De Piazzolla a Piazzolla, un homenaje de sangre
Escalandrum, de Argentina, agrupación liderada por Daniel “Pipi” Piazzolla, realizará un recorrido por la obra de su abuelo, Astor, durante su presentación en el Festival Centro.
El tango corre por las venas del baterista Daniel Pipi Piazzolla. Desde chico ha escuchado la música de su abuelo, el gran Astor Piazzolla, por lo que es todo un conocedor. Pese a ello, tomó el camino del jazz, ya que siente fascinación por la improvisación y para él este era el mejor escenario para hacerlo. Por esta razón creó la agrupación Escalandrum, cuyo nombre surge de la combinación de escalandrún —especie argentina de tiburón que Pipi pesca con su padre, Daniel (actividad familiar iniciada por su abuelo Astor)— y drum (tambor o batería en inglés). Y con su grupo de músicos encontró la forma de crear un estilo en el que hay cabida para el tango y el folclor argentino.
Daniel habla de su abuelo, su música y su presentación en el Festival Centro, liderado por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA) el sábado 6 de febrero, a las 8:45 p.m.
¿A qué suena Escalandrum?
Suena a jazz de Argentina. Hemos logrado, a lo largo de estos 22 años, un sonido que nos representa a nivel mundial. Es un sonido que tiene influencias de ritmos argentinos, pero a su vez toda la influencia jazzera, ya que somos músicos de jazz. Esa combinación que se armó hizo que Escalandrum fuera un producto único y diferente.
¿Nunca pensó en incluir el bandoneón, el instrumento de su abuelo, en su formación de jazz?
La verdad nunca pensé en incluir el bandoneón en el grupo. Ojo, se grabó un disco de Escalandrum que se llama Estaciones porteñas, que está en las plataformas digitales, en el que hay bandoneón, un grupo más grande y está mi papá en la percusión. Somos un grupo muy unido, nos llevamos muy bien, nos conocemos bastante para trabajar ordenadamente y no quiero involucrar a nadie nuevo en el grupo. Creo que este disco fue un lindo hallazgo, porque nos permitió hacer la música de Piazzolla de manera diferente. Con un bandoneonista hubiera sido, tal vez, un poquito más fácil llegar a ese sonido de mi abuelo. La idea era hacerlo de otra manera y fue muy bien aceptado.
¿Cómo podría describir el repertorio de Escalandrum?
El repertorio propio de Escalandrum está buenísimo. Hemos grabado muchos discos con esta música. El grupo nació tocando composiciones propias y el más reciente disco con repertorio original lo grabamos en Abbey Road. Esto dio como resultado cuatro nominaciones a los premios Gardel en Argentina, de los cuales ganamos tres. La verdad ese disco fue un éxito. Nuestra música original es muy potente, muy urbana, diferente y tiene esas influencias, como decía antes, del tango y el jazz que la hacen única.
¿Qué lo motivó a grabar “Piazzolla Plays Piazzolla”, el álbum en el que reinterpretan obras de su abuelo?
Sentía que podíamos hacer su música diferente, no mejor, pero diferente, con otro encare. Nosotros somos un ensamble que hace muchos años venía tocando, muy pulido, y la verdad me pareció el grupo perfecto para llevar a cabo este desafío. La verdad, a mí me encanta, es mi música favorita y me gusta mucho tocar Piazzolla. Toco Piazzolla desde que era chiquito, pero nunca había ocurrido con una formación mía, personal. Es un placer tocar la música de Piazzolla, porque es la música que me representa en Argentina, en el mundo y también es un placer hacerlo de otra manera.
¿Cuál fue la mayor lección musical que le dejó su abuelo?
Cómo vivir la música: practicar, estudiar, levantarse temprano, tratar siempre de hacer proyectos nuevos, de vanguardia y no repetirse. Todo ese tipo de cosas hacen que todo siga andando, porque la búsqueda de hacer cosas nuevas hace que uno esté motivado. Si uno hace todos los días lo mismo se termina aburriendo. También tocar jazz. Todas esas son influencias de mi abuelo a través de charlas que tuve con él cuando era chico. Él me recomendaba mucho escuchar jazz, estudiar con los mejores maestros, matarme estudiando para mejorar y siempre tratar de hacer músicas nuevas, no de manera forzada, pero sí tenerlo como un concepto de vida.
¿Ha sentido presión en el ámbito musical por llevar el apellido Piazzolla?
No, nunca sentí presión por el ser el nieto de Astor Piazzolla. Siempre estuve muy bien preparado desde que arranqué a tocar música hasta ahora. Fui muy estudioso y en la escuela de música me sacaba excelentes notas. La verdad es que eso no fue un problema. Lo bueno fue que a muy temprana edad me empezaron a llamar los mejores músicos del país y eso me dio muchísima confianza para creérmela un poquito y para no sentir ese peso que, por suerte, jamás apareció.
Como músico, ¿cuál es para usted el mayor aporte de su abuelo al tango y a la música universal?
