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Aunque con lanzamientos largamente esperados, como el del último disco de The Rolling Stones, el de 2023 no fue tanto un año de álbumes apoteósicos que convencieran unánimemente a crítica y público como de giras mastodónticas y precios astronómicos como nunca se habían visto.
Taylor Swift, Madonna, Beyoncé, Coldplay y Bruce Springsteen, junto con Sus Satánicas Majestades, pusieron el listón de los “tours” en otro escalafón, especialmente el trío de divas pop, con conceptos muy rompedores y tickets a precios tan altos que incluso se las acusó de haber impulsado la inflación en algunos países.
Las entradas volaban en minutos. En el caso de Beyoncé, que no salía de gira desde 2018 y que comenzó el año coronándose como la artista con más Grammy de la historia, 34 en total, se agotaban en minutos incluso las del acceso a la zona VIP que situó sobre el escenario y que, en Barcelona, por ejemplo, estaban valoradas en 3.000 euros.
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En el caso de Madonna, fue motivo de escándalo el precio por estar hasta en la parte de la pista más lejana, 200 euros aproximadamente. Y Swift no les fue a la zaga: en EE. UU. las gradas preferentes rondaron los 1.000 dólares, con un precio promedio de 250 dólares por entrada.
Son probablemente la muestra más palpable de que algunos conciertos se han convertido en la “experiencia suprema”, sobre todo ante las reseñas sobresalientes y el bombardeo de noticias que generaron, con conceptos bien armados (Madonna y Swift aprovecharon para celebrarse a sí mismas), además de generosos en medios y duración, unas tres horas en el caso de Beyoncé y Swift.
La explotación comercial de estos dos “tours” ya emblemáticos no concluyó en el escenario, pues ambas artistas supieron rentabilizarlas doblemente al trasladar a las salas de cine sus propuestas en vivo para volver a sacudir las taquillas en una reconfirmación de que sus “tours” han sido auténticos fenómenos.
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Por ventas de entradas para conciertos y salas de cine, de la mercadotecnia y por todo lo generado por sus grabaciones (volvió a batir récords de escuchas con su disco ‘Midnights’ y el relanzamiento de ‘1989′), Billboard estima que Swift habría logrado ingresar en total más de 1.600 millones de euros.
En su empeño por reducir la huella de carbono y la contaminación que producían sus giras, Coldplay apostó por elegir enormes recintos en unas pocas ciudades para radicar su espectáculo durante más de una noche y acoger al mayor número posible de personas, seis en el caso del Wembley Stadium de Londres, cuatro en el del Estadi Olímpic de Barcelona, por citar algunos ejemplos.
Parecía una jugada kamikaze, ya que, aunque era su primer “tour” desde 2016, obligaba a los posibles seguidores a desplazarse fuera de sus localidades para disfrutar en vivo de un grupo que había bajado en trascendencia musical con sus últimos discos. Sin embargo, se demostró que, al menos sobre los escenarios, el cuarteto sigue tan vivo o más incluso que en el pasado, capaz de reclutar a público joven.
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En el ámbito puramente discográfico, 2023 podría pasar a la historia como el año del último disco de The Rolling Stones, un trabajo titulado ‘Hackney Diamonds’ que era además muy esperado porque era el primero con canciones de nuevo cuño desde que en 2005 lanzaran ‘A bigger bang’ (en 2016 habían lanzado su colección de versiones de blues ‘Blue & Lonesome’).
Sin el fallecido Charlie Watts ya entre sus filas, aunque llegó a participar en la creación de algunos cortes, reforzaron su talento con el de otras figuras mayúsculas como Paul McCartney, Elton John, Stevie Wonder o Lady Gaga. El resultado fue un trabajo con críticas bastante positivas y unas ventas muy estimables, sobre todo en países como Reino Unido y Alemania, donde fue número 1.
En el ámbito latino, que siguió siendo uno de los más pujantes a nivel internacional con la sorpresa además del repentino auge del tumbado mexicano, el disco del año llevó sin embargo otro nombre, el de la colombiana Karol G, quien además logró que por primera vez el mejor trabajo de música urbana también fuera su ‘Mañana será bonito’.
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Fue en una edición muy femenina de los Latin Grammy, que además coronó a Natalia Lafourcade y confirmó el renacimiento musical de Shakira, especialmente por su desahogo sentimental en forma de colaboración junto a otro astro de este 2023, el DJ y productor argentino Bizarrap, convertida en la gran canción en español de este ejercicio.