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Gabriel García Márquez decía que cada vez que volvía al Caribe, su cuerpo y mente se reajustaban, que era capaz de identificar el medio a su alrededor. “Llegué a la conclusión que uno es de su medio ecológico y que es peligrosísimo y gravísimo salir de él. A mí me sueltan vendado y yo sé que estoy en el Caribe porque el organismo me está funcionando de una manera que no me funciona en ninguna otra parte, es un reajuste que se debe a una identificación total del cuerpo y la mente con el medio”. Algo parecido vivió Luis Román a.k.a MC Ari cuando regresó a Cartagena tras haber pasado meses como inmigrante en Estados Unidos consiguiendo dinero para sustentar a su familia.
Y es que, en su paso por el extranjero, dejó de ser momentáneamente el activista, teólogo y diseñador de 41 años establecido en la capital del Bolívar, que manifestaba su amor por el rap y su espiritualidad en prosa para convertirse en un trabajador más. Allí no existía ninguna cafetería en la que lo reconocieran y le quisieran invitar un café. Estaba solo al igual que los otros cientos de latinoamericanos que viajan al norte del continente a conseguir dinero.
“En el extranjero tú eres un número en una fábrica con otras seis mil personas, entonces es fácil que pierdas tu identidad, es fácil que te conviertas en otro”. Por ello, cuando regresó, supo cuál sería el nombre de su próximo álbum: El Rey Solo. “Tú tienes que aferrarte a tu corona, a tu identidad, porque ahora estás solo, pero mi corona no me la quita nadie”, concluyó.
Esa tenacidad en contra del olvido de sí mismo se reflejó en once canciones que componen su más reciente disco. “Después de tanto tiempo estando afuera trabajando y lograr ‘El Rey Solo’ se siente como una victoria nueva porque la solución más fácil sería no hacerlo, me metería en menos problemas dejándolo, continuarlo sigue siendo un acto de victoria. A veces, tú piensas que te vas a quedar atrapado en el exterior y al regresar y poder materializarlo es como que vencimos una vez más”. Pero ese triunfo no es individual, pues en el camino lo acompañó desde la producción El Arkeólogo, más conocido como Gambeta, integrante de la agrupación Alcolirykoz. Ambos comparten una amistad que ha evolucionado y que se ha fortalecido con los años, aunque en un principio fue una relación meramente profesional.
“Recuerdo que Ari me dijo que si quería escuchar la canción que escribió en mi beat. Me la mandó y para mí fue una sorpresa que me gustara tanto, desde ese día le dije a Ari que contara conmigo para lo que necesitara, que yo sabía que la vuelta era huracán en cuanto a lo económico, pero que me parecía brutal que alguien de la costa estuviera representando porque hacía falta”, relata El Arkeólogo. Fue para aquella época, en el 2019, que salió su primera obra juntos, “El Sinsonte”. Desde entonces han sido inseparables incluso en la distancia. “Él hizo muchas más cosas después, igual yo siempre he estado ahí, él me mandaba muchos beats, entonces cuando hicimos este álbum para mí fue una manera de decir que sigue siendo fuerte el lazo que tenemos, sigue siendo fuerte la manera y el amor que tenemos de vivir esto”.
Para el beatmaker no es solo una demostración de solidez de su propia amistad, sino también, una muestra del paso del tiempo, han transcurrido seis años desde su último disco juntos y se nota. “Cuando salió este álbum mucha gente me escribió. Amigos de la misma época que son muy estrictos escuchando rap me felicitaban y yo decía ‘bueno, estos manes cuando hicimos El Sinsonte no me felicitaban’ y no es que ese no sea un gran álbum porque tuvo una respuesta muy rápida y tuvo canciones muy poderosas, pero siento que este álbum (El Rey Solo) vuelve y conecta con más gente de la que ya había, creció, hay más gente dispuesta escuchándonos y entendiéndonos”. MC Ari comparte esta opinión. “Hay cosas que no cambian como el amor por las cosas que hacemos, pero hay otras que sí lo hacen porque nosotros estamos cambiando. Gambeta ahora sabe más que cuando hicimos ‘El Sinsonte’ y yo seguramente he aprendido más también. La madurez se va notando y esperamos que así sea. Si él y yo mañana nos reunimos y hacemos un disco que pensamos está por debajo de ‘El Rey Solo’ jamás lo sacaríamos, solo nos atreveríamos a sacar un disco que creemos que es superior. Si yo no pensara que podría hacerlo mejor, me retiraría”.
