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¿Cómo ha vivido la pandemia ocasionada por el COVID-19?
Cuando empezó todo el tema del confinamiento estaba en Nueva York, se van a dar cuenta porque va a salir algo sobre eso. Desde allá viajé a Miami por mis maletas, me vine para Medellín y al otro día cerraron los aeropuertos. Al principio estaba muy asustada, pero con el paso de los meses me he ido adaptando y he podido entender que este es un momento que tenemos que vivir, debemos adaptarnos, cuidarnos y ser muy responsables. Esta situación me ha dejado cosas muy bonitas también, como valorar más mi hogar y a mis seres queridos.
¿Por qué eligió el 24 de julio como la fecha específica para lanzar “A fuego”?
Estoy en una etapa muy especial de mi vida, porque me he enfocado mucho en mi parte espiritual, en medio de todo este miedo de no saber para dónde vamos necesitaba fortalecer esa parte, tuve que cancelar una gira de dos meses por Europa, algo muy duro para mí. Tengo una guía espiritual que me acompaña en todo momento, y decidí preguntar a los ángeles que cuándo debía relanzar esta canción… y respondieron que el 24 de julio. No se equivocaron, porque estoy recogiendo frutos maravillosos de esta canción.
La compuso junto con el panameño Sech. ¿Cómo se unió con él y qué tal fue la experiencia de coautoría?
Llega un momento en el que te aburres de escribir desde el mismo lugar, creo que todos los escritores necesitamos buscar ese lugar que nos inspira, y decidí empacar mis maletas e irme para Panamá a tocar puertas y escuchar ritmos, porque es un país muy rico en sonidos, sobre todo de dance hall en español. Hay muchos artistas panameños que admiro, obviamente entre ellos está Sech, y él me abrió las puertas de una manera increíble, grabamos seis canciones en su estudio, y de esas nació A fuego.
Esta tiene una complicidad especial entre el piano, los “beats” del reguetón y su rapeo. ¿Cómo encontró ese equilibrio entre los tres elementos?
A prueba y error, una y otra vez. Han sido muchos años de buscar ese sonido no solo vocal, sino también en la parte de instrumentación, he viajado a varias partes escuchando sonidos de hip hop, dance hall… y ha sido una mezcla de todo eso, que además llevo en mi sangre, porque vengo de escuchar tambores, flautas y puro folclor colombiano. Siempre he sido una constante exploradora de la música. Tenía claro que quería hablar de un trío amoroso en esta canción, porque estoy segura de que en cuarentena salieron un montón de historias así.
¿En este sencillo le dio espacio a la improvisación, o todo lo tenía escrito?
Los años te dan mucha madurez y agilidad mental, y tengo la facilidad de que, cuando estoy en el momento adecuado, las letras me fluyen de una manera impresionante. No me he concentrado ciento por ciento en el freestyle, pero sí puedo improvisar, pero debe ser en el momento correcto, pero todo lo que la gente escucha en el rap lo escribo yo, y me sale rapidísimo… esa habilidad la tengo desde que tenía 14 años, desde que me enamoré de la música urbana.
¿Qué tanto se parece “A fuego” a lo que viene para Farina?
Creo que todo es un rompecabezas, de hecho venía sacando muchas canciones en trap, Kardashian o Fariana, y de un momento a otro me di cuenta de que necesitaba una pausa para lanzar una canción melódica, porque no puedo dejar ese público a un lado, tengo mujeres a las que les encanta cuando Farina canta, y habla de historias de amor, de desamor… debo alimentar a todos mis públicos. Después de A fuego vienen dos canciones, una muy romántica y la otra muy “calle”, también viene un álbum con Arcángel, que es muy parecido a mí.
Entre la faceta melódica y la más “calle”, ¿cuál es la que más disfruta?
Depende de cómo me levante. A veces solo quiero rapear, y otras veces tengo ese lado romántico, ambos los disfruto y son muy importantes, aunque me río mucho más con mi lado “calle”, al que le llamo “Fariana”, porque hay momentos donde quiero callarla, pero no puedo.
¿Qué permanece y qué ha cambiado de la Farina que participó en el “Factor X” en 2005?
En estos días me di cuenta de que toda la vida he sido muy competitiva porque nací y crecí en una competencia. Mi nacimiento como artista fue en una competencia, rodeada de un montón de monstruos musicales que me hicieron crecer y me hicieron ser lo que soy ahora. Tengo mucho de Factor X, y en este momento de mi carrera lo tengo triplicado, porque cuando tú llegas a ese punto donde, tras prueba y error, la gente te dice “sí, ese es el camino”, quieres seguir subiendo las revoluciones, y así me siento en este momento.