Él desarrolló un estilo que entra bien en todos lados, en cualquier país y en cualquier cultura. Su música incorpora elementos del jazz, del tango, del rock y de la música clásica, que eran todas las cosas que a él le gustaban, que vivió y lo influenciaron. Esto generó un estilo universal aceptado en todo el mundo, que representa a la Argentina y lo pone a él en un plano altísimo. Hizo una música hermosa, llena de bellas melodías, donde mostró la violencia urbana y también el romanticismo. Una música increíble hecha por un genio del siglo XX.
¿Cuál cree que es el legado más grande que dejó su abuelo?
Es un legado muy grande que nos obliga a todos los músicos a ser responsables, estudiosos, a hacer música que tenga alto nivel, que esté bien hecha, que sea inspiradora y tenga grandes melodías. Nos dejó sus grandes melodías. A veces las melodías están un poco olvidadas últimamente en la música en general. También que hay que estudiar, ser profesional, levantarse a primera hora, tomarse la música como una carrera realmente muy seria y que no hay límites para experimentar y romper con lo ya establecido. Todo ese legado dejó mi abuelo.
¿Qué legado quiere dejar “Pipi” Piazzolla?
Lo único que te puedo decir es que yo soy muy fanático de la batería, expreso mi amor por el instrumento donde sea, en las redes, en Instagram, con mis alumnos, en los conciertos, y quiero que esto ojalá inspire a los jóvenes bateristas que me siguen para tomárselo tan serio como me lo tomé yo. Y tener la posibilidad de liderar grupos como baterista, poder componer, hacer música diferente y con formaciones distintas.
En el Festival Centro, Escalandrum hará un homenaje a Piazzolla con motivo de los cien años de su nacimiento. ¿Cuál será el repertorio?
Con Escalandrum vamos a interpretar música íntegramente de Astor Piazzolla. Haremos algunos temas del trabajo discográfico Piazzolla Plays Piazzolla como los reconocidos Lunfardo, Escualo y Libertango. Sin embargo, también queremos incluir algunas músicas de un disco nuevo que va a salir publicado el 11 de marzo, que es el cumpleaños número cien de mi abuelo Astor Piazzolla. Saldrá bajo el sello disquero Warner Music y se llamará, simplemente, Cien. Así que también vamos a interpretar Primavera porteña y una versión nueva de Adiós, Nonino que involucra todos los Adiós, Nonino que hizo mi abuelo en uno solo. Por ejemplo, el del noneto, el electrónico y el del quinteto, todos en uno solo con un arreglo magistral de Nicolás Guerschberg. Así que, la verdad, en la presentación de Escalandrum habrá un poco de todo.
El tango corre por las venas del baterista Daniel Pipi Piazzolla. Desde chico ha escuchado la música de su abuelo, el gran Astor Piazzolla, por lo que es todo un conocedor. Pese a ello, tomó el camino del jazz, ya que siente fascinación por la improvisación y para él este era el mejor escenario para hacerlo. Por esta razón creó la agrupación Escalandrum, cuyo nombre surge de la combinación de escalandrún —especie argentina de tiburón que Pipi pesca con su padre, Daniel (actividad familiar iniciada por su abuelo Astor)— y drum (tambor o batería en inglés). Y con su grupo de músicos encontró la forma de crear un estilo en el que hay cabida para el tango y el folclor argentino.
Daniel habla de su abuelo, su música y su presentación en el Festival Centro, liderado por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA) el sábado 6 de febrero, a las 8:45 p.m.
¿A qué suena Escalandrum?
Suena a jazz de Argentina. Hemos logrado, a lo largo de estos 22 años, un sonido que nos representa a nivel mundial. Es un sonido que tiene influencias de ritmos argentinos, pero a su vez toda la influencia jazzera, ya que somos músicos de jazz. Esa combinación que se armó hizo que Escalandrum fuera un producto único y diferente.
¿Nunca pensó en incluir el bandoneón, el instrumento de su abuelo, en su formación de jazz?
La verdad nunca pensé en incluir el bandoneón en el grupo. Ojo, se grabó un disco de Escalandrum que se llama Estaciones porteñas, que está en las plataformas digitales, en el que hay bandoneón, un grupo más grande y está mi papá en la percusión. Somos un grupo muy unido, nos llevamos muy bien, nos conocemos bastante para trabajar ordenadamente y no quiero involucrar a nadie nuevo en el grupo. Creo que este disco fue un lindo hallazgo, porque nos permitió hacer la música de Piazzolla de manera diferente. Con un bandoneonista hubiera sido, tal vez, un poquito más fácil llegar a ese sonido de mi abuelo. La idea era hacerlo de otra manera y fue muy bien aceptado.
¿Cómo podría describir el repertorio de Escalandrum?
El repertorio propio de Escalandrum está buenísimo. Hemos grabado muchos discos con esta música. El grupo nació tocando composiciones propias y el más reciente disco con repertorio original lo grabamos en Abbey Road. Esto dio como resultado cuatro nominaciones a los premios Gardel en Argentina, de los cuales ganamos tres. La verdad ese disco fue un éxito. Nuestra música original es muy potente, muy urbana, diferente y tiene esas influencias, como decía antes, del tango y el jazz que la hacen única.
