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La Feria va por dentro

La feria de Cali este año se está celebrando por vía virtual. Un experto evoca las fiestas de fin de año en la capital del Valle del Cauca e invita a disfrutarlas, con moderación y música, desde casa.

Wilmer Zambrano * @salsachevere_ / Especial para El Espectador
27 de diciembre de 2020 - 02:00 a. m.
El famoso salsódromo se trasladó este año a internet. Disfrútelo a través de la página www.feriadecali.com.co. /
El famoso salsódromo se trasladó este año a internet. Disfrútelo a través de la página www.feriadecali.com.co. /
Foto: EFE - Ernesto Guzman Jr
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Nunca imaginamos una Navidad sin Feria de Cali, una Cali sin Feria de Cali. Esta sucursal del Cielo que saltó a la modernidad con los Juegos Panamericanos de 1971 no conoce un diciembre de otra manera; cuando todos quieren irse de su sitio de residencia, nosotros, los caleños, queremos quedarnos, no por la Navidad; es la Feria de Cali el polo que atrae y donde todos quieren estar. (Recomendamos: reportaje sobre las vidas de Rubén Blades y Willie Colón, escrito por Petrit Baquero).

Afortunadamente, tenemos la música, la salsa, para salvarnos de esta ausencia; antes de iniciar el mes de diciembre la música llega con su magia, en la radio empieza a sonar el Cali pachanguero y la atmósfera cambia, empieza todo a llenarse de fiesta, se juntan los recuerdos de todas las ferias, de todos los bailes, las caras felices cantando “que todo el mundo te cante, que todo el mundo te mime”, y este año sin feria lo seguiremos cantando y bailando, porque es un himno y sonará hasta el fin de los tiempos, mientras siga en pie el Cristo Rey que nos ilumina.

Luego, como una alborada musical que anuncia la llegada del último mes del año, aparece Richie Ray con su piano explosivo, Bobby Cruz con su voz aprendida del legendario sonero Chivirico Dávila, y pregonan los temas más clásicos de su repertorio navideño: Seis chorrea’o, Aguinaldo navideño y Bomba en Navidad, donde se aprecia la voz dulce de Miki Vimari. Capítulo aparte del repertorio de esta tremenda banda forjadora primordial del movimiento salsero lo merecen dos temas.

El primero es Bella es la Navidad que, como dato curioso, a pesar de ser uno de los más conocidos del dúo de Richie Ray y Bobby Cruz, originalmente se prensó en un álbum que le produjo el sello Fonseca a Bobby Cruz como solista en 1967. Y en Cali, donde el baile nos sube la temperatura, un discómano, DJ de los años 70, tuvo la febril idea de darle más velocidad al elepé de este clásico navideño, moviendo la perilla de 33 rpm a 45 rpm, y así acelerado es como se conoce comúnmente, se comparte en el MP3 y lo suenan en la radio, las discotecas y ahora en los gastrobares.

El segundo tema es Bembé en casa de Pinky, composición de Richie Ray y Bobby Cruz para su amigo el empresario Rogelio Pinky Arias quien, en los años 70, era el representante del Instituto Panameño de Turismo. De culto entre los salseros, este temón es de los más sonados en las salsotecas en tiempos de Navidad: “Este año en la Navidad, yo quiero tener un cuatro, un güiro y un redoblante para ir a un bembé a casa de Pinky, donde la cosa se pone bien”.

El otro dúo que también llega con su cargamento musical navideño a alegrar la vida caleña y de todo el que hable en español es el de Willie Colón y Héctor Lavoe. El proyecto que lanzaron en 1970 al fusionar la música típica puertorriqueña con el sonido salsero que se gestaba en Nueva York fue un total éxito, pues lo que al principio era un álbum para el nicho de borinqueños que buscaban suerte en las calles de la capital del mundo se convirtió en un clásico para amenizar las navidades en toda Latinoamérica. (Reparos a la Feria de Cali virtual).

Y durante todo este mes sonará en todas las calles y esquinas la discografía completa del Grupo Niche, desde Buenaventura y caney de sus primeros años hasta el Happy Viche de su más reciente álbum ganador del Latin Grammy y muy seguramente del American Grammy; sonará Guayacán “con salsa de aquí, con mucho maní; oiga, mire, vea, véngase a Cali para que vea”, y el inmortal Piper Pimienta, que sembró la semilla para que florecieran la salsa y las caleñas que vestidas van de mil colores.

Toda esta salsa mezclada con la música de Lisandro Mesa, Los Hispanos y Pastor López es la que nos dará alegría, y ahora también refugio, en estos tiempos que nunca imaginamos venir, pero que quizá ya estaba escrito en algún libro sagrado.

Esta Feria la debemos festejar cada uno en su casa con sus miembros más cercanos, con su radio al lado, o desempolvando los discos que guardan como prisioneros todas estas melodías y están esperando ser sonados en el tornamesa; seguiremos por la calle quinta pasando, mi Cali bella atravesando, acompañados del pandebono, del Grupo Niche y de Guayacán, porque, como a la salsa, la Feria de Cali la llevamos dentro de lo más profundo del corazón.

* Caleño, salsero y tuitero.

Por Wilmer Zambrano * @salsachevere_ / Especial para El Espectador

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