Festival Cordillera, el primero con una conciencia ambiental para América Latina
El evento, que se llevará a cabo este 24 y 25 de septiembre, no solo tiene un componente cultural que resalta la historia y el impacto de los sonidos latinoamericanos. Además, busca convertirse en un referente ecológico para los eventos de grandes masas en el continente y el mundo.
El parque Simón Bolívar, ubicado en el centro geográfico de Bogotá, será el escenario de la primera edición del Festival Cordillera, un evento donde se vivirán los sonidos latinoamericanos junto a sus mayores leyendas y donde los himnos de generaciones de fanáticos resonarán por todo el continente. Maná, Caifanes, Los Fabulosos Cadillacs, Zoé, Café Tacvba, Draco Rosa, Julieta Venegas, Los Auténticos Decadentes, Molotov, Mon Laferte, Babasónicos, Toto La Momposina, No Te Va Gustar, The Wailers, Piero, La Etnnia, entre otros.
Más allá de ser un evento que pretende hacer historia en Colombia, al ser el lugar donde se revive la esencia y el orgullo latino, se busca que el Festival sea recordado como un espacio comprometido con el medio ambiente y que las prácticas ecológicas en eventos masivos como este, sean replicados en todo el continente y en el mundo.
El Espectador habló con Laura Vásquez, vocera medioambiental del festival, sobre los detalles de esta iniciativa y la contribución que los asistentes harán para el medio ambiente, solo con ir a disfrutar de la música que los vio crecer y que corre por sus venas.
“Quisimos que una de las verticales del festival y de las cosas más importantes no solo fuera la música, sino también el tema ambiental. Por primera vez en Colombia un festival está haciendo medición de huella de carbono y esperamos poder compensar la totalidad de la huella. La forma en la que lo vamos a hacer es justamente a través de cada transacción que se hace al festival: por cada una, se está sembrando un árbol en nombre del comprador”, explicó.
El Páramo de Las Cuchillas, ubicado en el municipio de Villapinzón, en Cundinamarca, será el lugar en el que se espera poder sembrar unos 25.000 árboles, producto del evento, sumándose a los más de 11.933 que ya se han sembrado por parte de Ocesa Colombia y Páramo Presenta, de la mano con la Fundación Al Verde Vivo, que son sus aliados ambientales.
Para Laura, aunque alrededor del mundo ya hay muchos festivales y giras de artistas que lo están haciendo, el propósito no solo es seguir la tendencia, sino medir el impacto real que esta genera. “Poder ser pioneros en nuestro país en traer esta nueva forma y modelo de retribución al planeta. Es muy importante para nosotros que nuestros eventos empiecen a ser carbono neutral, carbono cero y, ojalá, algún día, carbono positivo, que es la meta de Páramo Presenta como compañía y ojalá sea el primero de muchos eventos que podamos hacer así”.
Es así como esta iniciativa aboga por la recuperación y conservación del páramo en Colombia, la reforestación de especies de Bosque Alto Andino y la siembra de árboles nativos en la cuenca alta del Río Bogotá.
Sin embargo, estas no son las únicas acciones con las que el festival pretende cumplir este objetivo, sino que, desde la escogencia del Parque Simón Bolívar, se tiene pensado el impacto medioambiental responsable del evento.
“Por primera vez también tenemos un festival en la mitad de Bogotá, lo cual implica que la movilización de los asistentes no sea tan impactante, porque no tienen que movilizarse durante mucho tiempo a otros lugares a las afueras. Queremos incentivar, sobre todo, que la gente utilice transporte público para llegar al festival o que utilice transporte compartido”.
Por otro lado, el Cordillera aspira ser plástico cero. “Estamos haciendo todo lo posible, (seguramente no lograremos esta meta), pero es una que se está trazando el festival a futuro. No vamos a tener plástico en botellas de agua o de licor, simplemente, todo va a estar envasado en termos reutilizables que las personas pueden adquirir en el festival o pueden llevar su termo al festival para recargarlo con lo que vayan a consumir dentro. Además, nuestros vasos dentro del festival son de materiales reciclados, lo cual también es muy importante”.
