Controversia por presencia de músico chavista en Rock al Parque 2017
Paul Gillman, figura indiscutible del rock del continente, lleva casi dos décadas defendiendo la revolución bolivariana. Ha sido muy criticado por su cercanía con el gobierno venezolano, en medio de la profunda crisis que atraviesa ese país, por lo que en redes sociales se libra una batalla para sacarlo del festival.
Redacción Música.
Poco a poco, el festival de rock más importante de Latinoamérica revela las cartas para su edición de este año. Como es costumbre, el primer anuncio estuvo enfocado en las bandas de rock duro, y uno de los nombres que se coló dentro de ese primer grupo de artistas fue el de Paul Gillman, un ícono indiscutible del rock venezolano y del continente. Desde el momento en que la organización del festival anunció que Gillman venía, varias personas pusieron el grito en el cielo por su presencia en la tarima del certamen musical más importante de Bogotá. ¿Y por qué? La raíz de las críticas radica en que Gillman es un músico abiertamente ligado al gobierno venezolano, y desde hace unos 20 años ha sido cercano a las ideas revolucionarias promulgadas por Hugo Chávez. (Leer Rock al Parque 2017: este es el afiche oficial).
Fue tal la cercanía de Gillman al movimiento bolivariano que, en 1999, una vez Chávez se erigió como presidente de Venezuela, su banda se transformó por completo al punto de cambiar su nombre y sus músicos por unos que estuvieran alineados con las ideas revolucionarias. Así las cosas, todos los integrantes de su banda se fueron y Paul buscó otros que, como él, estuvieran enamorados de esa utopía que pintaban los líderes de izquierda cuando el milenio estaba por cambiar. El nombre de la banda también se modificó, y en adelante fue conocida como "Paul Gillman y su banda bolivariana".
El tiempo pasó y Gillman paulatinamente empezó a cambiar de público. Cada vez estaba más presente en tarimas políticas, rodeado por decenas de líderes con camisetas rojas, al tiempo que se alejaba de las presentaciones musicales. Por esos años, aproximadamente de 2003 en adelante, su producción artística se centró en la férrea defensa de la revolución bolivariana y las ideas chavistas. Para él, siempre le ha escrito a Venezuela, pero al escuchar su música evidentemente le canta a las ideas políticas con que se casó. Tal ha sido su cercanía con el movimiento bolivariano, que en múltiples ocasiones se le vio en la misma tarima abrazado con Chávez, e incluso hace menos de tres meses Nicolás Maduro lo nombró “el rey del rock nacional” durante una de sus alocuciones.
Esa cercanía con el chavismo fue la misma que lo alejó de Colombia, un país más que acostumbrado a ver la paja en el ojo ajeno. Entonces, decenas de internautas colombianos empezaron a pedir la salida de Gillman de Rock al Parque, una tarima por la que han pasado miles de artistas con miles de ideas políticas en sus cabezas, y nunca se les exigió un examen previo de geopolítica.
La punta de lanza de la campaña para protestar por la presencia del metalero venezolano fue Julio Correal, gestor cultural y uno de los padres del festival. Y así fue. Correal hizo uso de ese “derecho paterno” sobre el certamen, y durante días ha lanzado en su Twitter una infinidad de argumentos, y hasta insultos, para pedir la salida del músico venezolano de cartel. De hecho, en su cruzada llegó a chocar con Chucky García, curador de Rock al Parque, a quien le cuestionó por la elección del músico para la edición de este año.
Los trinos son de todo tipo y tono. En unos, Correal critica de frente las ideas de Gillman, algo que fue aprovechado por quienes se oponen a la idea de que saquen al venezolano del festival, quienes le recordaron cuando trajo a artistas como Calle 13 o Manu Chao, que también han apoyado sin problema a la izquierda latinoamericana. En otros, Correal prefiere hablar de la situación en Venezuela: los disturbios, los gases lacrimógenos, el desabastecimiento de alimentos y, claro, los hasta ahora 39 muertos que han dejado las protestas.
Y aunque, según Correal, Idartes optó por cancelar la presentación de Gillman en Rock al Parque, aún no es una decisión oficial y el venezolano sigue siendo parte del festival, en el que celebrará su título de leyenda del rock continental con 40 años de carrera artística. Asimismo, Gillman estará en Colombia antes del festival para hacer parte -junto a Adrián Barilari, voz de Rata Blanca- de la serie de homenajes a Elkin Ramírez, “el titán” de Kraken fallecido hace cuatro meses.
