Justin Bieber regresa a Colombia
El artista canadiense estará en el estadio El Campín (Bogotá) el 12 de abril de 2017 dentro de su "Purpose World Tour".
Redacción Música
Miles de adolescentes rodean hoteles por él. Se visten con ropa de color lila porque es su favorito. Se rasuran la cabeza y se cortan el pelo en solidaridad por su supuesto cáncer. Lloran desconsoladas cuando ven sus videos o son testigos de sus shows. Lo único que tiene que hacer Justin Bieber es pasar cerca de ellas para que se lastimen, se hagan marcas imborrables en los brazos como parte de una campaña para que se aleje del consumo de marihuana. Gracias a ellas y a su parafernalia, Bieber se convierte con mucha facilidad en tema de moda en las redes sociales. Incluso, algunos de sus fanáticos han llegado a invertir miles de dólares para lograr una similitud física con él. (Leer Justin Bieber abandona concierto por abucheo de fans).
Toby Sheldon, un músico californiano de 33 años, gastó todos sus ahorros en cirugías plásticas con el propósito de verse como el cantante juvenil, unos catorce años menor que él. (Archivo Doble de Justin Bieber murió por sobredosis, según autopsia).
'Beliebers', así se hacen llamar las seguidoras del canadiense que por estos días se toma el mundo, los medios de comunicación y los escenarios de varios países latinoamericanos, entre ellos Colombia, con su "Purpose Tour", la cual promociona el disco con el que cambió su estilo musical gracias a la producción de los DJ Skrillex y Diplo.
La primera cita de Justin Bieber con sus fans colombianos fue en 2013 con "Believe Tour". Aquella visita muchos bogotanos la recuerdan por el escándalo que generó el músico al pintar grafitis en el túnel de la Calle 26, cerca del Concejo de Bogotá, los cuales después fueron 'borrados'. (Galería Sin rastro de los grafitis de Justin Bieber en Bogotá).
Justin Bieber tiene 22 años, una apariencia juvenil que va de rapero inocente a chico rudo y callejero con tatuajes. Ya existen estatuas de cera con su imagen, en Nueva York, Ámsterdam y Londres; muñecos fieles en cada detalle a su apariencia. Él no es un canadiense cualquiera, se ha transformado en un éxito de masas y puede presumir de unas cifras de ventas y premios que bien dejarían a cualquier otro artista con el triple de su edad, perplejo de la envidia y algo sumido en la desolación.
Pattie Mallette es el nombre de la verdadera genio detrás del fenómeno musical que revolucionó el espectro desde 2007. Para que amigos y familia conocieran las dotes artísticas y las actuaciones extraordinarias de su hijo, comenzó a hacer una serie de videos caseros y los subió a Youtube. Era un niño de doce años cantando sus propias versiones de artistas como Usher, Ne-Yo y Stevie Wonder. Era, sin ir más lejos, un pequeño jugando a ser un gran cantante.
El niño maravilla, así podría considerarse, nació con el camino despejado hacia el reconocimiento. Justin Bieber, aparentemente, llegó al mundo con el don de encantar. Pese a tocar trompeta, guitarra, piano y batería, características como el baile, su aspecto, sus letras y un poco su voz, son las que inclinan la balanza para que miles de niñas lo vean como su ídolo. Ellas llegan a fantasear con sus canciones y sueñan con ser la sucesora de una ex novia mediática, Selena Gómez, otra estrella juvenil cortesía del emporio Disney. (Leer Justin Bieber pelea con Selena Gomez y cierra su cuenta de Instagram).
Con el trabajo discográfico "Baby" logró la fama y el reconocimiento mundial, se convirtió en el artista más joven, solista, en alcanzar el primer lugar del chart 200 de Billboard, superando a Stevie Wonder, quien lo hizo cuatro décadas atrás, en 1963. Hace un par de años presentó “Never say never”, su propia película, contando su camino hacia la fama. La cinta recaudó cerca de US$73’013.910 en el mundo, superando con creces las expectativas.
El joven artista, incluso, ha funcionado como contenido de programas de televisión, en los que las burlas están a la orden del día y hasta correazos ha recibido como llamado de atención por algunos de sus comportamientos. Y ni hablar de redes sociales y blogs, escenarios en los que su imagen es la fuente inagotable para alimentar el malestar, algunas veces traducido en envidia, que muchos jóvenes sienten hacia su figura. (Leer Fan de Justin Bieber esperó 12 horas para una selfie y no lo logró).
Se dice que Bieber tiene más influencia en redes sociales que el mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y compite hombro a hombro con Justin Timberlake y Usher, su padrino, por conseguir la supremacía virtual. Lo que le critican a este joven es que bien podría considerarse un producto, un personaje casi fabricado para una industria que busca darle a la gente más que contenidos musicales, algo en que creer, algo para aferrarse, un artista que sientan propio así esté a kilómetros de distancia. En el caso de Justin Bieber, el concepto sonoro resulta ser un aditamento y queda en segundo plano. Sus fans crecen como su fama y su fortuna.
Quizás Justin Bieber tenga fecha de caducidad o logre reinventarse como lo hace a diario con escándalos, noticias y chismes en portales dedicados a complacer el morbo. No es el artista más respetado por la profundidad de sus composiciones o lo intelectual de sus sonidos, lo que sí está claro, es que Bieber sigue creyendo en lo que hace, y ahora tiene otra vez el turno para que sus miles de seguidoras en Colombia puedan volver a cantar, suspirar y hasta llorar con este artista que ya no es un bebé.