El Festival Cordillera llegó para marcar esa pauta. De ahora en adelante, se espera que los eventos masivos como este sigan esta línea de compromiso con esta causa y lo repliquen en muchos festivales más, para poder tener casi que la huella de todos los eventos que se hacen al año y poderlo compensar.
El parque Simón Bolívar, ubicado en el centro geográfico de Bogotá, será el escenario de la primera edición del Festival Cordillera, un evento donde se vivirán los sonidos latinoamericanos junto a sus mayores leyendas y donde los himnos de generaciones de fanáticos resonarán por todo el continente. Maná, Caifanes, Los Fabulosos Cadillacs, Zoé, Café Tacvba, Draco Rosa, Julieta Venegas, Los Auténticos Decadentes, Molotov, Mon Laferte, Babasónicos, Toto La Momposina, No Te Va Gustar, The Wailers, Piero, La Etnnia, entre otros.
Más allá de ser un evento que pretende hacer historia en Colombia, al ser el lugar donde se revive la esencia y el orgullo latino, se busca que el Festival sea recordado como un espacio comprometido con el medio ambiente y que las prácticas ecológicas en eventos masivos como este, sean replicados en todo el continente y en el mundo.
El Espectador habló con Laura Vásquez, vocera medioambiental del festival, sobre los detalles de esta iniciativa y la contribución que los asistentes harán para el medio ambiente, solo con ir a disfrutar de la música que los vio crecer y que corre por sus venas.
“Quisimos que una de las verticales del festival y de las cosas más importantes no solo fuera la música, sino también el tema ambiental. Por primera vez en Colombia un festival está haciendo medición de huella de carbono y esperamos poder compensar la totalidad de la huella. La forma en la que lo vamos a hacer es justamente a través de cada transacción que se hace al festival: por cada una, se está sembrando un árbol en nombre del comprador”, explicó.
El Páramo de Las Cuchillas, ubicado en el municipio de Villapinzón, en Cundinamarca, será el lugar en el que se espera poder sembrar unos 25.000 árboles, producto del evento, sumándose a los más de 11.933 que ya se han sembrado por parte de Ocesa Colombia y Páramo Presenta, de la mano con la Fundación Al Verde Vivo, que son sus aliados ambientales.
Para Laura, aunque alrededor del mundo ya hay muchos festivales y giras de artistas que lo están haciendo, el propósito no solo es seguir la tendencia, sino medir el impacto real que esta genera. “Poder ser pioneros en nuestro país en traer esta nueva forma y modelo de retribución al planeta. Es muy importante para nosotros que nuestros eventos empiecen a ser carbono neutral, carbono cero y, ojalá, algún día, carbono positivo, que es la meta de Páramo Presenta como compañía y ojalá sea el primero de muchos eventos que podamos hacer así”.
Es así como esta iniciativa aboga por la recuperación y conservación del páramo en Colombia, la reforestación de especies de Bosque Alto Andino y la siembra de árboles nativos en la cuenca alta del Río Bogotá.
Sin embargo, estas no son las únicas acciones con las que el festival pretende cumplir este objetivo, sino que, desde la escogencia del Parque Simón Bolívar, se tiene pensado el impacto medioambiental responsable del evento.
“Por primera vez también tenemos un festival en la mitad de Bogotá, lo cual implica que la movilización de los asistentes no sea tan impactante, porque no tienen que movilizarse durante mucho tiempo a otros lugares a las afueras. Queremos incentivar, sobre todo, que la gente utilice transporte público para llegar al festival o que utilice transporte compartido”.
Por otro lado, el Cordillera aspira ser plástico cero. “Estamos haciendo todo lo posible, (seguramente no lograremos esta meta), pero es una que se está trazando el festival a futuro. No vamos a tener plástico en botellas de agua o de licor, simplemente, todo va a estar envasado en termos reutilizables que las personas pueden adquirir en el festival o pueden llevar su termo al festival para recargarlo con lo que vayan a consumir dentro. Además, nuestros vasos dentro del festival son de materiales reciclados, lo cual también es muy importante”.
El Festival Cordillera llegó para marcar esa pauta. De ahora en adelante, se espera que los eventos masivos como este sigan esta línea de compromiso con esta causa y lo repliquen en muchos festivales más, para poder tener casi que la huella de todos los eventos que se hacen al año y poderlo compensar.