Hermetika, el sonido de la electrónica más allá del “chispum”
El dúo bogotano de música electrónica Hermetika, conformado por Juan Bautista Puerto y Paul Libbos Braun, presenta su primer EP, titulado “SEA”. Los músicos hablaron para El Espectador sobre cómo se juntaron para crear música, los matices de su proyecto y la buena salud de la música electrónica made in Colombia.
Mateo Medina Escobar
Samuel Sosa Velandia
La fiesta llega a su mejor momento. Alcanza su pico de euforia. La música y la rumba llegan al hype de la noche, El sonido de un bajo “gordo, redondo y espectacular” envuelve el último instante de una fiesta que no tuvo inicio. Así lo recuerda Paul Libbos Braun, el guitarrista del grupo musical Hermetika, quien explica cómo un sueño se convirtió en una de las canciones del primer EP de la banda.
El músico soñó que estaba en una fiesta y oía una canción aún sin componer. El bajo lo hipnotizo. “Me di cuenta de que estaba en un sueño y dije: ‘Este bajo se me va a olvidar y esta canción se va a perder”. Libbos memorizó lo mejor que pudo aquel sonido onírico y, cuando abrió los ojos, solo con unos boxers puestos, corrió al estudio de grabación.
Paul Libbos Braun y Juan Bautista Puerto son vecinos que se hicieron amigos y un día, por casualidad, formaron el grupo de música electrónica Hermetika, un proyecto bogotano que lanzó su primer EP, titulado “Sea”, a principios del año. El dúo habló para El Espectador sobre su historia, su propuesta musical y la creación de su primer EP.
“Mi hermana conocía a Paul. En una reunión, por cosas de la vida, terminamos hablando de música. Inmediatamente hicimos un clic. Nos dimos cuenta de que teníamos unos gustos similares y nos complementamos con un montón de cosas, que él conocía y yo no y viceversa”, explica Bautista, quien es DJ y abogado.
Por su lado, Libbos es literato y profesor. Dividen su vida profesional con el amor por la música. Hablan del 24 de mayo de 2019, fecha fundacional del grupo. Era un día antes de la graduación de Libbos de la universidad. Había planeado un evento en el extinto bar bogotano Armando Récords.
El guitarrista invitó a su vecino DJ. “Juan en esa época ya tenía las tornamesas, tocaba con vinilos y yo sabía que era muy buen selector”, recuerda Libbos, quien días antes le propuso conectar su guitarra en vivo al tiempo que Bautista hacía la mezcla. El experimento resultó en una conexión íntima con el público, lo que les dio la pista para poder empezar con la banda.
Durante el siguiente año los músicos continuaron desarrollando el proyecto. Aprovechaban cada momento que tenían para su propuesta musical. “Teníamos muy claro que había que malabarear el tiempo. A pesar de tener nuestros trabajos, aprovechábamos el tiempo libre, le sacábamos el jugo siempre”, cuenta Bautista.
Hermetika, como cuentan los dos integrantes, tuvo una buena racha durante ese primer año. Se presentaron en varios escenarios de la ciudad como el ya mencionado Armando Récords, Video Club y BAUM, hasta que la pandemia los aisló en sus casas, pero ellos decidieron encerrarse a producir. “Nos dimos cuenta de que podíamos capitalizar ese tiempo de pandemia creando nuestra propuesta artística y siendo muy recursivos”.
El primer EP del dúo, al que llamaron “Sea”, tardó tres años en llegar. El trabajo contiene dos canciones, tituladas “Sea para todos” y “Para todos sea”, hechas con la colaboración de la bogotana Lalo Cortés. Las canciones vienen con la base del deep house, pero con la esencia de los sonidos colombianos y latinos.
“El reto que todos nos queríamos proponer con el EP era hacer una canción realmente orgánica con todos los instrumentos grabados por músicos. No utilizar samples, sino hacer todo desde el inicio, con nuestra identidad. Era un esfuerzo grandísimo, pero fue supergratificante grabar en un bajo de verdad o en un timbal (...) La parte orgánica de la música tiene un valor importantísimo. Queríamos que eso estuviera plasmado en el EP”, asegura Bautista.
“Nos dimos la oportunidad de grabar orgánicamente y ampliarnos para llegar a una composición de música electrónica. Ese era el objetivo, poder ofrecerle al público de nuestra escena de música electrónica bogotana, y ojalá se vuelva nacional, la opción de volver a conectar con los músicos de corazón. Darse cuenta de que detrás de esto no hay un computador, no hay una copia, sino que hay una un ejercicio consciente de creatividad”, agrega Libbos.
Los músicos continúan trabajando en su proyecto musical y esperen darle más voz y fuerza a la música electrónica del país. “Hemos visto evolucionar la escena electrónica y a los demás géneros musicales. Nos encanta que Colombia es uno de los grandes exponentes en reguetón, salsa y tantos otros géneros. Queremos que también sea así con la electrónica y que tenga esa esencia nuestra. No queremos que sea la electrónica genérica del ‘chispum’, como piensan muchas personas, sino que de verdad tenga esa esencia latina y colombiana”.
