Hozier, música para enfrentar el fin del mundo
El cantante irlandés conocido por “Take Me To Church”, lanzó un EP de tres canciones que juegan con dos círculos del infierno, como los expone Dante Alighieri en “La divina comedia”.
Daniela Cristancho
Cada viernes, durante los meses de encierro de 2020, Hozier leía poesía: “Te amo como se aman ciertas cosas oscuras / secretamente, entre la sombra y el alma”, enmarcaba en su acento irlandés los versos del Soneto XVII de Pablo Neruda. Sus seguidores sintonizaban una vez a la semana sus videos en vivo en Instagram y lo escuchaban declamar las palabras de Maya Angelou, W. B. Yeats o T. S. Eliot.
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Cada viernes, durante los meses de encierro de 2020, Hozier leía poesía: “Te amo como se aman ciertas cosas oscuras / secretamente, entre la sombra y el alma”, enmarcaba en su acento irlandés los versos del Soneto XVII de Pablo Neruda. Sus seguidores sintonizaban una vez a la semana sus videos en vivo en Instagram y lo escuchaban declamar las palabras de Maya Angelou, W. B. Yeats o T. S. Eliot.
Minutos antes de leer al poeta chileno, Andrew John Hozier-Byrne había leído un fragmento del libro El fin de todo: (astrofísicamente hablando)”, de Katie Mack: “La entropía es quizás uno de los temas más esenciales, versátiles y trágicamente oscuros de la ciencia. La entropía usualmente se explica en términos de desorden. Mientras más desorganizado es un sistema, más grande su entropía”. “Es una transición rápida, pasar de la entropía a un poema tan íntimo”, dijo el cantante, “pero la conexión está ahí. Creo que el amor no escapa a esa ley”.
Los “hechos maravillosos, asombrosos y aterradores del universo” que expone Mack ya habían encontrado un lugar en la vida de Hozier, incluso antes de la pandemia. En su canción No plan incluso la cita: “No hay plan, no hay carrera que correr (...). No hay plan, no hay mano en la rienda / Como Mack explicó, habrá oscuridad de nuevo”.
Pero la poesía se volvió un refugio para él en esos meses en los que tantos creyeron que realmente se acercaba el fin del mundo. Al escuchar y declamar entendió a lo que se refería Robert Pinky cuando dijo: “Yo sigo venerando una ardiente devoción por la esencia vocal de la poesía: el trabajo y la interacción de frases y versos, ritmo y tono. La poesía en los sonidos de la poesía, en la voz del lector: ni página ni escenario”. La voz como el verdadero hogar de los versos. Así lo afirmó en entrevista para Vanity Fair: “Creo que es una idea hermosa, que el propio cuerpo y la garganta y la boca y los pulmones sean el medio de la obra del poeta”.
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Así, el aislamiento del mundo exterior lo fue encaminando hacia otros mundos y, en particular, a un cielo y un infierno: los que describe Dante Alighieri en La divina comedia. Los nueve círculos que componen el infierno del poeta italiano le sirvieron a Hozier para enmarcar la música que empieza a salir a la luz. “Hay un elemento sutil, y quería ser ligero y juguetón con él. El álbum puede tomarse como una colección de canciones, pero también como un pequeño viaje. Empieza con un descenso y he organizado las canciones según sus temas en nueve círculos, reflejando juguetonamente los nueve círculos de Dante, y luego un ascenso al final”, le explicó a la revista Rolling Stone.
Aunque el álbum Unreal Unearth saldrá en unos meses, el pasado 17 de marzo Hozier publicó un EP de tres canciones que ahondan en los círculos tres (Eat Your Young) y seis (All Things End), aquellos en los que se castigan a los glotones y los herejes. En Through Me (The Flood), el irlandés se inspira en un apartado de Beatriz, el personaje que lleva a Dante a recorrer el infierno.
“Sube la escalera cuando llegue la crecida / Tira suficiente cuerda hasta que las piernas se hayan balanceado / Siete nuevas formas de comerte a tus crías / Ven a comer / Despellejar a los niños para un tambor de guerra / Poner comida en la mesa vendiendo bombas y armas / Es más rápido y fácil comerse a tus crías”, se traduce la letra de Eat Your Young, la canción que toma de la mano el tercer círculo. “Era el tercer recinto, el de la lluvia eterna, maldecida, fría y densa (...). Cerbero, fiera monstruosa y cruel, caninamente ladra con tres fauces sobre la gente que aquí es sumergida”, se lee en La divina comedia. “Por la dañosa culpa de la gula”, los pecadores se arrastran en la lluvia eternamente.
Hozier juega con los conceptos de la comida y del castigo. Promover la guerra es acabar con el futuro de las nuevas generaciones, así que, como hizo Saturno, el cantante sugiere sencillamente “comerse a las crías”. Es la gula y es el infierno.
Al igual que algunos de sus referentes, Nina Simone o Woody Guthrie, él también se ha perfilado como un cantante activista. Como Take Me To Church, canción que lo catapultó al éxito en 2014 y que hace una crítica a la culpa y el señalamiento promovidos por la Iglesia.
“¿Es que no escuchas su llanto doliente? ¿No ves la muerte que ahora le amenaza en el torrente al que el mar no supera?”, dice Beatriz en la obra de Alighieri. La idea de la inundación obsesiona a Hozier y se reencuentra con ella en Las metamorfosis, de Ovidio. “Es algo surrealista, habla de cómo los delfines nadan a través de los árboles mientras un tigre desconcertado nada por encima de un corral, esta extraña idea de que un mundo antiguo descansa debajo de un mundo nuevo”, explicó el cantante.
De estos extractos literarios nació Through Me (The Flood). Un hombre, que parece solo una mota visto desde la orilla, nada hacia las profundidades del mar. Siente la llegada de una tormenta y nada de regreso, pero siente una ola formarse debajo de él y sabe que lo revolcará, que quizá lo estrelle con la arena. “Cada vez que luchaba / contra el curso por mi cuenta / Cada vez que quemo el mundo, veo / que el mundo me quema / Pero cuando yo dejaría ir / mi forma de lucha / mi alma dispuesta vería / cada vez que yo / fluiría a través del mundo / Vería / Que el mundo / Fluye a través de mí”, canta Hozier, sabiendo que la poesía es quizá la única forma de enfrentar el fin del mundo.