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Ruzto quiere hacer con los beats, lo que Juan Valdez hizo con el café, promover ante el mundo el trabajo y la dedicación de los productores colombianos y el exquisito resultado. Por eso creó Beats de Colombia, un compilado de beats que reúne a 23 de los beatmakers (productores) más destacados y talentosos de diferentes partes del país. Lo mejor de lo mejor, como el café.
La idea empezó como una lista de reproducción que Ruzto iba curando cada 15 días con beats de productores colombianos, pero para que no pasara lo mismo que con el café –exportar lo mejor de la producción y dejar para el consumo interno un producto de baja calidad que se consume más por costumbre que por gusto– convirtió la lista en un compilado que vio la luz el pasado 27 de noviembre. (Le recomendamos: Piso 21 y Maluma se vuelven a unir para presentar “Más de la una”
“Acá nos hemos acostumbrado a consumir en masa todo lo que nos dan de afuera, pero aquí hay beats de exportación y gente que está exportando, entonces siempre es bueno que la misma gente de acá pueda consumir ese sonido que se crea de acá y que es muy fino, que compite e incluso ha estado por encima de muchos productores que uno alaba”, dice Ruzto.
De la lista de reproducción mantuvo esa línea de rap instrumental de amplio espectro que se mueve entre el boom bap tradicional y el lo-fi, con beats que puede prescindir de los rapeos y mantener la capacidad narrativa. El trabajo de recopilación duró más o menos tres meses, y de los 40 beatmakers que convocó, solo 23 cumplieron con lo pactado. Unos más conocidos que otros, pero todos destacados. Algunos bastante reconocidos a nivel internacional, y muchos de ellos, pilares del rap local y responsables del gran momento que vive. (Le puede interesar: En honor al Joe Arroyo, José Gaviria lanza el álbum “En Barranquilla me quedo”)
“Si bien la importancia del rap es el mensaje, a una parte muy pequeña de la población nos interesa mucho el instrumental. Uno comienza a disfrutar de los instrumentales y a darse cuenta también que ellos hablan, que también tienen muchos mensajes, uno puede dar incluso un mensaje mucho más universal porque no tienes una lengua, un lugar ni nada que te esté atando”, explica Ruzto.
Y lo sabe porque a él mismo le pasó cuando empezó a escuchar el rap de Estados Unidos, del que poco o nada entendía por ser en inglés, entonces lo iba asimilando a través del instrumental, poniéndole especial atención a como hacían que las cosas sonara de tal o cual manera. Y lo replicó después cuando quiso empezar a producir los beats de su banda, Aerophon, porque no les alcanzaba para comprar instrumentales originales a productores locales. Les tocó empezar de cero. Sin computador, sin internet, sin plata. Nada más que con las ganas. (Lea también: Guayacán Orquesta estrena “Bogotá salsera”)
“Yo siempre he tenido esa vaina de si no se puede, hacerlo uno mismo, y lo hicimos. Fue totalmente intuitivo porque no conocíamos raperos, no conocíamos beatmakers entonces no había manera de preguntarle a alguien como se hacía algo o no, era prueba y error. La verdad era bien arcaico y lo chistoso era que estaba el boom de la tecnología, llegando el internet a todo lado, y nosotros en la quedada más verraca, porque nos tocaba pagar en un café internet para poder pillar cosas sobre eso. Eso fue como en 2005 o 2006”.
En 2008 publicó el primer trabajo con Aerophon, Apn Beatz, con producción suya, y no ha parado desde entonces, con su grupo también produjo y publicó Al Amanecer (2009), Expreso Aerophon (2010), Reloj De Fe (2012), Pulsaciones (2015), Tigo Sessions Live (2016) y Horizonte (2018). Y como solista (y también productor) El Ego y yo (2014), Instrumentales Vol. 1 (2015), Conservas (2016), Efecto Espectador (2017), Instrumentales Vol. 2 (2018) y Bombo y sal (2019).
Ruzto lleva la mitad de la vida haciendo rap, la otra mitad se la pasó haciendo de todo, repartió volantes, vendió luces de Navidad, pasteles, cometas y máquinas de coser que también aprendió a arreglar. Tuvo su propia freidora y hacía y vendía buñuelos; estudió electricidad y ejerció como electricista, trabajó en la cocina de McDonald’s, tuvo una tienda de ropa con Aerophon; se fue a Nueva York y fue mesero y también electricista, y a la vuelta pasó por la empresa de revisiones técnico mecánicas de su suegro en Villavicencio, y allá también hizo de publicista, recepcionista y hasta reemplazos de ingeniero. Y mientras lo hacía, escribía y producía cada que podía, porque es la música a lo que quiere dedicar su vida así a veces la vida lo obligue a hacer otras tantas cosas.
Pero de todos los trabajos que ha hecho Ruzto, que es tan rapero como todero, Beats de Colombia tiene un lugar y un reconocimiento especial. No sólo por la labor ejecutiva que supuso juntar a tantos beatmakers de regiones y generaciones tan distintas y con influencias y estilos tan diversos. Sino por lo que este trabajo representa para él, y para el rap.
“Es poder devolverle todos estos años de carrera al hip hop y a la música independiente colombiana con este proyecto que va a trascender en generaciones. Cuando se hacen este tipo de iniciativas se está construyendo para comunidad, y eso es una cosa muy bonita… Este es apenas el primer pasito de una cantidad de cosas que van a suceder bajo la plataforma, porque de eso se trataba esto desde el principio, de hacer historia, de hacer legado. En Colombia nunca había sucedido una compilación instrumental y esto ya parte la historia en dos”, dice Ruzto.
Beats de Colombia está pensado como un viaje, una ruta trazada por Ruzto –que también se cuenta entre los beatmakers participantes– que fluye entre los beats y va abriendo las puertas del universo particular de cada uno de los productores. En su orden, La Boa, Benny Bajo, MAC Mde, J Beat, Barrasdereptil, El Arkeólogo, Skall, Güecha Bacatá, Granuja, AvenRec, H-ico Da Funky Looper, The Equation Beats, Boom Bap Beak, Eddy Mugre, Boogaloop Boy, Soul AM, West 910, Alka Produce, Bopscat, Luku, Juan Sin Miedo y Ok Reverie. Universos aún por descubrir.