Eduardo Bergallo: “La Inteligencia Artificial no amenaza a los artistas de verdad”
El productor e ingeniero de sonido argentino ha trabajado con artistas latinos como Soda Stereo, Charly García, Mercedes Sosa y Aterciopelados. Recientemente, visitó a Medellín y dio su visión de la música actual y el uso de la Inteligencia Artificial.
Alberto González Martínez
Eduardo Bergallo ha sido el responsable de muchos de los sonidos de la música latinoamericana. Ha estado tras bambalinas de Soda Stereo, Charly García, Mercedes Sosa, Natalia Lafourcade, Aterciopelados y demás músicos del continente. Recientemente visitó a Medellín para dictar algunos talleres musicales y también habló para El Espectador de algunos temas relacionados con la actualidad musical y de su trayectoria.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Eduardo Bergallo ha sido el responsable de muchos de los sonidos de la música latinoamericana. Ha estado tras bambalinas de Soda Stereo, Charly García, Mercedes Sosa, Natalia Lafourcade, Aterciopelados y demás músicos del continente. Recientemente visitó a Medellín para dictar algunos talleres musicales y también habló para El Espectador de algunos temas relacionados con la actualidad musical y de su trayectoria.
El productor e ingeniero de sonido argentino mencionó la escena musical capitalina y paisa. De Bogotá dio su impresión de que antes se escuchaba más rock que ahora. De Medellín, dijo que le gusta la ciudad y, aunque no se refirió directamente al reguetón, se refirió a este género como música que sirve para bailar y divertirse. Para nada más.
Me pareció buen momento para referenciar la frase del productor antioqueño Juancho Valencia, a quien entrevisté recientemente, y quien hizo una crítica al género: “Los reguetoneros colombianos hoy son emprendedores, no artistas”, dijo en su momento. Estuvo de acuerdo e hizo una división que lo ha marcado desde pequeño: música para entretener y música relacionada con lo artístico.
“Mucho de la música popular hoy se basa en entretenimiento, sin mensaje trascendente ni con algo musicalmente interesante. No sé si sea por un tema de limitaciones, porque solo les interesa vender o porque realmente eso es lo que les atrae y ya. En estas canciones se repiten muchos patrones, tienen estructuras absolutamente predecibles y no es muy desafiante ni para quien la hace ni para quien la consume”, dice con la tranquilidad de un productor con experiencia.
La música para entretener: la que se repite
Los patrones repetitivos de inmediato me llevaron a pensar en Bizarrap, que era una de las últimas preguntas que tenía pensado hacerle. Ese fenómeno que pasó de ser un productor argentino que hacía música desde el cuarto de su casa para convertirse en un fenómeno global.
“Lo entiendo más como un fenómeno social que un fenómeno musical. O sea, es realmente increíble lo que ha logrado, tanto él como Paulo Londra, en su momento. Han llegado a puestos y oportunidades que no han tenido artistas como Cerati, por ejemplo. Qué lástima que teniendo esa oportunidad de llegar a tanta gente no se la jueguen por hacer algo más disruptivo y artístico”.
Son esas oportunidades que quizá muchos artistas piensan se están agotando con la Inteligencia Artificial, aunque para Bergallo no tanto. Recientemente han protestado cantantes de la talla de Billie Eilish, Juanes, Elvis Costello y desde disqueras como Universal Music que ha sembrado su postura en contra de esta tecnología, que incluso llevó a una confrontación con la red social TikTok, que terminó por quitar de la plataforma la música que es administrada por esta disquera.
“A medida que vos sigás pensando en un patrón, la IA te lo va a poder hacer tranquilamente. Si vos hacés algo que a la IA todavía no se le ha ocurrido, ahí es donde aparece lo interesante de la mente humana. A la larga, lo que se debería hacer es desafiar a la comunidad musical. Cuando aparecieron las máquinas de ritmo, en su momento, fue una amenaza para los bateristas, porque, claro, tocaba perfecto, más simple y económico. Desde entonces, la manera como se desarrollaron los bateristas es impresionante. Para mí no hay que tenerle miedo, hay que saberla manejar y por eso hoy está muy en discusión en premios como los Grammy”.
“¿O sea, que la verdadera amenaza de la IA es a los músicos que se vuelven repetitivos?”, le pregunté. La frase me hacía ojitos para un titular.
“Sí, sí. No es una gran amenaza para los artistas de verdad, para los demás sí”.
La música artística: la que ha repetido
Un estudio de una universidad londinense arrojó que las canciones, desde hace 30 años, se han vuelto más simples y repetitivas. Bergallo correspondió a esa apreciación e indicó que la música con la que creció en Argentina fue la de Charly García, Luis Alberto Spinetta y demás artistas que pertenecían a una camada poco escuchada, pero que logró trascender, y que contrastaba con otra más popular. Me explicó que con los años se fueron juntando y surgieron algunos de los músicos con los que él trabajó después, entre ellos Soda Stereo.
Sin buscarlo, apareció Cerati en varias respuestas, cómo también apareció el momento para ir terminando la entrevista y preguntar por el músico, con quien trabajó como ingeniero de sonido en el máster y en vivo, cuando estuvo en Soda. Había escuchado que Cerati era un curioso con los samples y la tecnología de su época, aspecto que Bergallo confirmó: “Él abrazó todas las cosas tecnológicas de punta y vanguardistas que se podían. Compraba instrumentos, pedales, máquinas, tratando de dominarlas a fondo. Era muy cabezón, decimos nosotros, de meterle cabeza, investigar y exprimir todo a lo máximo”.
“Mirá que cuando estamos haciendo ‘Bocanada’—prosiguió a modo de anécdota—, él estaba fabricando sonidos con un sintetizador en la computadora, que era algo bastante nuevo, empezaba a hacer síntesis virtual ahí, lo iba guardando, le ponía hombres muy raros y se armaba todo su banco de sonidos propios. Lo mismo hacía con sus sonidos de guitarra. Cuando ensayamos en la sala de ensayo de Soda, pasaba dos horas atornillado con su pedalera probando y generando sonidos para usar. Eso es muy de artesano, pero también de artista”.
Bergallo cree más en la música con la que creció que en la de ahora, pero no pierde la fe en algunas nuevas propuestas en Argentina y en cualquier parte del mundo, que él mismo ha hurgado. Ahora, a sus 60 años, trabaja con Él Mató a un Policía Motorizado y un nuevo proyecto llamado Todos Los Martes, a quien define como la síntesis del rock argentino. La conversación, al final, se tornó sobre bandas de rock actual.
—Esperemos que resurja el rock— le dije a modo de cierre.
—¡Vamos, vamos con el rock!— respondió él con más esperanza que la mía.