Poco a poco, el festival de rock más importante de Latinoamérica revela las cartas para su edición de este año. Como es costumbre, el primer anuncio estuvo enfocado en las bandas de rock duro, y uno de los nombres que se coló dentro de ese primer grupo de artistas fue el de Paul Gillman, un ícono indiscutible del rock venezolano y del continente. Desde el momento en que la organización del festival anunció que Gillman venía, varias personas pusieron el grito en el cielo por su presencia en la tarima del certamen musical más importante de Bogotá. ¿Y por qué? La raíz de las críticas radica en que Gillman es un músico abiertamente ligado al gobierno venezolano, y desde hace unos 20 años ha sido cercano a las ideas revolucionarias promulgadas por Hugo Chávez. (Leer Rock al Parque 2017: este es el afiche oficial).
Fue tal la cercanía de Gillman al movimiento bolivariano que, en 1999, una vez Chávez se erigió como presidente de Venezuela, su banda se transformó por completo al punto de cambiar su nombre y sus músicos por unos que estuvieran alineados con las ideas revolucionarias. Así las cosas, todos los integrantes de su banda se fueron y Paul buscó otros que, como él, estuvieran enamorados de esa utopía que pintaban los líderes de izquierda cuando el milenio estaba por cambiar. El nombre de la banda también se modificó, y en adelante fue conocida como "Paul Gillman y su banda bolivariana".
El tiempo pasó y Gillman paulatinamente empezó a cambiar de público. Cada vez estaba más presente en tarimas políticas, rodeado por decenas de líderes con camisetas rojas, al tiempo que se alejaba de las presentaciones musicales. Por esos años, aproximadamente de 2003 en adelante, su producción artística se centró en la férrea defensa de la revolución bolivariana y las ideas chavistas. Para él, siempre le ha escrito a Venezuela, pero al escuchar su música evidentemente le canta a las ideas políticas con que se casó. Tal ha sido su cercanía con el movimiento bolivariano, que en múltiples ocasiones se le vio en la misma tarima abrazado con Chávez, e incluso hace menos de tres meses Nicolás Maduro lo nombró “el rey del rock nacional” durante una de sus alocuciones.
Esa cercanía con el chavismo fue la misma que lo alejó de Colombia, un país más que acostumbrado a ver la paja en el ojo ajeno. Entonces, decenas de internautas colombianos empezaron a pedir la salida de Gillman de Rock al Parque, una tarima por la que han pasado miles de artistas con miles de ideas políticas en sus cabezas, y nunca se les exigió un examen previo de geopolítica.
La punta de lanza de la campaña para protestar por la presencia del metalero venezolano fue Julio Correal, gestor cultural y uno de los padres del festival. Y así fue. Correal hizo uso de ese “derecho paterno” sobre el certamen, y durante días ha lanzado en su Twitter una infinidad de argumentos, y hasta insultos, para pedir la salida del músico venezolano de cartel. De hecho, en su cruzada llegó a chocar con Chucky García, curador de Rock al Parque, a quien le cuestionó por la elección del músico para la edición de este año.
Los trinos son de todo tipo y tono. En unos, Correal critica de frente las ideas de Gillman, algo que fue aprovechado por quienes se oponen a la idea de que saquen al venezolano del festival, quienes le recordaron cuando trajo a artistas como Calle 13 o Manu Chao, que también han apoyado sin problema a la izquierda latinoamericana. En otros, Correal prefiere hablar de la situación en Venezuela: los disturbios, los gases lacrimógenos, el desabastecimiento de alimentos y, claro, los hasta ahora 39 muertos que han dejado las protestas.
Y aunque, según Correal, Idartes optó por cancelar la presentación de Gillman en Rock al Parque, aún no es una decisión oficial y el venezolano sigue siendo parte del festival, en el que celebrará su título de leyenda del rock continental con 40 años de carrera artística. Asimismo, Gillman estará en Colombia antes del festival para hacer parte -junto a Adrián Barilari, voz de Rata Blanca- de la serie de homenajes a Elkin Ramírez, “el titán” de Kraken fallecido hace cuatro meses.