“Del Hito”: entre las latas y el micro, una nueva propuesta del rap capitalino
Con más de una década de rap, Daniel Gutiérrez Escobar, más conocido como Error 999, lanza su álbum debut. Un disco lleno de códigos que busca homenajear el rap de los noventa.
Zaira Sofía Ariza Varela*
Si hay una ciudad en el país que destaque por su propuesta visual es Bogotá. No hay rincón de la metrópolis en la que no haya una pinta, un tag [firma de los grafiteros] o un mural. Uno de ellos está ubicado en la Cra. 3 #86-54.
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Si hay una ciudad en el país que destaque por su propuesta visual es Bogotá. No hay rincón de la metrópolis en la que no haya una pinta, un tag [firma de los grafiteros] o un mural. Uno de ellos está ubicado en la Cra. 3 #86-54.
Para quienes frecuentan la zona, ya se ha vuelto paisaje el grafiti que se ubica al lado del Oxxo del Eje Ambiental. El jarrón azul con rojo que sostiene la bandera de Palestina junto a los rostros que miran expectantes a los transeúntes no suponen una novedad para los ciudadanos. Tampoco lo hacen las firmas de “Mugre” y “Skore999″. Este último, también conocido como Error 999 en el rap y registrado ante la Registraduría Nacional del Estado Civil como Daniel Gutiérrez Escobar, lleva más de una década en el hip hop.
“Del Hito”, su álbum debut, describe cómo es su vida como rapero y grafitero. Ya no está entre las sombras de las colaboraciones, ahora está él frente a los focos, recordando su época dorada con Los Niños Invisibles (agrupación que comparte con N.Hardem y SagaUno) y homenajeando el rap de los noventa. Un viaje de doce canciones lleno de códigos, referencias y pura grasa.
¿Cómo le llegó el rap?
Gustavo, mi hermano mayor, empezó a los 15 años con eso del rap, la estética y el grafiti. En ese momento yo tenía 10 años, tenía un gusto básico por el rock clásico de ese momento como Gorillaz, era lo que estaba al alcance. Con el tiempo empecé a escuchar la música de él porque vivíamos juntos y fue un clic inmediato. Pensé “¿qué es esto? Suena una chimba”.
Eso coincidió con la época en la que apenas estábamos teniendo acceso a internet, uno podía descargar los videos en Ares y páginas de ese tipo. Yo no sabía nada de inglés, no entendía que iba, de qué hablaban, pero me gustaba el ritmo. Empecé a mirar la estética de los videos y me di cuenta de que era Nueva York de la época donde el grafiti también estaba en boom, entonces lo que hacía era pausar los videos y colocar una hojita calcante y me copiaba. No había ninguna otra referencia de grafiti. Ahí empecé a dibujar.
Con los años mi hermano se graduó del colegio y se fue del país. A mí me quedó un vacío en ese momento por crecer solo, mi mamá trabajaba todo el día todos los días y me agarré de lo que él dejó: cedes, casetes y todo lo que había de rap. Fue mi forma de recordarlo.
Siguió haciendo grafiti, incluso hoy en día se dedica a ello. ¿Cuándo fue el momento en el que decidió empezar su carrera como rapero?
Cuando me gradué me fui a México a estudiar artes plásticas. Ahí ya tenía 17 años, estaba en una época toda rebelde, toda callejera, en la que la que empecé a tener problemas en mi barrio. La solución de mi familia, especialmente de mi papá que se había ido a vivir a México desde hace unos años, fue darme esa oportunidad de irme. Allá estudié tres años, no terminé la carrera, pero conocí mucha gente que me aportó como pintor.
De regreso a Colombia en el 2011, estaba pintando de ilegal en una casa, me subí un techo y me caí un tercer piso. En ese proceso de recuperación me afecté mucho lado derecho del cuerpo, no podía caminar, fueron muchos meses quieto en la cama y no podía dibujar. Con la mano izquierda empecé a escribir notas y me volví ambidiestro. En ese proceso el rap siempre estuvo ahí, aunque no lo veía de una manera profesional, lo veía muy ajeno a mi personalidad de ese entonces que era súper introvertida y callada.
Por esa época ya conocía SagaUno y hacíamos musiquita grabada en el computador como por joder y en mi barrio vivía N. Hardem que también pintada grafiti en ese entonces. En una de las visitas que tuve de mis amigos, nos cayó él a la casa y me dijo como “parce estoy metido en la vuelta re serio y ahora me puse N. Hardem”, porque él antes se llamaba distinto. Pusimos unos beats y empezamos a rapear. Yo lo escuché y me pareció muy bueno, entonces ahí yo le conté que tenía un parche con Saga que era solo de graffiti, LNI (Los Niños Invisibles), nos reuníamos todos los jueves, escuchamos beats y estudiamos el rap. Lo invitamos a hacer parte de esta de este parche. Así se dio.
Como no conocíamos productores ni a nadie, empezamos a escribir sobre instrumentales gringas icónicas de internet. Caía gente a los ensayos y decían que éramos chimba. Para esa época sonaba más el rap calle tipo Crack Family pero nosotros hablábamos puro knowedge y grafiti. Nunca grabamos, pero Hardem por su lado sí cogió el tema muy en serio, eso hizo que los ojos se pusieran en nosotros. Con el tiempo el parche se fue dispersando, solo hubo registro de gente que grababa videos para YouTube, videos aficionados, eso era lo único que se encontraba de LNI hasta este disco que tiene colaboraciones con ellos.