Para hacer aún más evidente esa evolución, MC Ari empieza el repertorio con “Minuto De Silencio (Intro)” en la cual se samplea un audio del poeta Rómulo Augusto en el que recita “Ilímites”, composición que describe cómo un caballo por un brevísimo momento se vuelve pájaro y, en el mundo lírico de Ari, funciona como la conexión directa con su álbum antecesor, dejando explícito el puente que une las obras. No es la misma ave, pero sigue ahí, conserva su identidad, nunca se fue. “Ya no puedo volver, ni que quisiera esos instantes. No sin consecuencias pero no soy el de antes, quemaduras bajo el suéter, lo verás cuando levantes “, rapea.
“MAGIA”, la segunda pieza del track list es una de las favoritas de la dupla. Para Gambeta, es una canción que le recuerda todo lo que le gusta del rap. Además, para continuar con el arranque explosivo, cuenta con una colaboración más a cargo del dj Fa-Zeta, también integrante de Alcolirykoz, quien se encarga de los scratches. La combinación resulta armónica y encaja perfectamente en el engranaje, dándole paso a “QUIÉN?” con L’Xuasma. Después le siguen canciones como “HARAPOS & CORONAS”, “WHO’S BACK” y “JAZMÍN” en las que participan otras figuras del rap como Luis7Lunes, Norick, Noé Castilla y Dj Lockz. Cada una minuciosamente curada, en las que tanto El Arkeólogo como MC Ari dan todo de sí para que el resultado sea la crème de la crème.
Pero para ambos no solo es un ejercicio artístico en el que comparten y se comunican sino que tiene una relevancia a la hora de representar el rap del Caribe, en el que carecen tanto los referentes como el público que está cooptado mayormente por la champeta, el género underground de la región. “Creo que cada vez hay menos raperos, pero al nosotros mantenerlo por tanto tiempo logramos el respeto de esas otras culturas y gozamos de ese reconocimiento como una medalla. El rap sigue siendo pequeñito. Digo solo por La Tinta del Caribe, el movimiento de nosotros, sigue ganando público ahí como al margen de todas las cosas, sigue creciendo, pero aparte de eso no hay mucho tampoco, esa es la verdad”, confiesa MC Ari.
Para El Arkeólogo es importante que exista esa multiplicidad de voces para hacer más rico el movimiento y las formas en las que se narra. “Eso es lo que nos hace grandes, nos hace crecer, las identidades diversas y que esto no se cierra en un círculo y ya de que ‘este es el rap que más suena, entonces todas las ciudades de un país entero debería sonar así’. Eso me parece aburridor. Lo mejor es que todo sea diferente, según en el lugar en el que esté las condiciones sean difíciles o no, a mí sí me parece muy importante que esas diferencias se noten. Te hablo de estilo, contexto social y letras, todo eso cambia”.
Por suerte, mientras se gestan otras propuestas a lo largo y ancho del país, MC Ari seguirá estableciéndose como una voz activa en el rap cartagenero porque si hay una razón por la cual sigue escribiendo es por amor. La pasión o fiebre, como él la llama, no se extingue, va en aumento y en compañía de su compañero de las montañas antioqueñas seguirá haciendo lo que su alma añora.
Ahora es el turno de los bogotanos ser testigos de las experiencias del rapero hecho verbo, escuchar en vivo al dúo que no falla y darse cuenta de que, al igual que Gabriel García Márquez, MC Ari nunca se fue. “Cualquiera que me haya leído se da cuenta que yo no me he ido, o si me he ido no he logrado cortarme el cordón umbilical. Otra cosa es que viva en otra parte, pero uno se va cuando se desarraiga”.