La fiesta llega a su mejor momento. Alcanza su pico de euforia. La música y la rumba llegan al hype de la noche, El sonido de un bajo “gordo, redondo y espectacular” envuelve el último instante de una fiesta que no tuvo inicio. Así lo recuerda Paul Libbos Braun, el guitarrista del grupo musical Hermetika, quien explica cómo un sueño se convirtió en una de las canciones del primer EP de la banda.
El músico soñó que estaba en una fiesta y oía una canción aún sin componer. El bajo lo hipnotizo. “Me di cuenta de que estaba en un sueño y dije: ‘Este bajo se me va a olvidar y esta canción se va a perder”. Libbos memorizó lo mejor que pudo aquel sonido onírico y, cuando abrió los ojos, solo con unos boxers puestos, corrió al estudio de grabación.
Paul Libbos Braun y Juan Bautista Puerto son vecinos que se hicieron amigos y un día, por casualidad, formaron el grupo de música electrónica Hermetika, un proyecto bogotano que lanzó su primer EP, titulado “Sea”, a principios del año. El dúo habló para El Espectador sobre su historia, su propuesta musical y la creación de su primer EP.
“Mi hermana conocía a Paul. En una reunión, por cosas de la vida, terminamos hablando de música. Inmediatamente hicimos un clic. Nos dimos cuenta de que teníamos unos gustos similares y nos complementamos con un montón de cosas, que él conocía y yo no y viceversa”, explica Bautista, quien es DJ y abogado.
Por su lado, Libbos es literato y profesor. Dividen su vida profesional con el amor por la música. Hablan del 24 de mayo de 2019, fecha fundacional del grupo. Era un día antes de la graduación de Libbos de la universidad. Había planeado un evento en el extinto bar bogotano Armando Récords.
El guitarrista invitó a su vecino DJ. “Juan en esa época ya tenía las tornamesas, tocaba con vinilos y yo sabía que era muy buen selector”, recuerda Libbos, quien días antes le propuso conectar su guitarra en vivo al tiempo que Bautista hacía la mezcla. El experimento resultó en una conexión íntima con el público, lo que les dio la pista para poder empezar con la banda.
Durante el siguiente año los músicos continuaron desarrollando el proyecto. Aprovechaban cada momento que tenían para su propuesta musical. “Teníamos muy claro que había que malabarear el tiempo. A pesar de tener nuestros trabajos, aprovechábamos el tiempo libre, le sacábamos el jugo siempre”, cuenta Bautista.
Hermetika, como cuentan los dos integrantes, tuvo una buena racha durante ese primer año. Se presentaron en varios escenarios de la ciudad como el ya mencionado Armando Récords, Video Club y BAUM, hasta que la pandemia los aisló en sus casas, pero ellos decidieron encerrarse a producir. “Nos dimos cuenta de que podíamos capitalizar ese tiempo de pandemia creando nuestra propuesta artística y siendo muy recursivos”.
El primer EP del dúo, al que llamaron “Sea”, tardó tres años en llegar. El trabajo contiene dos canciones, tituladas “Sea para todos” y “Para todos sea”, hechas con la colaboración de la bogotana Lalo Cortés. Las canciones vienen con la base del deep house, pero con la esencia de los sonidos colombianos y latinos.
“El reto que todos nos queríamos proponer con el EP era hacer una canción realmente orgánica con todos los instrumentos grabados por músicos. No utilizar samples, sino hacer todo desde el inicio, con nuestra identidad. Era un esfuerzo grandísimo, pero fue supergratificante grabar en un bajo de verdad o en un timbal (...) La parte orgánica de la música tiene un valor importantísimo. Queríamos que eso estuviera plasmado en el EP”, asegura Bautista.
“Nos dimos la oportunidad de grabar orgánicamente y ampliarnos para llegar a una composición de música electrónica. Ese era el objetivo, poder ofrecerle al público de nuestra escena de música electrónica bogotana, y ojalá se vuelva nacional, la opción de volver a conectar con los músicos de corazón. Darse cuenta de que detrás de esto no hay un computador, no hay una copia, sino que hay una un ejercicio consciente de creatividad”, agrega Libbos.
Los músicos continúan trabajando en su proyecto musical y esperen darle más voz y fuerza a la música electrónica del país. “Hemos visto evolucionar la escena electrónica y a los demás géneros musicales. Nos encanta que Colombia es uno de los grandes exponentes en reguetón, salsa y tantos otros géneros. Queremos que también sea así con la electrónica y que tenga esa esencia nuestra. No queremos que sea la electrónica genérica del ‘chispum’, como piensan muchas personas, sino que de verdad tenga esa esencia latina y colombiana”.