Dmitry Shishkin y su viaje por la tradición pianística del siglo XIX
El pianista ruso, que comenzó a vincularse con su instrumento cuando tenía tres años, pisa por primera vez América Latina y muestra sus destrezas en el Cartagena XVII Festival de Música.
Los dedos del pianista Dmitry Shishkin recorrerán en tres conciertos algunas de las composiciones más importantes del repertorio pianístico que surgió en Europa en el siglo XIX. Shishkin, uno de los pianistas invitados al Cartagena XVII Festival de Música, participó en el concierto inaugural de este evento artístico, junto a la Orquesta de Cámara de Praga, y además protagoniza dos conciertos en solitario.
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Los dedos del pianista Dmitry Shishkin recorrerán en tres conciertos algunas de las composiciones más importantes del repertorio pianístico que surgió en Europa en el siglo XIX. Shishkin, uno de los pianistas invitados al Cartagena XVII Festival de Música, participó en el concierto inaugural de este evento artístico, junto a la Orquesta de Cámara de Praga, y además protagoniza dos conciertos en solitario.
Su presencia en La Heroica representa un viaje por la música de Frédéric Chopin y Modest Mussorgsky, miembro del famoso Grupo de los Cinco —compositores que promovieron el nacionalismo musical ruso—, y de Tchaikovsky, Rachmaninov, Rubinstein y Scriabin, también autores cuyas obras bebieron de la fuente de otras tradiciones geográficas.
Esa amplitud de miradas también se refleja en la formación del pianista, que a sus tres años protagonizó su primer recital y a los seis realizó su primer concierto con orquesta. Tras esa demostración de dominio temprano del instrumento, Shishkin ingresó a la Escuela de Música Gnessin de Moscú, especializada en jóvenes talentos.
Después, pasó por otras prestigiosas instituciones como el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, en donde tuvo como maestra a la pianista georgiana Eliso Virsaladze, el Conservatorio Vincenzo Bellini de Catania (Italia) y la Musikhochschule de Hannover (Alemania).
La trayectoria de Shishkin ahora desembarca en Cartagena, en lo que además representa su debut en Latinoamérica. En su primera presentación, interpretó el Concierto n.° 1 para piano en mi menor, op. 11, de Chopin, el famoso compositor polaco que creó reconocidas piezas para piano como sus nocturnos y mazurcas.
Shishkin asegura que este concierto es una de las obras fundamentales de Chopin, un estandarte de su música, a pesar de que la escribió cuando tenía apenas 19 años. De hecho, el polaco solo compuso dos conciertos para piano.
“En general, la música de Chopin tiene un gran rango de emociones, desde la tristeza hasta la alegría más pura; él siempre se conectó con su vida, fue testigo de muchos cambios en la historia y eso se tradujo en su música”, asegura el pianista, quien además compartió escenario por primera vez con la Orquesta de Cámara de Praga, que tuvo como batuta al checo Zbynek Müller.
Los otros dos conciertos de Shishkin han tenido como escenario la capilla del Hotel Santa Clara y se han realizado a las 11:00 a.m., la franja reservada a los pianistas en el Cartagena Festival de Música. El repertorio del primero, efectuado este viernes 6 de enero, tuvo como título “Una tradición pianística que mira a Occidente”. Se escucharon obras de Anton Rubinstein, Alexander Scriabin, Sergei Rachmaninov y Piotr Ilich Tchaikovsky.
Los primeros cuatro, además de su faceta de compositores, también eran pianistas sobresalientes y representaron una contribución fundamental a la afirmación de la escuela pianística rusa. “Más allá de eso, tenían relación entre ellos, así que se influenciaron y eso también se refleja en su música y en cómo se desarrollaron sus estilos de composición. Es una mezcla muy interesante, porque eran compositores rusos, pero tuvieron una gran influencia de la tradición occidental”, añade Shishkin.
Shishkin ha desarrollado una conexión especial con Tchaikovsky, pues, además de estudiar en el Conservatorio de Moscú, en junio 2019 obtuvo la medalla de plata en el célebre concurso que lleva el apellido del compositor.
Curiosamente, en esa misma edición del concurso, el violonchelista colombiano Santiago Cañón Valencia —otro de los solistas invitados a este Festival— también ganó la medalla de plata en la categoría de su instrumento.
Por otro lado, Shishkin también se ha presentado junto a la Orquesta Sinfónica Tchaikovsky, bajo la dirección de Vladimir Fedoseev. De este compositor interpretará tres piezas breves para piano, incluida la Meditación, op. 72 n.° 5, la última que Tchaikovsky creó para este instrumento.
En su último recital, del sábado 7, el pianista interpretará una de las piezas más exquisitas de Modest Mussorgsky, quien se alejó de la manera tradicional de componer música. Muestra de ello es Cuadros de una exposición, para la que se inspiró en una exposición que el crítico Vladimir Stasov organizó con dibujos, bocetos y acuarelas del arquitecto Viktor Hartmann.
“Me encanta la idea de esta pieza, porque está basada en artes visuales, en diferentes pinturas y proyecta diversos escenarios de pinturas; es muy similar a un diario. Cuando era más joven, tenía la costumbre de ir a varias galerías, especialmente a la Tretiakov, que está en Moscú, y que me influenció mucho, me ayudó mucho a descubrir esta pieza, a aprenderla”, asegura Shishkin.
El concierto se complementará con Cuentos de hadas, op. 51, de Nikolái Médtner. Tanto Médtner como Mussorgsky se apropiaron de cuentos y leyendas de la cultura popular rusa para sus creaciones, una tendencia que refleja la temática de esta edición del Cartagena Festival de Música: “El canto de la Tierra”, que destaca aquella música de Europa del este que bebió de las tradiciones y el folclor de cada nación.