José María Vitier: “Mi música tiene vínculos con la palabra poética”
El compositor y pianista cubano, célebre por la creación de la “Misa cubana” y de bandas sonoras como “Fresa y chocolate”, interpretará este domingo en el Auditorio Fabio Lozano (Bogotá) parte de su repertorio en compañía de la Orquesta Filarmónica de Mujeres.
José María Vitier es un hombre de desafíos. El primero, y tal vez uno de los más importantes, fue hacer que su apellido, vinculado por décadas a la literatura, también tuviera un nexo entrañable con la música. Lo logró con sus estudios en el Conservatorio Amadeo Roldán, en Cuba, y también con sus exploraciones múltiples con sonoridades que van desde el rock hasta estilos tradicionales de su país, como el son y el danzón.
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El compositor y pianista cubano también asumió el reto de incorporar elementos eléctricos y electrónicos a sus propuestas y llevó a cabo ese anhelo en formatos como el Grupo Síntesis y José María Vitier y su Grupo.
Además de crear la muy popular Misa cubana y de establecer vínculos entre la música académica y las tradiciones populares, Vitier es invitado por las orquestas más importantes de América para desarrollar sus creaciones. En esta oportunidad visita por quinta vez a Colombia para unirse este domingo a la Orquesta Filarmónica de Mujeres (de la Orquesta Filarmónica de Bogotá) y hacer un repaso por su extensa obra.
(Le recomendamos: Gonzalo Montes: el arte de la comedia con música)
Conversamos con José María Vitier sobre el aporte de las mujeres en la música y sobre su relación con un instrumento que él considera un amigo.
Esta es su quinta visita a Colombia. A pesar de sus nexos musicales, artísticos y literarios con este país, no ha sido un visitante continuo, ¿por qué?
Así es. Es mi quinta visita a Colombia en un período de un poquito más de diez años. Hubo un tiempo en el que venía con más frecuencia, pero la última vez que vine fue hace un poco más de seis años.
(No se pierda: Arelys Henao: canciones, risas y lágrimas reales... como en el teatro)
En esta oportunidad tendrá dos participaciones, una con la Orquesta Filarmónica de Bogotá y otra con la Orquesta Filarmónica de Mujeres, ¿cómo se desarrollará ese ensamble entre la creatividad y el piano de José María Vitier y el talento femenino colombiano?
El viernes toqué en el Club El Nogal y este domingo estaré arropado por la Orquesta Filarmónica de Mujeres interpretando un repertorio que incluye algunas de mis creaciones para bandas sonoras, entre muchas otras obras musicales.
Muchas de sus bandas sonoras han surgido de obras literarias, como el caso de “Fresa y chocolate”, o como algunos textos de García Márquez, de Carlos Fuentes o de Alejo Carpentier, ¿cómo lleva a cabo esa conexión entre la palabra escrita y la música?
A lo largo de mi carrera, que ya se ha vuelto extensa, siempre he tenido la oportunidad de trabajar con textos de mucho nivel y diría yo que la literatura me persigue. Mi apellido siempre fue de literatos, más que de músicos, debido a las obras de pensadores como mi abuelo y mi padre. Creo que es por eso. Para mí es un honor y una tentación el poder realizar una lectura sonora. Puedo decir que toda mi música, no solo la realizada para cine, tiene vínculos con la palabra poética y la palabra escrita.
(Le recomendamos: Nito Mestre: leyenda viva del rock en español)
Al observar y escuchar el trabajo de José María Vitier, el común denominador son los retos. Todo un desafío crear una obra de carácter devocional como la “Misa cubana” o incorporar elementos electrónicos y eléctricos a la música cubana con el grupo Síntesis...
Es que yo tuve mi iniciación roquera en la música, como corresponde a mi generación, y también tuve la fortuna de ser uno de los fundadores del grupo Síntesis, que sigue explorando con sonoridades diversas. Recuerdo que yo era el que tocaba esos instrumentos eléctricos y electrónicos y de ahí fundé mi propia agrupación (José María Vitier y su grupo) a finales de los 80 y comienzos de los 90. Yo quería hacer el Grupo de Experimentación Sonora, del que mi hermano fue fundador. Luego me concentré en formatos como cuartetos, tríos o piano solo.
