Imagen de referencia. Alberto Jamaica tocando el acordeón con música de baile de fiesta en el Rainforest World Music Festival en Sarawak Cultural Village el 28 de junio de 2013 en Kuching, Sarawak, Malasia.
Foto: Getty Images - Robertus Pudyanto
Los abuelos y padres de muchos de nosotros lograron ponerles más de un tatequieto, a tantos muchachos traviesos, con seres que nunca vimos, pero que el solo nombrarlos, nos causaban escalofrío. Todas esas estrategias provincianas lograron enderezar muchos torcidos comportamientos. Para ellos no era difícil, invocar al más allá y traer en un corto tiempo, “al cuco”, “la llorona”, “el sin cabeza”, “la bruja o el brujo”, el canto de la serpiente “Doroy”, “El silborcito”, hacer uso del “chucho”, “la varita de totumo suazá” y como último recurso,...