Justin Bieber regresa a Colombia, al estadio El Campín (Bogotá) el 12 de abril de 2017 dentro de su "Purpose World Tour", en el que tendrá participaciones importantes.
Miles de adolescentes rodean hoteles por él. Se visten con ropa de color lila porque es su favorito. Se rasuran la cabeza y se cortan el pelo en solidaridad por su supuesto cáncer. Lloran desconsoladas cuando ven sus videos o son testigos de sus shows. Lo único que tiene que hacer Justin Bieber es pasar cerca de ellas para que se lastimen, se hagan marcas imborrables en los brazos como parte de una campaña para que se aleje del consumo de marihuana. Gracias a ellas y a su parafernalia, Bieber se convierte con mucha facilidad en tema de moda en las redes sociales. Incluso, algunos de sus fanáticos han llegado a invertir miles de dólares para lograr una similitud física con él. (Leer Justin Bieber abandona concierto por abucheo de fans).
Toby Sheldon, un músico californiano de 33 años, gastó todos sus ahorros en cirugías plásticas con el propósito de verse como el cantante juvenil, unos catorce años menor que él. (Archivo Doble de Justin Bieber murió por sobredosis, según autopsia).
'Beliebers', así se hacen llamar las seguidoras del canadiense que por estos días se toma el mundo, los medios de comunicación y los escenarios de varios países latinoamericanos, entre ellos Colombia, con su "Purpose Tour", la cual promociona el disco con el que cambió su estilo musical gracias a la producción de los DJ Skrillex y Diplo.
La primera cita de Justin Bieber con sus fans colombianos fue en 2013 con "Believe Tour". Aquella visita muchos bogotanos la recuerdan por el escándalo que generó el músico al pintar grafitis en el túnel de la Calle 26, cerca del Concejo de Bogotá, los cuales después fueron 'borrados'. (Galería Sin rastro de los grafitis de Justin Bieber en Bogotá).
Justin Bieber tiene 22 años, una apariencia juvenil que va de rapero inocente a chico rudo y callejero con tatuajes. Ya existen estatuas de cera con su imagen, en Nueva York, Ámsterdam y Londres; muñecos fieles en cada detalle a su apariencia. Él no es un canadiense cualquiera, se ha transformado en un éxito de masas y puede presumir de unas cifras de ventas y premios que bien dejarían a cualquier otro artista con el triple de su edad, perplejo de la envidia y algo sumido en la desolación.
Pattie Mallette es el nombre de la verdadera genio detrás del fenómeno musical que revolucionó el espectro desde 2007. Para que amigos y familia conocieran las dotes artísticas y las actuaciones extraordinarias de su hijo, comenzó a hacer una serie de videos caseros y los subió a Youtube. Era un niño de doce años cantando sus propias versiones de artistas como Usher, Ne-Yo y Stevie Wonder. Era, sin ir más lejos, un pequeño jugando a ser un gran cantante.
El niño maravilla, así podría considerarse, nació con el camino despejado hacia el reconocimiento. Justin Bieber, aparentemente, llegó al mundo con el don de encantar. Pese a tocar trompeta, guitarra, piano y batería, características como el baile, su aspecto, sus letras y un poco su voz, son las que inclinan la balanza para que miles de niñas lo vean como su ídolo. Ellas llegan a fantasear con sus canciones y sueñan con ser la sucesora de una ex novia mediática, Selena Gómez, otra estrella juvenil cortesía del emporio Disney. (Leer Justin Bieber pelea con Selena Gomez y cierra su cuenta de Instagram).
Con el trabajo discográfico "Baby" logró la fama y el reconocimiento mundial, se convirtió en el artista más joven, solista, en alcanzar el primer lugar del chart 200 de Billboard, superando a Stevie Wonder, quien lo hizo cuatro décadas atrás, en 1963. Hace un par de años presentó “Never say never”, su propia película, contando su camino hacia la fama. La cinta recaudó cerca de US$73’013.910 en el mundo, superando con creces las expectativas.
El joven artista, incluso, ha funcionado como contenido de programas de televisión, en los que las burlas están a la orden del día y hasta correazos ha recibido como llamado de atención por algunos de sus comportamientos. Y ni hablar de redes sociales y blogs, escenarios en los que su imagen es la fuente inagotable para alimentar el malestar, algunas veces traducido en envidia, que muchos jóvenes sienten hacia su figura. (Leer Fan de Justin Bieber esperó 12 horas para una selfie y no lo logró).
Se dice que Bieber tiene más influencia en redes sociales que el mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y compite hombro a hombro con Justin Timberlake y Usher, su padrino, por conseguir la supremacía virtual. Lo que le critican a este joven es que bien podría considerarse un producto, un personaje casi fabricado para una industria que busca darle a la gente más que contenidos musicales, algo en que creer, algo para aferrarse, un artista que sientan propio así esté a kilómetros de distancia. En el caso de Justin Bieber, el concepto sonoro resulta ser un aditamento y queda en segundo plano. Sus fans crecen como su fama y su fortuna.
Quizás Justin Bieber tenga fecha de caducidad o logre reinventarse como lo hace a diario con escándalos, noticias y chismes en portales dedicados a complacer el morbo. No es el artista más respetado por la profundidad de sus composiciones o lo intelectual de sus sonidos, lo que sí está claro, es que Bieber sigue creyendo en lo que hace, y ahora tiene otra vez el turno para que sus miles de seguidoras en Colombia puedan volver a cantar, suspirar y hasta llorar con este artista que ya no es un bebé.
Justin Bieber regresa a Colombia, al estadio El Campín (Bogotá) el 12 de abril de 2017 dentro de su "Purpose World Tour", en el que tendrá participaciones importantes.