Fat N, el basquetbolista al que le tocó ser rapero
Ante la baja de Carpediem, el MC caleño representará a Colombia en la final del torneo de freestyle más importante del mundo en habla hispana.
Joseph Casañas Angulo
Faltaban cinco minutos para que se acabara el partido en la Play. Gritos, arengas, algún insulto. La supremacía de Oner, el MC de Venezuela que representará a su país en la final internacional de Red Bull Batalla, y su Barça estaba terminando con el PSG bajo el mando de Tess La, el creador de contenido mexicano. Nadie quería parar el juego, pero tocaba. Anuncio importante. “Carpediem no participará en la competencia. Su lugar lo toma Fat N”.
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Faltaban cinco minutos para que se acabara el partido en la Play. Gritos, arengas, algún insulto. La supremacía de Oner, el MC de Venezuela que representará a su país en la final internacional de Red Bull Batalla, y su Barça estaba terminando con el PSG bajo el mando de Tess La, el creador de contenido mexicano. Nadie quería parar el juego, pero tocaba. Anuncio importante. “Carpediem no participará en la competencia. Su lugar lo toma Fat N”.
La algarabía tuvo una pausa. Una pequeña. Porque cuando se reinició el juego los gritos volvieron. Tess La ganó. Resultado inesperado, aunque no tan inesperado como la noticia de la ausencia del campeón local. Fat N ya estaba desde el día anterior en el hotel. Merodeaba como un fantasma. Este año fue subcampeón de Red Bull Batalla en Colombia. El suplente tiene que estar. La mala fortuna de alguien más ahora es su oportunidad. “Hay varios a los que en primera ronda les puedo dar pelea y hasta sacar. Manito, yo estoy con mi perfil bajo, pero si me toca lo rompo”, nos dijo el rapero de Cali horas antes del anuncio de que se confirmara que iba a ser uno de los 16 MCs que pelearía por el cinturón en la final internacional de la batalla de los dos toros. Será su debut y él luce imperturbable. O quizá no hay tiempo ni ganas de mostrar nervios.
Es la hora del almuerzo. En una hora llegan los autobuses que llevan a los MC a un partido de baloncesto. Fat N llega a una de las mesas. Jota, el representante de Perú, se come un pedazo de carne con ensalada y Éxodo Lirical, de República Dominicana, un fricasé de pollo. Les muestra la imagen que lo anuncia como concursante oficial. “Estoy muy feliz, manito. Motivado”. Dice eso mientras simula botar una pelota de baloncesto, lanzar de tres puntos y anotar en el último segundo del partido.
Su madre, Rocío Cortés, mira la escena desde una mesa vecina. Su “guerrero”, como le dice, tiene una oportunidad soñada, aunque le gustaría que su hijo se terminara el arroz con pollo que dejó a la mitad.
Hora de ir a jugar baloncesto. Éxodo Lirical no va. Tiene clase. Está en primer trimestre de psicología clínica y no quiere faltar. Mientras llegan los buses, el de República Dominicana le enseña a Jota su play list favorita: “Coño, pero que maldita bachata”. Le pone sus audífonos al peruano y el de Trujillo baila en su silla mientras mastica carne con tomate cherry.
El día anterior Aczino y Gazir, actual campeón y su campeón mundial eligieron sus equipos para la partida de baloncesto.
En el quipo equipo azul quedaron Aczino, Yoiker, Oner, SNK, Jota, Jesse Pungaz, Spektro y Fat N. En el rojo Gazir, Bnet, Mecha, Éxodo Lirical, Chuty, Abel, Reverse, Diego Flores y Skiper.
Sobre el papel el capitán de los azules era Azcino. Solo sobre el papel, porque en la práctica Fat N, con 17 años, y desde el camerino comandó al equipo. Dirigió el calentamiento, ubico a sus compañeros, definió los cambios y la estrategia. Evidente no era la primera vez que iba jugar baloncesto. Y lo demostró.
El equipo azul derrotó al equipo rojo 35 a 21, pero el resultado es una anécdota, porque los MC que disputan el título internacional este sábado coinciden en afirmar que el mejor del maderamen fue Fat N. Una locura a la que ahora le dicen “Fat Nordan”. Él hizo 13 puntos.
“Hubiera podido ser mejor. Mi mamá tuvo una crisis económica. Ya hacía freestyle, pero al tiempo jugaba baloncesto, pero se me dañaron los zapatos y no tenía plata para pagar los entrenos y decidí dejar de jugar. Con lo que me ganaba rapeando en las plazas, en vez de comprar unos zapatos, lo utilizaba pata ayudarle a mi mamá”.
Fat N en la semifinal de Red Bull Batalla Colombia contra Valles T.
Y claro que el público que asistió a la cancha de baloncesto del Centro de Felicidad las Cometas en el norte de Bogotá estaba sorprendido con Fat N, también sus compañeros freestylers, pero la más sorprendida era doña Rocío Cortés. “No sabía que jugaba tan bien. Es que yo me he perdido muchas cosas de mis hijos por estar trabajando, pero me hace sentir muy orgullosa. Si él es feliz, yo soy el doble. Mi guerrero se merecen muchas cosas lindas”, dice mientras lo mira a la distancia. Lo están entrevistando y ella aún no entiende la magnitud de todo lo que está sucediendo. Su hijo está a horas de representar a Colombia en el torneo de freestyle más importante en habla hispana del mundo. Y él tampoco parece entenderlo todo.
Daniel Acosta Romero y Juan Camilo López, árbitros del juego que por momentos tuvo muy poco de amistoso, dicen que nunca habían dirigido un partido protagonizado por raperos. “Hay uno que otro que sabe jugar. Como nosotros decimos, por los tenis se conoce al jugador”, dice López mientras mira a Fat N. Romero también reconoce en Bnet, Yartzi y Yoiker jugadores con cualidades.
En el tercer cuarto el MC español, Bnet no pudo seguir. Una vieja lesión de rodilla le pasó factura.
A horas días de la final internacional de Red Bull Batalla ya están claras un par de cosas. Ya sabemos que el mejor jugador de baloncesto de esta edición es el mismo que representará a Colombia. También sabemos que el caleño, así gane o pierda, quiere llegar a comer el sudado de pollo que prepara doña Rocío. “Le gusta mucho. Es la única comida que se come sin estar detrás pidiéndole que se alimente”.
Mientras su mamá me cuenta que al MC poco le gusta ir ayudarle al restaurante que tiene en Cali porque prefiere estar bailando, rapeando o jugando baloncesto, Fat N lee un reportaje suyo que se acaba de publicar. “Este lo hiciste tú, manito”, me dice. “Te faltó decir que no estoy nervioso, que me gusta Tupac y que gracias a mi mamá estoy aquí”. Se va. Tiene que ir a jugar a la Play.