Junior Zamora, las vivencias de un barrio de Aguablanca que ahora son un rap
Las calles del barrio El Vallado, en la comuna 15 de Cali, se convirtieron en música. Desde un discurso visual y sonoro, Zamora narra las dinámicas del lugar que lo vio crecer, y que lo inspiró a crear desde su esencia.
Daniela Suárez Zuluaga
“Mi nombre es Junior Zamora. Soy un artista de la ciudad de Cali, del oriente. Comuna 15, distrito de Aguablanca, barrio El Vallado. Aquí siempre he sido el viejo Zamo, líder social, facilitador, el voluntario del arte, el profe. Hoy quiero darles la bienvenida a esta mi casa, mis cuadras y calles en las que por primera vez me presento como el artista y reclamo este lugar desde mi verdad”.
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“Mi nombre es Junior Zamora. Soy un artista de la ciudad de Cali, del oriente. Comuna 15, distrito de Aguablanca, barrio El Vallado. Aquí siempre he sido el viejo Zamo, líder social, facilitador, el voluntario del arte, el profe. Hoy quiero darles la bienvenida a esta mi casa, mis cuadras y calles en las que por primera vez me presento como el artista y reclamo este lugar desde mi verdad”.
El barrio que vio crecer al artista caleño es el protagonista del álbum que está próximo a lanzar. Las calles, la gente, la cancha en la que jugaba baloncesto, el colegio y los viejos amigos son el motor de esta historia que refleja su esencia y su origen. Hoy, con un camino que ha recorrido durante más de una década, Zamora asegura estar en el lugar y momento precisos para volver a su hogar.
Su primera intervención en nuestra entrevista virtual fue una advertencia. Avisó que la conversación iba a estar atravesada por un hombre que está a punto de llegar a los 30 años, y que valora todo el “camello” que ha hecho para llegar donde está. “Hoy en día digo ‘pana, estoy vivo y estoy haciendo lo que me gusta’, porque mi proyecto está cada vez más cerca de lo que quiero comunicar, y eso requiere resto de agite”, dijo cuando le pregunté por su trayectoria dentro de la industria musical.
Quiere seguir siendo ese ‘pelao’ que siempre se cuestionaba cosas, y con este álbum, que aún no tiene nombre, pero sí forma, lo reafirma. Luego de escuchar las canciones completas, contó que se sintió satisfecho con el resultado, y que era consciente de que las críticas lo intimidaban, pero que esa era otra discusión para la próxima entrevista.
Los sonidos de Junior Zamora
Antes de llegar a este álbum, el artista caleño transitó por su proyecto a punta de prueba y error. “Recuerdo las primeras veces que intenté grabar canciones en 2011 y 2013, en ese momento sentía que podía cantar, pero el primer tema lo grabé de verdad en 2016 y se llamó ‘Tú'. Ahí quería ser el más músico de los músicos, el que más sabía de todo, porque sentía que en Cali no existía una propuesta así. Hubo gente que lo recibió bien, otra no entendía muy bien lo que estaba haciendo”.
Llegó el 2018 con sonidos que escuchó en otros lugares y que estaban hechos desde lo digital. Fue ahí cuando comenzó a experimentar con el hip hop, el funk y ritmos más urbanos. Reconoce que esa búsqueda no la hizo solo, y que varios amigos de su barrio se involucraron en la construcción de su proyecto.
“En 2022 hice lo que para mí fue mi ‘superálbum’ debut como artista independiente. Escarbando, apretando los dientes, buscando la luca y ahorrando al cien. Al final lo logré. Comencé a cuestionarme todo lo que estaba haciendo, quería experimentar. Gracias a ese deseo hice tres EPs donde encontré una comodidad sonora. En este álbum que viene me acerqué más a los sonidos gruesos, al rap, a mi barrio”. Los tres EPs que menciona son Drama Vol 1, 2 y 3, de donde salieron canciones como “A la carta” junto a Jossman, “Climax”, con Rap Bang Club y “Game Over”, con More, Drea Dury y Good Vice Crew.
El barrio en un álbum
Para Junior Zamora, el barrio es hablar de ese lugar en el que aprendió a ser persona y entendió el significado de pertenecer. “Es el primer recuerdo de hacer parte de algo. Desde este lugar te tienes que parar y decir ‘listo, esta es mi realidad, y si esto es con lo que todos los días tengo que entenderme, lo enfrento y aprendo’, me parece un pensamiento muy hermoso”.
Su próximo álbum es la materialización del sonido de calle, de ese bandidaje y pandillaje con el que creció. En lo que va del año, ha lanzado varias canciones que harán parte de este trabajo: “Obvio Bien”, “Salsa y Clase” y “Tilín Chilín”, junto a J Noa y N.Hardem han dado una prueba de eso que el artista caleño quiere mostrar.
“Por ejemplo, cuando lancé el video de ‘Salsa y Clase’ lo hice con la intención de incomodar, porque eso es lo que hace el barrio, te incomoda. Recuerdo que la primera vez que lo vi dije ‘no sé qué sentir’. A medida que lo veía pensaba que no podía estar mejor relatado. Es hermoso dejar esa puerta abierta, incluso habrá gente que la querrá cerrar, pero no me importa, sigo adelante”.
Zamora dice que no solo ha estado involucrado en el barrio desde la música, también hizo parte de sus procesos sociales. Fue participante, voluntario, profesor, coordinador de proyectos y líder comunitario. Conoce las dinámicas, es consciente de lo que cuenta y lo que cuestiona.
“Aquí hablo sobre lo que significa ser un hombre negro en el barrio, un ‘pelao’ rebuscándose la plata con sus amigos en las motos, los totes, los fierros y muchas de las cosas que viví y que se me hicieron parte del paisaje. Se me olvidó que vivíamos en una constante película, y esa película fue la que quisimos recrear en estos más de diez temas”.
La calle no es marketing
A nivel de composición, Junior Zamora nunca se había anunciado desde el barrio. Escribía sobre amor y desamor, pero no se había atrevido a explorar otras cosas. Estaba buscando el momento más honesto y adecuado para hablar de la calle, del barrio, porque no quería utilizarlo como un lugar cliché para decir cosas que no le constan. Hablar desde el desconocimiento nunca fue una opción.
“Este tema es muy álgido y me encanta. Respeto la forma en la que cada artista quiere vestir, ensamblar y presentar sus proyectos, pero me cuesta mucho cuando lo hacen desde un lugar que no pueden sostener. Yo en el barrio hice todos los procesos, como dije antes, nada me lo inventaba, hacíamos torneos por la necesidad de alimentarnos de cultura y deporte en el barrio, todo lo que hacíamos era por y para la gente”.
Tomando esas vivencias y plasmándolas en el discurso visual de sus sencillos, Zamora creó a Jay, un álter-ego que protagoniza sus videoclips. Jay tiene ese postureo de barrio, las gafas que lo respaldan y las vivencias del entorno a sus espaldas. “No quise que Jay fuera un traje que uno se quita y se pone a conveniencia, sino un personaje que fuera fiel a mi narrativa”.
Zamora sabe que no es rapero, pero dice que este álbum es para los que sí. Es una muestra de respeto hacia la gente que sí escribe y vive su vida a través del rap, mientras que él trata de encontrarse de la manera más honesta. “Tengo nervios y mucha expectativa de lo que va a decir la gente cuando salga el álbum, pero pase lo que pase, sigo firme”.