¿Qué lo motivó a grabar “Piazzolla Plays Piazzolla”, el álbum en el que reinterpretan obras de su abuelo?
Sentía que podíamos hacer su música diferente, no mejor, pero diferente, con otro encare. Nosotros somos un ensamble que hace muchos años venía tocando, muy pulido, y la verdad me pareció el grupo perfecto para llevar a cabo este desafío. La verdad, a mí me encanta, es mi música favorita y me gusta mucho tocar Piazzolla. Toco Piazzolla desde que era chiquito, pero nunca había ocurrido con una formación mía, personal. Es un placer tocar la música de Piazzolla, porque es la música que me representa en Argentina, en el mundo y también es un placer hacerlo de otra manera.
¿Cuál fue la mayor lección musical que le dejó su abuelo?
Cómo vivir la música: practicar, estudiar, levantarse temprano, tratar siempre de hacer proyectos nuevos, de vanguardia y no repetirse. Todo ese tipo de cosas hacen que todo siga andando, porque la búsqueda de hacer cosas nuevas hace que uno esté motivado. Si uno hace todos los días lo mismo se termina aburriendo. También tocar jazz. Todas esas son influencias de mi abuelo a través de charlas que tuve con él cuando era chico. Él me recomendaba mucho escuchar jazz, estudiar con los mejores maestros, matarme estudiando para mejorar y siempre tratar de hacer músicas nuevas, no de manera forzada, pero sí tenerlo como un concepto de vida.
¿Ha sentido presión en el ámbito musical por llevar el apellido Piazzolla?
No, nunca sentí presión por el ser el nieto de Astor Piazzolla. Siempre estuve muy bien preparado desde que arranqué a tocar música hasta ahora. Fui muy estudioso y en la escuela de música me sacaba excelentes notas. La verdad es que eso no fue un problema. Lo bueno fue que a muy temprana edad me empezaron a llamar los mejores músicos del país y eso me dio muchísima confianza para creérmela un poquito y para no sentir ese peso que, por suerte, jamás apareció.
Como músico, ¿cuál es para usted el mayor aporte de su abuelo al tango y a la música universal?
Él desarrolló un estilo que entra bien en todos lados, en cualquier país y en cualquier cultura. Su música incorpora elementos del jazz, del tango, del rock y de la música clásica, que eran todas las cosas que a él le gustaban, que vivió y lo influenciaron. Esto generó un estilo universal aceptado en todo el mundo, que representa a la Argentina y lo pone a él en un plano altísimo. Hizo una música hermosa, llena de bellas melodías, donde mostró la violencia urbana y también el romanticismo. Una música increíble hecha por un genio del siglo XX.
¿Cuál cree que es el legado más grande que dejó su abuelo?
Es un legado muy grande que nos obliga a todos los músicos a ser responsables, estudiosos, a hacer música que tenga alto nivel, que esté bien hecha, que sea inspiradora y tenga grandes melodías. Nos dejó sus grandes melodías. A veces las melodías están un poco olvidadas últimamente en la música en general. También que hay que estudiar, ser profesional, levantarse a primera hora, tomarse la música como una carrera realmente muy seria y que no hay límites para experimentar y romper con lo ya establecido. Todo ese legado dejó mi abuelo.
¿Qué legado quiere dejar “Pipi” Piazzolla?
Lo único que te puedo decir es que yo soy muy fanático de la batería, expreso mi amor por el instrumento donde sea, en las redes, en Instagram, con mis alumnos, en los conciertos, y quiero que esto ojalá inspire a los jóvenes bateristas que me siguen para tomárselo tan serio como me lo tomé yo. Y tener la posibilidad de liderar grupos como baterista, poder componer, hacer música diferente y con formaciones distintas.
En el Festival Centro, Escalandrum hará un homenaje a Piazzolla con motivo de los cien años de su nacimiento. ¿Cuál será el repertorio?
Con Escalandrum vamos a interpretar música íntegramente de Astor Piazzolla. Haremos algunos temas del trabajo discográfico Piazzolla Plays Piazzolla como los reconocidos Lunfardo, Escualo y Libertango. Sin embargo, también queremos incluir algunas músicas de un disco nuevo que va a salir publicado el 11 de marzo, que es el cumpleaños número cien de mi abuelo Astor Piazzolla. Saldrá bajo el sello disquero Warner Music y se llamará, simplemente, Cien. Así que también vamos a interpretar Primavera porteña y una versión nueva de Adiós, Nonino que involucra todos los Adiós, Nonino que hizo mi abuelo en uno solo. Por ejemplo, el del noneto, el electrónico y el del quinteto, todos en uno solo con un arreglo magistral de Nicolás Guerschberg. Así que, la verdad, en la presentación de Escalandrum habrá un poco de todo.