¿Qué representa para usted la acogida de una obra como la “Misa cubana”?
Yo dejé de contar las versiones de la Misa cubana cuando llegaron a cien y este año me la acaban de volver a pedir para otra interpretación. Para todos los cubanos, la Virgen de la Caridad es un símbolo y la misa que yo escribí es el resultado de eso. Como decimos en mi país, eso no es casualidad.
(Además: Nik Salazar explora su lado sensible con “Maldito despecho”)
Usted ha incorporado estilos populares de Cuba, como el son y el danzón, en su música, ¿ha sido fácil encontrar elementos de conexión entre el estilo académico en el que se formó y las músicas tradicionales de la isla?
Ahora podría decir que es fácil, pero José Lezama Lima decía que solo lo difícil es estimulante. Para mí, ha sido un proceso natural porque desde que nací he visto una cercanía muy grande entre esos dos territorios supuestamente opuestos. Soy de esa generación que creó el concepto de fusión y ahora soy hijo de esa contaminación permanente entre esos dos mundos.
Su más reciente disco publicado es “XXI Bienaventuranzas”, junto a la flautista Niurka González, ¿cómo se estableció el diálogo entre piano y flauta?
Ese fue un disco compuesto básicamente durante la pandemia y lo que quería hacer era recordar, en medio de la tragedia, que las cosas bellas existen. Desde entonces he pensado que el mejor arte existe porque los artistas no esperaron el momento perfecto.
(Lea también: “Nada es para siempre”, el nuevo documental de Kevin Johansen)
“Habana concierto”, otra de sus creaciones y de la que se escuchará un fragmento este domingo, es un homenaje a su ciudad natal, pero esa composición puede reflejar otras urbes en América Latina?
Seguramente sí. Nuestras ciudades, con sus diferentes dinámicas, compartes muchos aspectos. Yo me basé mucho en la arquitectura para componer y pensé en la ciudad como un organismo en construcción y en eso también se parecen nuestras capitales.
Vitier, como compositor, ¿tiene más obras inéditas que publicadas?
Yo he sido un compositor muy afortunado, porque puedo decir que tengo grabada la inmensa mayoría de mi música, pero lo que creo es que la mejor música mía es la que estoy por escribir.
Orquesta Filarmónica de Mujeres con José María Vitier. Auditorio Fabio Lozano. Domingo 21 de agosto a las 11:00 a.m. Boletas en TuBoleta.
José María Vitier es un hombre de desafíos. El primero, y tal vez uno de los más importantes, fue hacer que su apellido, vinculado por décadas a la literatura, también tuviera un nexo entrañable con la música. Lo logró con sus estudios en el Conservatorio Amadeo Roldán, en Cuba, y también con sus exploraciones múltiples con sonoridades que van desde el rock hasta estilos tradicionales de su país, como el son y el danzón.
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El compositor y pianista cubano también asumió el reto de incorporar elementos eléctricos y electrónicos a sus propuestas y llevó a cabo ese anhelo en formatos como el Grupo Síntesis y José María Vitier y su Grupo.
Además de crear la muy popular Misa cubana y de establecer vínculos entre la música académica y las tradiciones populares, Vitier es invitado por las orquestas más importantes de América para desarrollar sus creaciones. En esta oportunidad visita por quinta vez a Colombia para unirse este domingo a la Orquesta Filarmónica de Mujeres (de la Orquesta Filarmónica de Bogotá) y hacer un repaso por su extensa obra.
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Conversamos con José María Vitier sobre el aporte de las mujeres en la música y sobre su relación con un instrumento que él considera un amigo.
Esta es su quinta visita a Colombia. A pesar de sus nexos musicales, artísticos y literarios con este país, no ha sido un visitante continuo, ¿por qué?
Así es. Es mi quinta visita a Colombia en un período de un poquito más de diez años. Hubo un tiempo en el que venía con más frecuencia, pero la última vez que vine fue hace un poco más de seis años.
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En esta oportunidad tendrá dos participaciones, una con la Orquesta Filarmónica de Bogotá y otra con la Orquesta Filarmónica de Mujeres, ¿cómo se desarrollará ese ensamble entre la creatividad y el piano de José María Vitier y el talento femenino colombiano?
