Cuando Eva se mete en un rap
A propósito del lanzamiento de “Eva”, su canción más reciente, la rapera bogotana Diana Avella presenta este texto en el que reflexiona sobre los sentires de algunas mujeres pioneras en diferentes áreas del conocimiento y la trasformación de país.
Diana Avella – Especial para El Espectador
La figura histórica de Eva representa las consecuencias de la rebeldía y la transgresión de lo divino. Durante siglos, se ha instado a las mujeres a la obediencia, transitando los empedrados y desiguales caminos de la familia, el amor romántico, el Estado y la propiedad privada, pero ¿qué tiene que ver eso en el mundo de la industria cultural, la distribución digital de música y el marketing creativo?
Las Evas de la cultura hemos salido al frente para hacer música, maternar, aprender de circulación, producción técnica y logística, entre otros saberes, un universo creativo y laboral que está mayoritariamente conformado por hombres, un ecosistema donde muchas veces fuimos presas, trofeo y compañía, y donde nos levantamos heroicas para hacer nuestro propio nombre. Hemos entrado sin permiso en la escena musical para reivindicar los sentires, dolores, alegrías y denuncias propias.
La colombo-francesa Florence Thomas, psicóloga, columnista, escritora y activista feminista, a quien en mis primeros años de rapera, hace 23 años, escuchaba en espacios de reflexión del Teatro La Candelaria y la sala Seki Sano, reflexiona para El Espectador sobre la figura de Eva. “Es la primera mujer transgresora que, aun sabiendo que lo va a pagar caro, decide desobedecer, morder la manzana del árbol del saber y huir de este paraíso con tal de vivir conociendo el bien y el mal y decidiendo los caminos de la vida”.
Las lideresas y gestoras culturales, mánager, creativas, cantantes y autoras hemos tomado la decisión de huir del paraíso de la condescendencia y agrado de parte de nuestros colegas, para exigir paridad de género en los festivales y respeto de nuestras visiones creativas, para habitar nuestro ser desde la propia determinación, de contradecir a quienes no respetan el espacio de nuestra voz.
Chila Pineda, defensora de Derechos Humanos y coautora del libro Mujeres. paz, política y poder, quien lidera la colectiva de género del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, dice para este medio: “Eva abre la caja de Pandora, se abre al conocimiento, transgrede el orden divino, rechaza el orden de inequidad entre mujeres y hombres. Eva es la primera mujer subversiva, libertaria y desobediente. Reivindica las voces de las mujeres, su derecho al goce, no salió de la costilla de Adán. Este es el mito de origen patriarcal, que condena a las mujeres a la eterna culpa, Eva, Lilith, Eloísa y tantas otras ancestras cuestionan los mitos y metáforas de nuestra sociedad, Eva parodia la idealización de que solo por ser mujer somos buenas, no somos personas con todos los demonios que saltan en cualquier momento, crítica las constelaciones míticas. Eva ha sido asociada al mal, la sexualidad y el comienzo del pecado, Eva rompe con el deber ser, para ser”.
Este análisis profundo del cuerpo y la humanidad de la mujer, que está conectado a las visiones judeocristianas desde las cuales se nos ha puesto contra la pared, son interpeladas en la canción “Eva”, versos de rap que nacen desde la reflexión: “Fragil como bomba en manos de Al Qaeda. / Ágil como cobra envenenando a sus presas. / Sutil como Violeta Parra en los 50″.
La fuerza, la inteligencia, la astucia, los estragos de nuestra rebeldía materializados en monumentos destruidos y paredes pintadas y en canciones de rap que también nos pertenecen.
La lucha también ha sido narrada desde el cuerpo frágil, sublime y vulnerable de las mujeres en el hip-hop que bailan break dance y se levantan del suelo para dominarlo, sin miedo al dolor ni al peligro. B Girl Llaclla, una de las pioneras de esta expresión artística, se refiere al hecho de ser mujer en esta práctica en Colombia: “Cuando eres pionera siendo mujer, te enfrentas a señalamientos y más aún en el breaking, donde se pensaba que no puedes hacer esto, que las mujeres no saben bailar. Yo me paré en la cabeza y ahora somos más. Eran los años 90 cuando lo hicimos real. Nací en el 83 y para una mujer pararse en la cabeza es una revolución. Para la familia, a veces fue símbolo de vergüenza, porque si bien el breaking es un elemento artístico que transforma vidas, desde el desconocimiento estaba asociado a pandillismo, delincuencia y drogadicción, entonces algunos consideraban que era un alma perdida”.
Viviana Gutiérrez, conocida como B Girl Llaclla, es formadora artística, bailarina y constructora de conocimiento. Durante más de 20 años ha insistido por la dignificación del movimiento hip-hop. Así como ella, mujeres como Mary Hellen, rapera de Medellín y la primera mujer en Colombia en publicar un larga duración como solista en el año 2002; Nana Morales, del Grupo La Alianza, que en 1999 irrumpió con su voz en el Hip Hop Hurra, o lo que son las bases del festival de hip-hop más importante del continente, y Lia Samantha, una de las primeras raperas del país y pionera en el diseño de modas con enfoque afro, entre muchas otras artistas, han sido las responsables de que hoy, en Colombia, las voces de mujeres tengan un lugar de respeto y legitimidad en el espectro de la música urbana.
Las hijas de Eva debemos ser reivindicadas como quienes no tuvimos miedo a mundos desconocidos como el artístico o el político, quienes hemos tenido que afrontar y asumir todo tipo de ataques que atraviesan nuestras formas físicas, emocionales, familiares y raciales por el liderazgo que propusimos en diversas áreas. Las brujas seguimos levantando la voz sin miedo y sin pausa. Con mucho ritmo y versos callejeros, hasta que seamos escuchadas.