Una de esas canciones colaborativas es el bonus track, “Entre Rimas”, ¿por qué decidió lanzarla únicamente para el formato físico?
Por lo mismo de que no hay registro en ningún lado de Los Niños Invisibles por esta época también es por el concepto del álbum. Toda la estética que estoy manejando es súper noventera desde la gráfica hasta el sonido. Entonces como que en esa época venían ese tipo de bonus tracks para obligar al fiel oyente de que escuche las canciones de manera física. Se trata de darle un respeto a esa época y ser con consecuente con el concepto del disco.
Hablemos de la gráfica del disco. Está a cargo del grafitero Load42, ¿por qué lo eligió a él para hacer la portada?
Esa es otro código para sumarle al álbum porque Load42 es para muchos en Bogotá una de las referencias más grandes del grafiti capitalino y la estética de él es muy de los noventa. De hecho, hace muchos homenajes a pintores de esa época como Dondi y Zephyr que fueron los primeros pioneros de los cuales pudimos tener un registro de lo que hacían en los trenes de Nueva York.
Un día caminando iba pensando en la estética y me lo estrellé de frente pintando, como era antes. Con él ya tenía una relación de hace muchos años, empezamos casi al mismo tiempo a hacer grafiti. Lo saludé, le propuse la idea, le mostré un par de maquetas y me dio el contacto y surgió.
La producción es del ucraniano Stasevich, ¿cómo llegó a él?
Hay un grupo muy icónico del rap que se llama Onyx, ellos sacaron un disco el 2022 que se llama 1993 pero fue todo grabado hace dos años. Cuando yo escuché ese disco pensé que estaba increíble musicalmente. Me puse a investigar y el productor fue Stasevich.
Yo le conté a mi hermano que la referencia era él. Lo buscó, le escribió, le mostró el proyecto y Stasevich le respondió de una. Inicialmente iba a ser un EP porque deducíamos que comprarle beats a un productor que ha colaborado con gente tan importante iba a ser muy costoso. Él me mandó una carpeta con once canciones para que escogiera, pero los quise todos, sonaban increíble. Ahí trascendió a ser un álbum completo. Se hizo el contrato de derechos y me fui a donde Ruzto a grabar.
En el álbum hay una canción que reúne a distintas figuras relevantes para el rap colombiano como lo son Ruzto y Santiago Cembrano, ¿cómo le llegó la idea de hacerla?
Cuando recibí todos los beats me hacían pensar a qué sonaban. La música habla por sí sola muchas veces, entonces más allá de que sea instrumental tú sabes si es un sonido melancólico, agresivo o gracioso, entonces empecé a darle identidad a cada uno. Cuando escuché el de “99.9 Fm” yo lo escuchaba y pensaba “aquí no me voy a poner a escribir cosas tan trascendentales”, y me surgió esa idea de salirme del formato, darle un movimiento más divertido. También quise demostrarle mi respeto al hip hop en general, a todos sus elementos.
De hecho, mi voz es siempre la misma, pero en este fue intencional interpretar tres personajes distintos. Un grafitero, un ghostwriter [compositor de canciones] y un break dancer. Entonces están estas dos figuras claves [Ruzto y Cembrano como locutores], el título que es como una radio estación y cada uno de los sujetos quienes llaman a contar cosas puntuales que les pasan.
Hablemos de la gira. Muchas de las ciudades que visitarás son de México, ¿cómo es su relación con el país centroamericano?
Desde niño he tenido una relación constante, todos los años voy a México, yo siento que es mi segunda casa. Allá vive mi hermano, medios hermanos y mi mejor amigo, con quien crecí en el arte. Entonces bien o mal con esa constancia de ir y volver ya dejé un nombre, mucha escena del grafiti me conoce. Para mí es como otra ciudad de mi territorio.
Simbólicamente de una forma personal, la música mexicana me llega mucho, me abarca hasta con nostalgia. Mi papá se fue de mi vida para allá y yo escuchaba a Vicente Fernández y de una pensaba en él. Por eso la cultura mexicana me gusta demasiado, también su concepción sobre la familia y la muerte.
¿Tiene algún objetivo trazado en su futuro como rapero?
Gracias a El Kalvo pude pisar las dos tarimas más importantes de Colombia: Hip Hop Al Parque y el Festival Estéreo Picnic, eso me dio una prueba de lo que se siente. Mi objetivo ahora es volver a pisar esas dos tarimas bajo el equipo de Error 999, expandirnos en festivales en más ciudades y en más países. A mí me gusta mucho la interacción, ese es el shot de adrenalina que más me gusta dentro del rap.
¿Cómo es su relación con el público?
Por el grafiti para mucha gente no soy tan ajeno porque saben que pinto hace muchos años y eso generan un morbo, ya por eso hay un interés de escuchar la vuelta. Cuando son en vivo me doy cuenta de que muchos de mi público son grafiteros. Que un pintor de repente salga del muro y coja el micrófono y levante un público genera una atracción chimba.
Creo que mi público más sólido son los grafiteros o la gente que está involucrada en la cultura, eso despliega más cosas como que los bboys entienden esos códigos, también los beatmakers, se hizo el público desde adentro de la escena y de ahí va a empezar a llegar el público más generalizado. Vamos por buen camino.
*Periodista y divulgadora cultural especializada en música local y rap en español.
Correo: sarizavarela@gmail.com