Dawer x Damper y la preparación de su estética
Mientras ellos se preparaban para el Altavoz Fest en Medellín, yo preparaba este texto. Una mezcla entre crónica, perfil y entrevista. La estética de Dawer x Damper es la mezcla de su imagen, sus letras, sus sonidos y su performance. Mi estética no sé cual es. La de ellos es el “afrofuturismo latino”.
Alberto González Martínez
La ansiedad comienza un día antes de show. Hablan menos, piensan más. Solo toman bebidas calientes y también toman las prendas que lucirán. Dawer mira una, Damper otra. Se van preparando en cuerpo y mente. Duermen poco. Repiensan. Se angustian. Están en desacuerdo con el vestuario, luego están de acuerdo.
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La ansiedad comienza un día antes de show. Hablan menos, piensan más. Solo toman bebidas calientes y también toman las prendas que lucirán. Dawer mira una, Damper otra. Se van preparando en cuerpo y mente. Duermen poco. Repiensan. Se angustian. Están en desacuerdo con el vestuario, luego están de acuerdo.
─Por encima de todo, está la marca del proyecto. Si a mí se me ocurre algo que Dawer sienta que no va con la marca, con esos argumentos decidimos ─cuenta Damper─. Pero casi siempre estamos de acuerdo con el styling. Dawer es mucho más detallista con eso, entonces dejo que él guíe el barco porque sé que el resultado sale bien
La pinta no es irrelevante. Dicen que sirvió para otorgarles el premio Shock Fest en 2019, aunque también dicen que va más allá de la pinta: cómo se ven, cómo suenan y cómo arman el perfomance en tarima. Lo atractivo es toda su estética, condensada en un trabajo de años que definen como “afrofuturismo latino”.
A las tres de la mañana ya estaban despiertos para ir al aeropuerto ─me cuentan─. La ansiedad les iba creciendo. Damper no había dormido, lo se nota por sus bostezos recurrentes, y en el avión veía la serie Manifiest. Dawer durmió un rato y se tomó fotos. Llegaron a Medellín y fueron directo a hacer la prueba de sonido. Yo llegué unos minutos después y luego nos vimos en los camerinos.
Les pregunto por las opciones de vestuario para el show que se aproximaba. Son dos y me las describen. Una es provisional. Son telas colgando en el pantalón para uno y telas colgando en la chaqueta para el otro, camisetas con encajes y botas Dr Martins. La otra opción alude a su nuevo álbum “Donde Machi”. Son unos vestidos color rosa pastel y azul, unas coronas y unos tenis.
─Antes de crear el proyecto nosotros hemos sido muy curiosos con el tema de la moda. Nos gusta intervenir las prendas, coger una vieja y crear otra ─explica Damper─. Ya le cogimos el gustico. En el proyecto actual se refleja todo lo hacíamos desde pequeños.
”Donde Machi” suena a un lugar de confianza, ¿de qué se trata?
Es la señora que nos cuidaba mientras nuestra madre trabajaba en una casa interna. Es la casa de la señora donde llegaban todos los niños del barrio porque le tenían confianza. Fue ahí donde crecimos escuchando música de lunes a lunes, por eso quisimos hacerle un homenaje volviendo a nuestras raíces─ me responde Damper.
¿Qué tipo de música sonaba?
Cada hijo tenía su gusto. La hija ponía Julieta Venegas, los mayores, salsa; los medianos, dancehall y hiphop; el señor, chirimía y Machi ponía música para planchar. Se escuchaba a todo volumen. Casi todas las semanas estaba la policía ahí”, ahora me responde Dawer.
¿Ese ambiente fue determinante para que tomaran el camino de la música?
Damper: No solo a la música, sino al mundo artístico. Nos gustaba un montón de cosas: la danza folclórica, el teatro, los instrumentos. En 2010 comenzamos un grupo de reggaetón por el auge que había en Cali y Medellín. Nos cambiamos de barrio y armamos otra banda que se llamó Alto Volumen hasta el 2019. Lanzamos en ese año un single como Dawer x Damper y de ahí comienza este proyecto.
¿Por qué se cambian del reguetón?
Dawer: Las letras no concordaban con lo que estábamos haciendo. Mi hermano (Damper) manejaba una biblioteca, yo quemaba los CD de perifoneo en el barrio cuando había eventos. Nos estábamos formando para ser líderes. Cuando entramos a Alto Volumen comenzamos a abordar letras con más sentido social.
Entran con toda en 2019: lanzan el sencillo y se ganan el último Shock Fest.
Damper: En realidad, no queríamos presentarnos porque ya habíamos pasado el proceso de mercados y concursos. Pero nuestra manager nos dijo que nos había inscrito, no pensamos en ganar, pero ganamos. De ahí comenzó el hype, el voz a voz y conocimos gente de la industria. Pero el concepto, cómo queríamos vernos, sonar y decir, ya lo sabíamos. Lo pensamos mucho antes de sacar el proyecto a la luz.
El “afrofuturismo latino”, ¿cómo surge ese término?
Dawer: El “afrofuturismo” se da desde las conversaciones actuales. Trae otras narrativas de estética, belleza, vivencias de lo negro. Cuando le ponemos el tinte de lo latino es porque esas conversaciones de las negritudes en Norteamérica, África o Europa no son las mismas que se dan en Latinoamérica.
En Cartagena hay un fenómeno que han llamado el “blanqueamiento de la champeta”. Siento que eso en el Pacífico pasa poco y menos con ustedes que se apropian de lo suyo.
Damper: Pero también hay cierta colonización en el Pacífico. Esa idea del orgullo prieto ha estado permeada por conceptos coloniales como la estética del hombre o la mujer negra. Nos sentimos orgullosos de ciertas cosas que después se nos vuelve negativa porque no somos iguales ni desde la fisionomía ni desde el pensamiento─ me aclara Damper.
***
Luego de ganar el Shock Fest firmaron con Discos Fiera y luego con Warner Music. Se han estado moviendo en diversos escenarios. Esta es la séptima vez que vienen a Medellín en este año y su primer Altavoz. Están preocupados por la respuesta del público porque han estado es escenarios más cercanos a lo urbano.
─Nos han llegado comentarios que nos dicen que por qué estamos en Altavoz ─expresa Damper con un dejo de preocupación.
─Altavoz se ha diversificado mucho. Además, es buen público ─les respondo pensando en su ansiedad.
─Igual trajimos raquetas por si nos tiran piedras ─interviene Dawer y luego nos reímos.
Ahora hay risas, ansiedad y nervios. Ese coctel de emociones llega al punto más alto cuando suben al escenario. Estoy pendiente de su entrada a tarima. Quiero saber la pinta ganadora. Aparecen los músicos, el humo y luego ellos con los vestidos, las coronas y los tenis.
Lanzan el primer verso en el escenario Radiónica y parece que ya no hay ansiedad. Se ha convertido en energía. Son 30 minutos de “flow pacífico”. El público no es masivo, pero ellos siguen como si lo fuera. Los aplaudo mientras alguien me dice que suenan bien.
La ansiedad no volvió esa tarde. Ni la mía y ni la de ellos. Volveremos a la rutina diaria. Volverá la ansiedad. Yo cuando tenga que escribir, ellos cuando tengan que subir a otra tarima. Será este mes en Brasil en el Festival Afro Punk Bahía, un sueño para ellos. También subirán a la del Festival Estéreo Picnic 2023 en Bogotá. Otro sueño. Algunos sueños cumplidos, otros por cumplir y mucha ansiedad.
*De la Fundación Color de Colombia