El viernes toqué en el Club El Nogal y este domingo estaré arropado por la Orquesta Filarmónica de Mujeres interpretando un repertorio que incluye algunas de mis creaciones para bandas sonoras, entre muchas otras obras musicales.
Muchas de sus bandas sonoras han surgido de obras literarias, como el caso de “Fresa y chocolate”, o como algunos textos de García Márquez, de Carlos Fuentes o de Alejo Carpentier, ¿cómo lleva a cabo esa conexión entre la palabra escrita y la música?
A lo largo de mi carrera, que ya se ha vuelto extensa, siempre he tenido la oportunidad de trabajar con textos de mucho nivel y diría yo que la literatura me persigue. Mi apellido siempre fue de literatos, más que de músicos, debido a las obras de pensadores como mi abuelo y mi padre. Creo que es por eso. Para mí es un honor y una tentación el poder realizar una lectura sonora. Puedo decir que toda mi música, no solo la realizada para cine, tiene vínculos con la palabra poética y la palabra escrita.
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Al observar y escuchar el trabajo de José María Vitier, el común denominador son los retos. Todo un desafío crear una obra de carácter devocional como la “Misa cubana” o incorporar elementos electrónicos y eléctricos a la música cubana con el grupo Síntesis...
Es que yo tuve mi iniciación roquera en la música, como corresponde a mi generación, y también tuve la fortuna de ser uno de los fundadores del grupo Síntesis, que sigue explorando con sonoridades diversas. Recuerdo que yo era el que tocaba esos instrumentos eléctricos y electrónicos y de ahí fundé mi propia agrupación (José María Vitier y su grupo) a finales de los 80 y comienzos de los 90. Yo quería hacer el Grupo de Experimentación Sonora, del que mi hermano fue fundador. Luego me concentré en formatos como cuartetos, tríos o piano solo.
¿Qué representa para usted la acogida de una obra como la “Misa cubana”?
Yo dejé de contar las versiones de la Misa cubana cuando llegaron a cien y este año me la acaban de volver a pedir para otra interpretación. Para todos los cubanos, la Virgen de la Caridad es un símbolo y la misa que yo escribí es el resultado de eso. Como decimos en mi país, eso no es casualidad.
(Además: Nik Salazar explora su lado sensible con “Maldito despecho”)
Usted ha incorporado estilos populares de Cuba, como el son y el danzón, en su música, ¿ha sido fácil encontrar elementos de conexión entre el estilo académico en el que se formó y las músicas tradicionales de la isla?
Ahora podría decir que es fácil, pero José Lezama Lima decía que solo lo difícil es estimulante. Para mí, ha sido un proceso natural porque desde que nací he visto una cercanía muy grande entre esos dos territorios supuestamente opuestos. Soy de esa generación que creó el concepto de fusión y ahora soy hijo de esa contaminación permanente entre esos dos mundos.
Su más reciente disco publicado es “XXI Bienaventuranzas”, junto a la flautista Niurka González, ¿cómo se estableció el diálogo entre piano y flauta?
Ese fue un disco compuesto básicamente durante la pandemia y lo que quería hacer era recordar, en medio de la tragedia, que las cosas bellas existen. Desde entonces he pensado que el mejor arte existe porque los artistas no esperaron el momento perfecto.
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“Habana concierto”, otra de sus creaciones y de la que se escuchará un fragmento este domingo, es un homenaje a su ciudad natal, pero esa composición puede reflejar otras urbes en América Latina?
Seguramente sí. Nuestras ciudades, con sus diferentes dinámicas, compartes muchos aspectos. Yo me basé mucho en la arquitectura para componer y pensé en la ciudad como un organismo en construcción y en eso también se parecen nuestras capitales.
Vitier, como compositor, ¿tiene más obras inéditas que publicadas?
Yo he sido un compositor muy afortunado, porque puedo decir que tengo grabada la inmensa mayoría de mi música, pero lo que creo es que la mejor música mía es la que estoy por escribir.
Orquesta Filarmónica de Mujeres con José María Vitier. Auditorio Fabio Lozano. Domingo 21 de agosto a las 11:00 a.m. Boletas en TuBoleta.