"El poder de la música es unir a la gente", dice Madonna en Eurovision israelí
Finalizado el turno de actuaciones de los concursantes, la diva del pop subió al escenario en Tel Aviv para dar inicio a una presentación de 9 minutos de duración, que arrancó con la reinterpretación de su clásico "Like a prayer".
EFE
"El poder de la música es unir a la gente", comentó Madonna este sábado en su histórica primera actuación en la gran final del Festival de Eurovisión, palabras que algunos han leído en clave de defensa frente a las críticas que le han hecho por presentarse en Israel. (Lea también: Madonna después de "Medellín")
Fue minutos antes de una actuación en la que revivió Like a prayer, el sencillo que revolucionó el mundo hace 30 años gracias a un incendiario videoclip en el que besaba a un Jesucristo negro. (Le puede interesar: Madonna se hace material)
Seguidora de la Cábala (en la tradición judía, sistema de interpretación místico y alegórica del Antiguo Testamento), quizás la diva ha preferido recatarse en su show en Expo Tel Aviv, a escasos 70 kilómetros de Jerusalén, de Belén y en general de todos los rincones que comprenden la vida y muerte del mesías católico. (Además: Video: Madonna y Maluma, unidos por "Medellín")
Concluido el turno de actuaciones a concurso, la diva se subió al escenario para dar inicio a una presentación de 9 minutos de duración que arrancó con la reinterpretación de su citado clásico, en clave de coral eclesiástica y junto a 30 acólitos de su propio culto que, vestidos con túnicas, la arropaban en una gran escalinata.
Después llegó el estreno en vivo de su más reciente tema, el dancehall jamaicano Future, en el que reflexiona sobre el mundo en el que vivimos, esta vez con su cuerpo de baile ataviado con máscaras de gas.
Se trata del cuarto tema que lanza del que será su próximo lanzamiento discográfico, Madame X, que verá la luz el 14 de junio y la embarcará en una gira mundial de presentación que, de momento, solo la ha llevado a ofrecer dos actuaciones estelares, una hace dos semanas en los Billboard Awards junto a Maluma, y esta de Eurovisión.
La comentada participación en el Festival Europeo de la Canción ha sido fruto de una larga cadena de rumores y desmentidos desde que el pasado mes de febrero se anunció que la costearía el multimillonario canadiense israelí, Sylvan Adams, el mismo que llevó el Giro de Italia a Israel.
Cerrado ese acuerdo, que se estimó en un millón de dólares (890.973 euros), quedaba pendiente aún por concretar otro relativo a la Unión Europea de Radiodifusión y los derechos de transmisión de uno de los dos temas que había de interpretar en la gala, Like a prayer.
Aún así, el pasado martes la estrella llegó a Tel Aviv tras volar junto a un séquito de cerca de cien personas. Algunas informaciones apuntaron entonces a que cuando el jueves acudió al ensayo de su actuación, se encontró la puerta cerrada del recinto por orden del supervisor ejecutivo del evento, Jon Ola Sand.
Al final, se dio el visto bueno para que Madonna pudiera acceder al recinto, después de que su equipo amenazara con cancelar la actuación, que no se confirmó oficialmente hasta la noche de ese día y que se ha convertido en uno de los momentos más esperados de esta edición.
"Son todos campeones, llegar aquí no es fácil, primero porque tienen un sueño por el que luchar. En mi opinión, eso los hace vencedores, independientemente de lo que pase", dijo la cantante en unas palabras expresamente dirigidas a los 26 participantes de la final.
"El poder de la música es unir a la gente", comentó Madonna este sábado en su histórica primera actuación en la gran final del Festival de Eurovisión, palabras que algunos han leído en clave de defensa frente a las críticas que le han hecho por presentarse en Israel. (Lea también: Madonna después de "Medellín")
Fue minutos antes de una actuación en la que revivió Like a prayer, el sencillo que revolucionó el mundo hace 30 años gracias a un incendiario videoclip en el que besaba a un Jesucristo negro. (Le puede interesar: Madonna se hace material)
Seguidora de la Cábala (en la tradición judía, sistema de interpretación místico y alegórica del Antiguo Testamento), quizás la diva ha preferido recatarse en su show en Expo Tel Aviv, a escasos 70 kilómetros de Jerusalén, de Belén y en general de todos los rincones que comprenden la vida y muerte del mesías católico. (Además: Video: Madonna y Maluma, unidos por "Medellín")
Concluido el turno de actuaciones a concurso, la diva se subió al escenario para dar inicio a una presentación de 9 minutos de duración que arrancó con la reinterpretación de su citado clásico, en clave de coral eclesiástica y junto a 30 acólitos de su propio culto que, vestidos con túnicas, la arropaban en una gran escalinata.
Después llegó el estreno en vivo de su más reciente tema, el dancehall jamaicano Future, en el que reflexiona sobre el mundo en el que vivimos, esta vez con su cuerpo de baile ataviado con máscaras de gas.
Se trata del cuarto tema que lanza del que será su próximo lanzamiento discográfico, Madame X, que verá la luz el 14 de junio y la embarcará en una gira mundial de presentación que, de momento, solo la ha llevado a ofrecer dos actuaciones estelares, una hace dos semanas en los Billboard Awards junto a Maluma, y esta de Eurovisión.
La comentada participación en el Festival Europeo de la Canción ha sido fruto de una larga cadena de rumores y desmentidos desde que el pasado mes de febrero se anunció que la costearía el multimillonario canadiense israelí, Sylvan Adams, el mismo que llevó el Giro de Italia a Israel.
Cerrado ese acuerdo, que se estimó en un millón de dólares (890.973 euros), quedaba pendiente aún por concretar otro relativo a la Unión Europea de Radiodifusión y los derechos de transmisión de uno de los dos temas que había de interpretar en la gala, Like a prayer.
Aún así, el pasado martes la estrella llegó a Tel Aviv tras volar junto a un séquito de cerca de cien personas. Algunas informaciones apuntaron entonces a que cuando el jueves acudió al ensayo de su actuación, se encontró la puerta cerrada del recinto por orden del supervisor ejecutivo del evento, Jon Ola Sand.
Al final, se dio el visto bueno para que Madonna pudiera acceder al recinto, después de que su equipo amenazara con cancelar la actuación, que no se confirmó oficialmente hasta la noche de ese día y que se ha convertido en uno de los momentos más esperados de esta edición.
"Son todos campeones, llegar aquí no es fácil, primero porque tienen un sueño por el que luchar. En mi opinión, eso los hace vencedores, independientemente de lo que pase", dijo la cantante en unas palabras expresamente dirigidas a los 26 participantes de la final.