este domingo 12 de marzo en Bogotá obtuvo el campeonato internacional de FMS, el primero que obtiene en esta competencia, planea algo diferente. “Disfrutarlo porque nunca se sabe cuándo va a ser el último y si este es el último, pues qué último”, dijo el freestyler de Madrid luego de derrotar en la final al rapero argentino Thomas Nahuel Antonelli, mejor conocido como Mecha, el actual campeón de Red Bull Batalla en Argentina.
“Dios”, el mote que se ganó en el mundo del freestyle, llegó a Bogotá con el cartel de favorito colgado en la espalda, sin embargo, si nos inventáramos un ranking caprichoso para hablar de los “más favoritos”, por encima suyo estaba su compatriota Gabriel Sánchez Poyal, Gazir, el niño genio del freestyle que llegó a Colombia para defender el título mundial de FMS que obtuvo en 2022. De hecho, hace un mes, Gazir había derrotado a Chuty en la final de FMS en España y por eso, el MC de Oviedo tenía algunas moneditas de más en el pozo de las apuestas.
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En el camino para llegar a la final Chuty derrotó a Zaina en octavos, a Rapder en cuartos, y a Gazir en la semifinal. Y para quedarse con el anillo de campeón de esta temporada, fueron necesarias cinco réplicas, pues Mecha le plantó cara y lo exigió al máximo. “He trabajado mucho para físicamente poder aguantar con 30 años lo que no pude aguantar con 27″, dijo Sergio Castro Gisbert, nombre de pila de Chuty.
Anoche, en la Capa de las Américas de Corferias, por momentos la relación entre el público y Chuty fue crispada. El español reclamó algunos gritos de más para sus rimas, pidió respeto por algún competidor que estaba haciendo abucheado y le habló público más joven. Un público que por momentos no cree ni siquiera en dios.
“Para los que tengan más de 30 años y les importe la argumentación (…) Ya lo que falta es que silbéis, no pasa nada. Yo me la banco solo, no pasa nada”, dijo en alguna de las réplicas con Mecha. Y algo de razón tenía en sus reclamos, porque fue justo en esa batalla final que el MC de Vallecas tiró las barras con más contenido de la noche. Recordemos un par.
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Cuando Mecha le dijo que era un campeón con fecha de caducidad, le respondió: “Los campeones no duran para siempre en el free, los campeones no, pero las leyendas sí”.
Y, en un punto que la batalla llevó el discurso a la toxicidad de las redes, tiró esta rima: “Aquí hay gente con vidas y con caras reales, las redes quieren que pierda, pero ellos quieren que gane”, señalando al público con el que, aunque discutió al final se echo al bolsillo sin rimas populistas o recursos fáciles.
“Si realmente pensara que el público de Colombia no me quiere o no me quiere dejar ganar, no me apuntaría a Red Bull el año en el que la internacional es en Colombia”, dijo al cierre del evento. Vale la pena recordar que, si Chuty gana la Red Bull en su país, este año, en diciembre, estará de regreso en Bogotá para buscar el único título internacional que le ha sido esquivo.
Antes del evento de este fin de semana, algún ruido había en redes sociales por el desbordado favoritismo que el público pudiera demostrar a los competidores locales como Lokillo o Valles-T, quienes fueron eliminados en la primera ronda. Sin embargo, en la Capa de las Américas el público colombiano dejó ver otra cara.
Héctor Herranz Cuesta, Eude, quien hace parte de Urban Roosters, la multinacional española que organiza FMS, se refirió al público colombiano que acompañó los tres días de feestyle puro en la Bogotá. “Ni en los mejores sueños pudo haber un público mejor. Colombia es un país que se merecía su liga y se merecía la final de la temporada. Es el mejor público del mundo”.
Cosas similares dijeron los freestyler Lobo Estepario, de México y Larrix, de Argentina.
“El público de Colombia se reportó. Espero que este sea un antes y un después en el freestyle. Muy buen público. Se festejan las rimas con mucha locura, se parece al público argentino”, dijo Larrix. “Le hicieron ruido a todos. Los públicos de otros países deberían aprender y que vengan a apoyar a la gente, por encima de sus preferencias”, señaló Lobo.
¿Por qué a Chuty le dicen dios?
Nadie, ni siquiera el protagonista de estas líneas, tiene claro en qué momento de la historia, de su historia, el personaje se separó de la persona. Sergio Castro Gisbert, que nació en Madrid en 1993, se describe como un tipo más bien tímido, introvertido, inseguro de sí mismo y con una dificultad suprema para hablar en público. Sin embargo, cuando Chuty, su álter ego, se sube a una tarima a hacer freestyle rap, Sergio queda paralizado y de repente se suelta una bestia. Una máquina de rimar que lleva 13 años domando las figuras literarias y las palabras improvisadas sobre una base de hip hop.
Chuty, a diferencia de Sergio, es prepotente, agresivo, sinvergüenza, retador y omnipresente. Dentro del circuito mundial de freestyle dicen que es un dios, uno injusto, castigador y vengativo. Un dios capaz de minar la seguridad de sus oponentes para imponer su voz y que, con una frialdad propia de un asesino a sueldo, logró subyugar la lengua de Cervantes para hacerse un lugar en la historia del freestye
“El personaje que compite es muy diferente al que soy en el día a día. Mi personalidad es opuesta. Es una manera de complementar mis experiencias y vivencias. Tengo una vida tranquila y normal. Los momentos de desahogo los vivo en la tarima, y eso se complementa bien con mi forma de ser. Si Sergio es quien se sube al escenario no ganaría ninguna batalla”.
En la final de FMS los vimos ambos. Al administrador de empresas inexpresivo y ponderado que le reclamó sensatez a un público en formación, y un rapero al que llaman dios que no tuvo compasión y que con fuego en la boca no dejó a ningún ateo en su paso por Bogotá.