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A los compositores europeos que se convirtieron en paradigmas del movimiento nacionalista musical, el Cartagena Festival de Música sumará, en su decimoséptima edición, las obras de algunos de los más importantes autores colombianos de música académica, cuyo trabajó abarcó el final del siglo XIX y el comienzo del XX.
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Los días 12 y 13 de enero estarán dedicados a la música colombiana, tanto en el repertorio como en sus intérpretes. Según Antonio Miscenà, director general del Cartagena Festival de Música, esta propuesta hace parte de un arduo trabajo a que se ha desarrollado desde hace años y va más allá de los conciertos.
“Estamos haciendo un trabajo no solo de preparación del repertorio para los conciertos, sino un poco más profundo, de investigación bibliográfica, de un estudio crítico de las obras. Es una labor más musicológica, con el objetivo de profundizar en cuáles son los contenidos y la importancia de cada autor en el contexto de la música clásica de Sudamérica”, asegura Miscenà, quien añade que el fenómeno del concepto de nacionalismo musical también llegó a Colombia, pero surgió más tarde con respecto a lo que pasó en Europa.
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A esos nombres que ya se han convertido en marcas indelebles de nuestra música académica, como Adolfo Mejía, Antonio María Valencia, Gentil Montaña y Guillermo Uribe Holguín, se sumarán otros compositores menos conocidos, que contribuyeron al desarrollo de estos repertorios.
El recorrido se iniciará con la música para cámara de Adolfo Mejía y Antonio María Valencia interpretada por el Bogotá Piano Trío. Esta agrupación está integrada por el violinista Juan Carlos Higuita, el violonchelista Iván León y el pianista Mauricio Arias Esguerra.
Higuita asegura que, en el caso de Antonio María Valencia, sus composiciones se ubican en una posición especial en el repertorio de los compositores colombianos, pues tienen un sonido mezclado entre esa tradición francesa, de la que Valencia tanto recibió por su educación, con una parte nacionalista bastante notoria que tiene mucho del folclor colombiano. “Usa muchos ritmos de la región del interior, como el pasillo, algunos aires también que podrían asemejarse a un bambuco e incluso reminiscencias del Pacífico y del Valle, que se escuchan, por ejemplo, en el trío Emociones caucanas”, asegura Higuita.
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En su presentación del 12 de enero, a las 4:00 p.m., el Cuarteto Q-Arte recorrerá composiciones Pedro Biava Ramponi, Luis Antonio Escobar, Guillermo Quevedo Zornoza y Gentil Montaña. Según el violonchelista Diego García, varios de estos compositores se acercaron mucho a las músicas colombianas, especialmente los dos últimos.
Sobre Uribe Holguín, quien dirigió la Academia Nacional de Música y la Orquesta Sinfónica de Colombia, García explica que, aunque en un comienzo no estaba muy de acuerdo con las músicas tradicionales colombianas como música académica, empezó a incluirlas en sus composiciones posteriores.
Además de su faceta musical, Quevedo Zornoza también es recordado por su relación con el nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez, de quien fue maestro. Por otro lado, su abuelo Nicolás Quevedo Rachadell fue conocido como “el músico guerrero”, por haber sido edecán y coronel en el Ejército libertador junto a Simón Bolívar.
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“Quevedo Zornoza dedicó mucho a las músicas colombianas; de hecho, en el Cuarteto de cuerdas n.° 3, que vamos a tocar, hay un movimiento que recuerda la marcha del Libertador: la libertadora, una danza que era muy conocida en la época de la Independencia”, añade García, quien conforma Q-Arte junto a Santiago Medina y Liz Ángela García, en los violines, y Sandra Arango, en la viola.
El concierto de las 7:00 p.m. del 12 de enero, que será protagonizado por la Orquesta Filarmónica de Mujeres de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, propondrá un diálogo entre las músicas nacionalistas europeas y colombianas. La primera parte se centrará en cantos vocales búlgaros, interpretados por Eva Quartet, y las melodías folclóricas húngaras de Franz Liszt, con la participación del pianista Janos Balázs.
La segunda parte estará dedicada a obras de Adolfo Mejía y Pedro Morales Pino. “La idea es dar una pequeña muestra de este género sinfónico de estos compositores colombianos que fueron unos de los más representativos de su época (...) Tenemos dos obras muy representativas de Adolfo Mejía: una es un poema sinfónico, Íntima, que explora bastantes timbres de la orquesta, y la otra es una de sus creaciones más famosas: La pequeña suite para orquesta”, asegura Paola Ávila, directora de la Orquesta Filarmónica de Mujeres.
La Filarmónica de Mujeres también compartirá escenario con la pianista antioqueña Teresita Gómez, quien será la solista de la Suite breve para piano y orquesta, pieza que el músico Adolfo Enrique Hernández elaboró a partir de composiciones de Pedro Morales Pino como Cuatro preguntas, Lejanía, Encantado de verte, Mar y cielo y Aquí estoy.
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En su recital en solitario, que será el 13 de enero, a las 4:00 p.m., Teresita Gómez interpretará algunos clásicos de la música colombiana para piano solo de Gustavo Yepes, Luis Antonio Calvo, Jorge Andrés Arbeláez, Adolfo Mejía y Oriol Rangel. La artista además recibirá un homenaje especial por su destacada trayectoria.
Este viaje musical también contará con la participación del dúo compuesto por la pianista Ana María Orduz y el clarinetista José García, con un concierto que explorará composiciones de Pedro Morales Pino, Luis Antonio Calvo, Luis Antonio Escobar, Luis Carlos Figueroa, León Cardona y Víctor Hugo Castro Alzate, entre otros.
Orduz considera que este es un repertorio nacionalista, pues utiliza estructuras de géneros tradicionales colombianos. “Por ejemplo, Adiós a Bogotá (de Luis Antonio Calvo) es una contradanza, que es lo que se llamó habanera en Cuba y, en Argentina, milonga. También Bufa (de Castro Alzate) tiene la estructura del pasillo y así, muchas de las obras citan estructuras de ritmos tradicionales”, añade la pianista.