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El público de la Ópera de Viena no quería hoy que Josep Carreras se fuera del escenario. Y es que 47 años después de su debut aquí, el tenor español decía adiós a un teatro que, como él afirma, siempre le ha dado “calor, entusiasmo y respeto”.
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”Adieu und Danke” (adiós y gracias) fue el mensaje que se proyectó en el telón al terminar el programa oficial de una emotiva gala benéfica que ha puesto fin casi cinco décadas de relación en las que el cantante interpretó más de 20 óperas distintas.
Afuera, las gigantes luces de neón que adornan una de las fachadas despedían también al cantante con el mensaje “Adiós José”.
“Es una casa que adoro, que me ha dado maravillosos recuerdos y maravillosos momentos artísticos”, dijo hace unos días en Viena el cantante, en un encuentro con los medios.
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Antes de comenzar la velada, el director de la Ópera de Viena, Bogdan Roscic, repasó ese largo historial.
UNA BOHÈME APOTEÓSICA
Primero, un debut con Rigoletto en 1974 con el que el propio cantante no quedó muy satisfecho. Y, tres años después, la apoteosis en forma de una Bohème con Herbert von Karajan dirigiendo a la orquesta y Carreras en el papel de un Rodolfo que mantuvo al público 45 minutos de pie aplaudiendo.
Hoy fue un poco menos, pero Carreras tuvo que salir hasta seis veces al escenario después de terminado el programa, para saludar, volver a cantar, marcharse y volver a salir a escena ante un público que, de pie, no quería que se fuera y logró retrasar la despedida media hora más.
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Otro momento especial de la relación de Carreras con Viena fue cuando cantó aquí en 1988, en su primera actuación en un teatro tras superar una leucemia que casi le cuesta y que cambió su vida.
GALA BENÉFICA
De esa experiencia y de su agradecimiento al cariño que recibió de la sociedad y de la cura que recibió de la ciencia, surgió la labor benéfica que es el otro gran pilar de su vida, en forma de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia, y que se manifestó también en esta gala de despedida.
La recaudación de taquilla de esta noche, con todas las entradas agotadas desde hace tiempo, ha sido para Cape 10, una fundación benéfica austríaca que ayuda a personas necesitadas, en especial niños con problemas de salud.
No solo Carreras sino todos los artistas que lo acompañaron hoy renunciaron a sus honorarios para contribuir a esta causa.
Entre ellos destacó la mezzosoprano letona Elina Garanca, una de las voces más importantes de la Ópera, y que cantó dos duetos con el tenor.
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También participaron la soprano Johanna Wallroth, el barítono Michael Arivony, el Kallisto Quartet de cuerda y Lorenzo Bavaj al piano.
EL FIN DE UNA ERA
En el programa, piezas de Puccini, Schubert, Mozart y Joaquín Rodrigo, hasta la Granada de Agustín Lara con la que se cerró el concierto.
En los pasillos, a la salida, se podían escuchar en el público comentarios como “ha acabado una era”.
“Ha conseguido tanto. Ha marcado la historia de la ópera”, resumía esa sensación a Efe Ilse, una aficionada a la música que ha venido a Viena desde la región sureña de Carintia para despedirse de Carreras.
Esta amante de la música cuenta que descubrió al tenor barcelonés a través de los tres tenores, el grupo que formó con Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, y que logró que millones de personas conectaran con la música clásica.
Carreras ha recibido todos los reconocimientos que se pueden recibir en Austria: miembro de honor a perpetuidad y portador del anillo de la Ópera, Gran Premio de Honor de la República de Austria y cantante de cámara, un galardón que en su época concedía la corte de los Habsburgo y que hoy se sigue entregando sólo a las mejores voces.
Pese a que hace unos días, en su encuentro con los medios, Carreras reconoció que la despedida era algo triste, también afirmó que era un privilegio poder hacerlo así, con una gala benéfica.
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“Estoy muy contento y emocionado de hacer esta velada con Cape 10″, aseguró.
Sobre el por qué de esta despedida ahora, Carreras recordó, a preguntas de Efe, que su carrera se prolonga ya más de cincuenta años y que el próximo diciembre cumplirá “tres cuartos de siglo”.
“Es el momento adecuado”, resumió.
Sobre si ya planea su jubilación definitiva, Carreras reconoció que “se va acercando” pero que aún no le pone fecha.
Sí le puso sitio al lugar donde le gustaría celebrar ese concierto final: en el Liceu o el Palau de la Música en Barcelona.