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¿Por qué decidió realizar un proyecto que recoge lo mejor de Joe Arroyo?
Desde hace once años empecé a hacer estos álbumes tributo con Sura, y en 2020 les propuse hacer un homenaje a Joe Arroyo… No sabíamos que se nos venía una pandemia, pero a pesar de eso me pareció que fue muy bueno salir con este proyecto lleno de alegría, de ilusión… y de esa vibra que nos da la música del Joe Arroyo.
¿Siempre pensó que un homenaje a Joe Arroyo podía tener el impacto para vincular las voces de Víctor Manuelle, Wilfrido Vargas, Eddy Herrera y Sergio Vargas, entre otros?
Sí, porque cuando uno pasa por Barranquilla, siente que el Joe está vivo, y más en época de carnaval. Desde el principio en estos proyectos, la idea siempre ha sido traer voces inesperadas. Yo llamo a todos los artistas que siento que pueden ser perfectos para realizar la idea. Con la pandemia fue difícil, porque nos tocó grabar el disco a distancia, pero conté con el apoyo de Milton Salcedo, que es un productor y arreglista.
Desde 2009 ha trabajado en proyectos con Sura, ¿qué lo motiva a hacer este tipo de álbumes?
Trabajar con Sura me ha puesto en una posición en la que tengo una licencia creativa para imaginarme un montón de cosas. Por otro lado, estos proyectos siempre están apoyando algún programa de una fundación, que a través de estos proyectos se impulsa, o se desarrolla, así que si mezclo las dos cosas está la formula perfecta, porque sé que el disco va a apoyar alguna causa y a la vez representa un reto enorme.
¿Cuál es el trasfondo social que acompaña la producción de estos álbumes?
Cada año escogemos una fundación o un programa para brindar apoyo; en este caso, como el homenaje se lo hicimos a Joe Arroyo, y el disco se llama En Barranquilla me quedo, decidimos enfocarnos en esta ciudad. Pensamos en la Fundación de la Banda Baranoa, que ayuda a la formación musical en muchos niños, y nos cayó como anillo al dedo. Cada vez que ustedes escuchan o descargan una canción, eso genera una monetización que va directamente a estas fundaciones.
Como productor, ¿ha tenido una relación cercana con la salsa?
No, esta es la primera vez que voy a hacer algo a esta escala con el género salsero. A través de los años he visto lo que Diego Galé ha hecho, y me encanta. Soy seguidor de José Aguirre, que ha hecho varios arreglos de canciones famosas en el país para el Grupo Niche y otras agrupaciones, pero siempre he sido el espectador, esta es la primera vez que estoy detrás de un proyecto de este género. Grabamos en Barranquilla, Santa Marta, Bogotá, Miami y República Dominicana.
Después de la realización de este disco, ¿cambió su concepto sobre la importancia de Joe Arroyo en la historia musical del país?
Cada vez que hago un proyecto así, se convierte en una maestría; en este caso, porque desmenucé toda la carrera de un artista tan grande como Joe Arroyo, que tiene décadas de historia con facetas muy diferentes. Mi concepto cambió, no porque antes no pensara que era una maravilla, sino porque con este estudio que hice sobre su carrera entendí la dimensión de lo que era su vida, su carrera y el impacto que tuvieron sus canciones.
¿De qué manera sintoniza un productor lo que quiere hacer con lo que puede llegar a gustarle al público masivo?
Es un proceso distinto para cada productor; en mi caso, empecé a producir proyectos donde yo tenía injerencia sobre el contenido, las canciones y la composición. Hay productores que trabajan de otra manera, llegan canciones hechas y ellos ponen su toque. En mi proceso, empecé a tener funciones que muchas veces son más de una compañía disquera, como por ejemplo analizar los contenidos, el orden de las canciones en el disco, etc.
¿Qué tanto ha cambiado la música desde que fundó la banda Doble UC hasta ahora?
Yo empecé en la música con intención, pero por accidente. La relación que tuve con el piano desde los once años era clarísima. Cuando empecé con Doble UC, fue porque un amigo estaba armando una banda y necesitaban un cantante, así que fui, hice audición a lo Factor X, me gané el puesto y empezamos a tocar. En mi generación tocaba hacer todo paso a paso, y siento que ahora todo es mucho más rápido.
¿Qué le deja un formato como el de “Factor X”?
Un aprendizaje impresionante. El reality cambió mi vida en muchos aspectos, porque sentí que pude aportar cambios valiosos a mucha gente que se presentó. Hablar de Factor X no es cualquier cosa, porque empezamos en 2005, y 16 años después seguimos fuerte. La versión más reciente demostró que está muy bien desarrollado y es muy divertido de hacer. Siempre sentí que este proyecto era un bebé mío, y para mí es un gran orgullo.