José Mangual Jr. y el éxito barranquillero que grabó un neoyorquino ‘arrebatao’
El músico, de orígenes boricuas, fue quien terminó convirtiendo en éxito la canción que han referenciado como el himno de Barranquilla, ciudad donde se presentará en el marco del Barranquijazz. Willie Colón, Héctor Lavoe y Celia Cruz son algunos de los salseros que han pasado por la vida el percusionista.
Alberto González Martínez
Es tiempo de tributar un homenaje sincero a la canción del bailador barranquillero. Canción que se ha repetido hasta la saciedad en la 100, la 21 o cualquier bailadero, emblemático o no, de la ciudad. El tema no lo escribió un barranquillero, pero se convirtió, dicen algunos entusiasmados, en el himno de esa tierra.
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Es tiempo de tributar un homenaje sincero a la canción del bailador barranquillero. Canción que se ha repetido hasta la saciedad en la 100, la 21 o cualquier bailadero, emblemático o no, de la ciudad. El tema no lo escribió un barranquillero, pero se convirtió, dicen algunos entusiasmados, en el himno de esa tierra.
Un caleño que se enamoró de una barranquillera fue el responsable de la composición. Víctor Raúl Sánchez, que le decían “Patillas”, le entregó el tema a Eliécer Tenorio, director de la Orquesta Sarabanda y este, a su vez, a José Mangual Jr para que grabara un álbum, que tendría la voz del cantante de la agrupación, Sergio Parra.
El verdadero protagonista terminó siendo Mangual, quien vivía en Nueva York, lugar donde nació a causa de su padre que se estableció en esa ciudad. “Los boricuas llegaron en los años 20 y se radicaron allá y nos criamos con el arroz y la habichuela y mi abuela decía ‘aquí se habla español’”, asegura el músico. En su acento, que conserva el golpeo puertorriqueño, se nota la jerarquía de la abuela y en el golpeo con las manos la herencia de su padre.
“Mi señor padre fue bongosero de muchas orquestas en Nueva York. En la orquesta de Machito en los años 40 y 50. Desde chiquito nos llevaba a mi hermano Luis y a mí a los ensayos y a las grabaciones. Mi hermano también es bongosero. Yo comencé a tocar con la Orquesta de Monguito Santamaría”, asegura.
Mangual no quiso reconocer la canción
Mangual entró al álbum como grabador y su experiencia en la música hacía que “no le tuviese fe al tema” de “Barranquillero Arrebatao”. Terminó embarcado en él y en un viaje a Houston para grabar a toda la orquesta que, para la época, aún debía hacerse de corrido y no por partes.
Con su voz grabó la guía para que el vocalista Parra le imprimiera el “sabor” que determinaba el tema. Al director Tenorio no le convenció la interpretación que hizo el cantante, en cambio sí la de Mangual, a quien le dio la potestad de terminar la canción. Con su poca fe en el tema, Mangual asumió la responsabilidad, pero de Colombia solo conocía a Cali, que era la capital de la salsa. No tenía idea de cómo terminar un tema que se refería a un barranquillero ‘arrebatao’.
Llamaba a Parra para que le contara cosas sobre esa ciudad y cuando Tenorio le preguntaba que con quién hablaba tanto, él respondía que con una novia que tenía. Finalmente montó la canción con su voz un tanto impostada y aceleró la velocidad para que no fuera reconocida. La excusa era que tenía un contrato, que era con su propia disquera. “Yo mismo me metí la puñalá”, aseguró después.
El Grupo Niche posteriormente grabó una canción llamada “Batalla de Flores” en 1998, en la que hace una referencia a la canción. “Barranquillero que baila ‘arrebatao’, vino Mangual y lo dejó pegao”. Mangual afirma que Jairo Varela, vocalista de Niche, le dijo en tono irónico: “Ese fue tu peor error, tratar de decir que no es tu voz”.
Mangual y el reconocimiento de la canción
Con la canción de Niche no pasó mucho. En cambio, la de Sarabanada, que se había lanzado en 1994, ya era un clásico en varios lugares y que cinco años más tarde grabaría Fruko y Sus Tesos, en la voz de “Saoko”, versión que catapultó el éxito en Colombia, especialmente en Barranquilla.
Mangual ha repetido la historia tantas veces como ha tocado sus bongós. “Mi papá dejaba los bongós en una esquina al lado de la puerta del apartamento donde vivíamos y yo de chiquito los veía, un día empecé a tocarlos y me enamoré”. Su toque lo ha llevado a ser uno de los percusionistas de los salseros Willie Colón, Héctor Lavoe y Celia Cruz.
Luego aprendió a tocar otros instrumentos y finalmente terminó como grabador y productor. Lo que no pensó es que el mayor éxito de su carrera no fuera con alguno de los reconocidos cantantes salseros con los que trabajó, sino que fuera producto de su propia voz.
Mangual no conoce cuántas versiones tiene en total la canción, pero asegura que el compositor, antes de que muriera, hablaba de que estaba traducida en seis o siete idiomas y ahora piensa que él pudo haber hecho la versión en inglés. “Hasta a los neoyorquinos les gusta esa canción”, agrega.
Hace un par de años Mangual vino a Barranquilla y conoció los bailaderos clásicos de la 100 y la 21, que él había agregado a la composición gracias a las conversaciones a escondidas con ‘Patillas’. “Me dieron como 50 mil tragos”, dice. También conoció la batalla de los picós que compiten por el que suena más potentes. “Aquíííí suenaaaaa…”, es el pisador reconocido de estos sistemas de sonidos caribeños.
Esa “placa”, como dicen los picoteros, fue introducida en una champeta llamada “Arrebatao”, que además cita a la canción grabada por Mangual, tanto en su versión original como en la remix, que lleva los sonidos dominicanos del dembow. La canción fue lanzada este año y se convirtió en tendencia de TikTok, éxito del que Mangual no tiene ni idea.
Está de regreso a Barranquilla, ciudad donde le entusiasma cantar su tema icónico porque dice que se siente “como que hubiera nacido aquí”. Lleva el ‘arrebato’ en su sangre y se la ha pasado de bar en bar y de fiesta en fiesta con las agrupaciones en las que ha estado por diferentes partes del mundo. La música caribeña no lo ha dejado sumirse en la sobriedad neoyorquina. Mengual no es un neoyorquino cualquiera, es un neoyorquino ‘arrebatao’.