Juliana, un viaje musical a las profundidades del corazón
“Mar adentro”, el tercer álbum de estudio de la cantante colombiana, se puede cantar, ver y escuchar. Junto con su equipo de trabajo, la artista viajó a San Andrés para crear este proyecto transmedia que cuenta una historia de amor. Este disco es la banda sonora de un libro que ella escribió, y que verá la luz el próximo año.
Daniela Suárez Zuluaga
Juliana Velásquez es una mujer versátil, una artista que se ha dado a conocer por sus talentos en la actuación y en la música, y aunque ambas cosas le apasionan, su proyecto musical es prioridad. Desde que lanzó Juliana, su primer álbum de estudio en 2021, comenzó una exploración sonora y su viaje inmersivo hacia lo más profundo de sus sentimientos. Historias que fue convirtiendo en canciones y catarsis de momentos que vivió y nunca supo cómo sanar fueron construyendo este camino que la ha llevado a escenarios como el Estéreo Pícnic e incluso a ser reconocida con un Latin Grammy a mejor artista nuevo en 2021.
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Juliana Velásquez es una mujer versátil, una artista que se ha dado a conocer por sus talentos en la actuación y en la música, y aunque ambas cosas le apasionan, su proyecto musical es prioridad. Desde que lanzó Juliana, su primer álbum de estudio en 2021, comenzó una exploración sonora y su viaje inmersivo hacia lo más profundo de sus sentimientos. Historias que fue convirtiendo en canciones y catarsis de momentos que vivió y nunca supo cómo sanar fueron construyendo este camino que la ha llevado a escenarios como el Estéreo Pícnic e incluso a ser reconocida con un Latin Grammy a mejor artista nuevo en 2021.
Lo que marca la diferencia dentro de su propuesta no es solo su voz o sus letras. Desde ese primer disco Velásquez quiso hacer algo más que solo grabar canciones y meterlas en un álbum. Para su primer trabajo, la artista presentó tres momentos de una pieza audiovisual, tres tiempos que recopilaron canciones como Presiento, Si quieres marcharte y Cóseme. Más allá de la parte sonora, quiso que sus historias estuvieran acompañadas de un concepto audiovisual que las complementaran.
Para su segundo álbum de estudio, Dos, dos, dos” la historia no fue diferente. Este álbum está compuesto por 13 canciones y tres interludios que dividen las cuatro facetas que la cantante quería dejar explícitas. En su momento, explicó que los interludios estaban nombrados como dos I, dos II y dos III porque funcionaban como separadores de los cuatro grupos en que dividió las canciones.
Los conceptos que ella y su equipo crean para cada proyecto son marca registrada y, por supuesto, en su tercer álbum de estudio Mar adentro el camino se sigue andando. Es un trabajo musical, pero también audiovisual, lleno de variedades rítmicas que la cantante explora como parte del soundtrack de una historia que ella escribió. “El proceso creativo de este álbum fue una aventura, pero también fue el viaje más especial y memorable que he hecho artística y personalmente. Todo empezó años atrás con mi canción Joaquín, que es parte de mi primer trabajo discográfico, que fue el que me dio el Latin Grammy; luego de recibir este premio me llamaron de Penguin Random House y me propusieron escribir mi primer libro”.
Rechazó la oferta, dijo que no porque en ese momento no se sentía preparada para escribir. No sabía qué contar ni cómo contarlo, pero luego aceptó. “Decidí hacer una novela sobre Joaquín, este pescador que sale un día a trabajar y no regresa. Pero también de Mar, que es una niña de la isla que se enamora de él y viven una historia de amor que les cambia la vida. Le propuse a la editorial hacer este libro solo con una condición, que estuviera acompañado de un álbum, porque quería ponerle una banda sonora a esa historia. De ahí nació Mar adentro.
Canciones como Cuando te encuentre, Submarino y Desde la orilla tienen su esencia. La primera es un bolero, la segunda tiene sonidos tropicales y urbanos, y la tercera es una balada romántica poderosa. Ya no se trataba solo de la banda sonora de un libro que saldrá a principios de 2024, sino de un proyecto de investigación que, para llegar a su resultado final, tuvo que conquistar varios formatos. Juliana emprendió su viaje a San Andrés en enero de este año, viajó con todo su equipo durante una semana para sentir la isla, vivirla, escucharla y grabar en audio y video todo lo que se pudiera. Los sonidos de las lanchas, el mar, las entrevistas con los pescadores, entender el ritual de la pesca y observar.
“Tengo un amor muy especial por esta isla porque fue el lugar en el que viví mis primeros años de infancia junto a mi familia por temporadas muy largas. Mis primeros cinco años de infancia fueron entre San Andrés y Bogotá, por eso quise que fuera allá. Todo lo que pueden ver y escuchar tanto en el documental como en el listening experience era material que queríamos usar para la escritura del libro, para que en el momento que tuviera que sentarme y enfrentarme a este reto, pudiera ir a los archivos y describir la imagen de una forma más certera”. No vio venir la cantidad de material valioso que iba a recolectar en ese viaje, fue tan especial, que pasó a ser “de archivo” a convertirse en un documental en homenaje a San Andrés y sus pescadores, a la música, los procesos creativos y las ideas.
La parte audiovisual de Mar adentro estuvo acompañada por Juancho Muñoz, director general del proyecto, y María José Garzón, mejor conocida como Poché, una de sus amigas de infancia y quien dirige la parte creativa. Para Juliana Velásquez fue muy importante trabajar de la mano de ella, pues esa amistad ha sido testigo de varios momentos de vida. “Fue un plus tenerla conmigo en este proyecto, es una mujer muy talentosa que está incursionando en el tema audiovisual y solo siento admiración por ella”.
Hay varias razones por las que Juliana quiso que el álbum se llamara “Mar adentro. La historia de Joaquín está contada desde la perspectiva de Mar, la otra protagonista del proyecto, pero además es un homenaje a los siete colores del mar de San Andrés y a las siete caras que tiene en este álbum, empezando por el regué y la balada, y terminando con un bolero. “Es un disco muy versátil como el mar, que está en diferentes estados. Uno conoce ese mar tranquilo y calmado que parece de una pintura, pero también está el mar turbio, peligroso y que impone respeto. Lo que queríamos era mostrar esas facetas plasmadas en la música”.