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Isabel Ramírez les canta a los ríos, páramos, campesinos y vendedores ambulantes, y a las madres que lloran la ausencia de sus hijos. Con voz y guitarra, transmite en sus letras una poesía cruda impregnada de la realidad que se respira en Latinoamérica, desde el campo hasta la ciudad.
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Su primer acercamiento a la música se dio por su mamá, a quien escuchaba cantar en todos los rincones de su casa las obras de Mercedes Sosa, Violeta Parra y otros cantautores de la llamada canción protesta. Guiada por sus inquietudes musicales, conoció el sonido de Édson Velandia, uno de sus mayores referentes, las cantaoras colombianas que, según ella, “le revuelcan la cabeza” y otros géneros como el rap y el metal.
Su primera vez en un escenario fue con una banda de reggae de la que era vocalista, y el furor del público y el encanto de estar detrás de un micrófono la atraparon; allí sintió el llamado de querer llevar su vida en una maleta y dedicarse a la música.
Luego decidió aventurarse como solista e inspirada en la frase “muchacha pájaro, mi cielo azul” de una canción del argentino Sabú, empezó su periplo bajo el seudónimo Muchacha pájaro. En medio de la búsqueda de su sonido investigó el concepto de “muchacha” y se encontró con una definición de mujer obediente y sumisa, lo que la empujó a desafiar ese significado y transformarse en La Muchacha sin pelos en la lengua y al servicio de la canción protesta.
“Mis composiciones no tienen fórmula y en ellas manifiesto todas las inconformidades y todo tipo de amores”, así describe su proceso de creación, que estimula con el dolor, sufrimiento o las vivencias de la gente. “Mi forma de componer es orgánica y cada palabra tiene una intención sin importar si suena lindo o armonioso”.
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Su entorno es su mayor fuente de inspiración y de él absorbe lo que pasa a su alrededor. Su inquietud le ha llevado a investigar las raíces musicales de su pueblo, reconociendo los orígenes latinoamericanos y el fuerte arraigo en la tradición del formato del cantautor.
Polen fue su primera producción discográfica, en la que estuvo “sola con la guitarra y contra el mundo’’, lo grabó con ayuda de amigos y guiada por la intuición e incluye canciones como Pa’l monte y Serpiente. Esta última fue su primera composición y en ella transforma a la mujer en “bruja del agua, del viento que canta y tiembla con la luna”.
En febrero de 2020 lanzó Más canciones crudas, su segundo disco bajo el sello In-correcto, que plantea una mirada contemporánea sobre la situación colombiana, el amor, las luchas y la memoria. En esta producción se presenta más íntima, solo con guitarra y su voz, y así como ella lo define “transmite un estallido fuerte de voz y palabras que hablan de la muerte, los ríos y los amigos, en formato solitario sin coros ni edición pomposa que parte de lo sencillo y directo”.
Este trabajo fue seleccionado por Shock como uno de los mejores discos de 2020. En los próximos meses, La Muchacha lanzará más composiciones que van ligadas de su reciente álbum, como una extensión pícara, pura y reflexiva a punta de guitarra y emoción.
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De Más canciones crudas ya se lanzó el sencillo La sentada, una reflexión del momento sociopolítico en el que vive Colombia como nación y cómo se siente desde los lugares de comodidad.
El 26 de febrero será el turno para el segundo sencillo, La parcera, que habla del afecto por la tierra, el camino, los paisajes y la importancia de sentirse intimidado por las amenazas del día a día, el cual se podrá escuchar en su presentación en el Teatro Mayor el domingo 14 de febrero, a partir de las 5:00 p.m.
En el concierto, La Muchacha estará acompañada por Briela Ojeda, cantautora de Pasto, y Gato ‘e Monte, cantautor bogotano. Junto a ellos manifestará su sonido visceral, contestatario, lleno de letras fuertes y con mensajes sociopolíticos, en un formato sencillo y crudo pero envolvente, en el que brillan su voz y su guitarra.
Paralelo a su exploración de los matices de los ritmos colombianos y la rica mixtura que se genera entre lo popular, lo folclórico y las nuevas músicas del mundo, la cantautora dedica su tiempo a las líneas, puntos y colores que le ofrece la ilustración.
A través de este lenguaje desarrolla su lado gráfico, en el que trabaja los carteles de sus conciertos, stickers, y fanzine, que la han llevado a participar en diversas ferias y exhibiciones de dibujo, donde ha mostrado su versión de ilustradora; además, ha realizado tutoriales en los que fusiona la creatividad del dibujo con la música.
La Muchacha ha recorrido varios eventos y festivales como el Festival de la Tigra, creado y gestionado por el destacado músico Édson Velandia; el Festival Centro, de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño de Bogotá, donde tocó junto a cantautora chilena Camila Moreno, y los festivales Al Parque, de Bogotá.
Después de su paso por el Teatro Mayor, publicará el segundo volumen de Más canciones crudas, el 29 de marzo; luego planea realizar un concierto en Ecuador y participará en una residencia gráfica en Cali, del 16 de febrero al 22 de marzo, en la versión de La Dibujadora, donde trabajará temas relacionados con la memoria y más proyectos que incluyen un vinilo y mucho más.