La figura histórica de Eva representa las consecuencias de la rebeldía y la transgresión de lo divino. Durante siglos, se ha instado a las mujeres a la obediencia, transitando los empedrados y desiguales caminos de la familia, el amor romántico, el Estado y la propiedad privada, pero ¿qué tiene que ver eso en el mundo de la industria cultural, la distribución digital de música y el marketing creativo?
Las Evas de la cultura hemos salido al frente para hacer música, maternar, aprender de circulación, producción técnica y logística, entre otros saberes, un universo creativo y laboral que está mayoritariamente conformado por hombres, un ecosistema donde muchas veces fuimos presas, trofeo y compañía, y donde nos levantamos heroicas para hacer nuestro propio nombre. Hemos entrado sin permiso en la escena musical para reivindicar los sentires, dolores, alegrías y denuncias propias.
La colombo-francesa Florence Thomas, psicóloga, columnista, escritora y activista feminista, a quien en mis primeros años de rapera, hace 23 años, escuchaba en espacios de reflexión del Teatro La Candelaria y la sala Seki Sano, reflexiona para El Espectador sobre la figura de Eva. “Es la primera mujer transgresora que, aun sabiendo que lo va a pagar caro, decide desobedecer, morder la manzana del árbol del saber y huir de este paraíso con tal de vivir conociendo el bien y el mal y decidiendo los caminos de la vida”.
Las lideresas y gestoras culturales, mánager, creativas, cantantes y autoras hemos tomado la decisión de huir del paraíso de la condescendencia y agrado de parte de nuestros colegas, para exigir paridad de género en los festivales y respeto de nuestras visiones creativas, para habitar nuestro ser desde la propia determinación, de contradecir a quienes no respetan el espacio de nuestra voz.
Chila Pineda, defensora de Derechos Humanos y coautora del libro Mujeres. paz, política y poder, quien lidera la colectiva de género del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, dice para este medio: “Eva abre la caja de Pandora, se abre al conocimiento, transgrede el orden divino, rechaza el orden de inequidad entre mujeres y hombres. Eva es la primera mujer subversiva, libertaria y desobediente. Reivindica las voces de las mujeres, su derecho al goce, no salió de la costilla de Adán. Este es el mito de origen patriarcal, que condena a las mujeres a la eterna culpa, Eva, Lilith, Eloísa y tantas otras ancestras cuestionan los mitos y metáforas de nuestra sociedad, Eva parodia la idealización de que solo por ser mujer somos buenas, no somos personas con todos los demonios que saltan en cualquier momento, crítica las constelaciones míticas. Eva ha sido asociada al mal, la sexualidad y el comienzo del pecado, Eva rompe con el deber ser, para ser”.
Este análisis profundo del cuerpo y la humanidad de la mujer, que está conectado a las visiones judeocristianas desde las cuales se nos ha puesto contra la pared, son interpeladas en la canción “Eva”, versos de rap que nacen desde la reflexión: “Fragil como bomba en manos de Al Qaeda. / Ágil como cobra envenenando a sus presas. / Sutil como Violeta Parra en los 50″.
La fuerza, la inteligencia, la astucia, los estragos de nuestra rebeldía materializados en monumentos destruidos y paredes pintadas y en canciones de rap que también nos pertenecen.
La lucha también ha sido narrada desde el cuerpo frágil, sublime y vulnerable de las mujeres en el hip-hop que bailan break dance y se levantan del suelo para dominarlo, sin miedo al dolor ni al peligro. B Girl Llaclla, una de las pioneras de esta expresión artística, se refiere al hecho de ser mujer en esta práctica en Colombia: “Cuando eres pionera siendo mujer, te enfrentas a señalamientos y más aún en el breaking, donde se pensaba que no puedes hacer esto, que las mujeres no saben bailar. Yo me paré en la cabeza y ahora somos más. Eran los años 90 cuando lo hicimos real. Nací en el 83 y para una mujer pararse en la cabeza es una revolución. Para la familia, a veces fue símbolo de vergüenza, porque si bien el breaking es un elemento artístico que transforma vidas, desde el desconocimiento estaba asociado a pandillismo, delincuencia y drogadicción, entonces algunos consideraban que era un alma perdida”.
Viviana Gutiérrez, conocida como B Girl Llaclla, es formadora artística, bailarina y constructora de conocimiento. Durante más de 20 años ha insistido por la dignificación del movimiento hip-hop. Así como ella, mujeres como Mary Hellen, rapera de Medellín y la primera mujer en Colombia en publicar un larga duración como solista en el año 2002; Nana Morales, del Grupo La Alianza, que en 1999 irrumpió con su voz en el Hip Hop Hurra, o lo que son las bases del festival de hip-hop más importante del continente, y Lia Samantha, una de las primeras raperas del país y pionera en el diseño de modas con enfoque afro, entre muchas otras artistas, han sido las responsables de que hoy, en Colombia, las voces de mujeres tengan un lugar de respeto y legitimidad en el espectro de la música urbana.
Las hijas de Eva debemos ser reivindicadas como quienes no tuvimos miedo a mundos desconocidos como el artístico o el político, quienes hemos tenido que afrontar y asumir todo tipo de ataques que atraviesan nuestras formas físicas, emocionales, familiares y raciales por el liderazgo que propusimos en diversas áreas. Las brujas seguimos levantando la voz sin miedo y sin pausa. Con mucho ritmo y versos callejeros, hasta que seamos escuchadas.