Jorge Velosa: tejiendo historia por medio de la música

El “Carranguero Mayor” tiene 69 años, nació en Ráquira (Boyacá) y desde allí le enseñó al país la magia de la carranga. Sus cantos son reflejo de la vida campesina. Narraciones de su propia vida.

María Hernández Cárcamo / mahernandez@elespectador.com
13 de junio de 2019 - 02:00 a. m.
 La mayoría de las canciones del “Carranguero Mayor” han salido de sus caminatas. Siempre lleva un “papelito” donde apunta sus notas.  / Ilustración Daniela Vargas
La mayoría de las canciones del “Carranguero Mayor” han salido de sus caminatas. Siempre lleva un “papelito” donde apunta sus notas. / Ilustración Daniela Vargas

“La china que yo tenía se fue pa la capital, de nada valió quererla, pues no quiso regresar”.

De igual modo que la china emprendió su viaje hacia la capital, Jorge Velosa –quien recalca que su apellido es con s y no con z– hizo lo mismo. Llegó a Bogotá para estudiar veterinaria en la Universidad Nacional de Colombia, se graduó, pero en el transcurso descubrió que no era su pasión. Sin embargo, no quiso regresar a su querida Ráquira en Boyacá, porque al igual que su china, se lo “tragó la capital”.

Junto a Ramiro Zambrano, Javier Moreno Forero y Javier Apráez emprendieron una dura labor: rescatar el género de la carranga, ese que solo se escuchaba en el interior del país.

“La música carranguera, 
ya existe en nuestro país, 
y con ella lo mejor, 
es lo que está por venir”.

Todo se sabe sobre el “Carraguero Mayor”, su lugar de nacimiento, Ráquira, Boyacá; su fecha de nacimiento, 6 de octubre de 1949; que dos especies de ranas llevan su nombre, Eleutherodactylus carranguerorum y Eleutherodactylus jorgevelosai; su paso por la televisión colombiana, en Don Chinche y Romeo y Buseta; que le canta al medioambiente, e incluso su recorrido en la música.

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Algunos hasta recuerdan que en 1999 pasó su cumpleaños en cautiverio. Fue cuando el EPL lo secuestró 20 días en un episodio que él prefiere nunca mencionar y que solo se resolvió gracias a la mediación de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y la Cruz Roja. Pero esas son otras historias.

Desde su primer concierto, a comienzos de los años 70, hasta el que tuvo en 1981 en el Madinson Square Garden, en Estados Unidos, cuando la limosina no lo recogió por estar vestido de ruana y sombrero. Pero esto no impidió que subiera al escenario y cantara junto con las figuras de Tito Puente, Miguel Bosé, Roberto Carlos, entre otros.

“En la obra de un artista, dijo alguien, se ve reflejada su vida. Entonces, todo lo que faltaría por contar está en las obras publicadas, y porque lo que hago artísticamente está basado en mis andares cotidianos. Lo que sí a mis años le puedo agregar es que:

Dos cosas hay en la vida,
que por fortuna me quedan, 
la risa, si me da risa, 
y el llanto por una pena”.

Su sombrero y ruana son sinónimos de su personalidad. Nunca lo abandonan. Lo han acompañado en miles de presentaciones. Desde sus inicios en su programa radial llamado “Canta el Pueblo”, nombre que le dio paso a Los Carrangueros de Ráquira, posteriormente denominado Jorge Velosa y los hermanos Torres y, finalmente, Velosa y Los Carrangueros, hasta en las entrevistas, conciertos y charlas.

“De los míos, 
ya no quedan muchos, 
emprendieron su viaje, 
pero su voz escucho”.

Al lado de una guitarra, un tiple, un requinto y la guacharaca se sube a los escenarios a tocar las canciones de sus más de 20 discos. Entona coplas, poemas y versos que enamoran a las audiencias de antes y que hacen reir a las de ahora. De hecho, publicó un álbum con canciones infantiles que se volvió himno en las escuelas del país.

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Se define como un devoto de la copla. Es su credo, su bendición y su fiel compañera. Esa que ni siquiera lo abandona en este año sabático que se tomó después de estar más de 35 años en los escenarios nacionales e internacionales:

“El que quiera enamorar dos cosas debe tener, una ruana por si acaso y un tiple pa proponer”.

Junto a Jorge González, José Fernando Rivas y Manuel Cortés, los compañeros de sus últimos 25 “octubres”, seguirá descansando. Algunos aseguran que regresará cuando encuentre a la china que está en la capital.

- ¿Qué hace en su tiempo libre?, maestro:

- “Reviso mis cajones y retomo ideas musicales y literarias. Y estoy trabajando en un libro que tengo en remojo”.

Por María Hernández Cárcamo / mahernandez@elespectador.com

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