La narrativa sonora de Jaison Neutra
Heredero de una tradición referenciada en sonidos de maestros como Alfredo Gutiérrez y Calixto Ochoa, este artista tiende puentes basados en la tradición cumbiera con puntos conectados junto a Pato Machete, que deja como resultado “Cumbia negra para el amor”.
¿Cómo nació esta idea musical?
Los sonidos mexicanos van por el lado de la colaboración que hicimos con Pato, de Control Machete, un artista mexicano. Hicimos una unión de las dos culturas, entre la mexicana y la colombiana, donde el puente es la cumbia. En México desarrollan todos los sonidos de las cumbias. Son unos apasionados por este género musical. La idea del proyecto era seguir consolidando esta hermandad y mi proyecto musical.
¿Qué es “Cumbia negra para el amor”?
Es una cumbia romántica con la que se presenta una narrativa del amor. Es un poema. Es entregarse a la música que uno quiere compartir poniendo el concepto del amor de una forma más aterrizada, construido a partir de lo que la otra persona y yo entregue. Esta es una canción para disfrutar bailando.
(Le recomendamos: Julieta Venegas regresa a Colombia con conciertos en Bogotá y Medellín)
¿Qué tan fácil o difícil es componer canciones a partir de sonidos de cumbia?
Considero que se me hace mucho más natural. Tiene que ver más con mi esencia, porque es la escena donde mejor me desenvuelvo, me siento empoderado al momento de sentarme a pensar la canción como cumbia. Soy del Magdalena Medio, colombiano y amante de todas las variantes de la cumbia que existen. Desde ese punto de vista, para mí siempre el proceso es bonito, así sea fácil o difícil. La búsqueda de los ritmos de hip hop en este caso nacieron gracias a la colaboración con Pato Machete. Eso dio como resultado otro tipo de elementos en la canción que suenan a una especie de microgénero nuevo.
¿Cómo se dio la producción de la canción?
Fue un tema que comenzamos a desarrollar con el productor. La montamos con base en una que ya teníamos. Tratamos de dejar todas las genéticas bailables de la canción, no interferimos en eso. Conservamos la esencia del baile pegado. Solo al final le quisimos dar un toque con ritmos electrónicos y armar el viaje a partir de la experimentación con barras de rap de frente. Ese fue todo el proceso que imaginamos, y lo pudimos ejecutar. Pato Machete trabajó desde México y yo desde Colombia, así la sacamos adelante.
¿Cómo ve el mercado colombiano comparado con México en el impulso a artistas de música local?
México nos lleva una gran ventaja, creo que es el mercado no solo donde los artistas latinos deberían llegar, sino que es la industria de la música latina. Hablando de cifras, este es el país que más suscriptores tiene en Spotify y tiene un complejo muy organizado de conciertos y presentaciones. Lo considero con el mejor desarrollo de música de habla hispana. Apenas he lanzado un disco debut y con ese logré llegar a un gran público de Monterrey, precisamente por la cumbia. México tiene un oído más dispuesto a recibir este tipo de música, mientras que en Colombia apenas está comenzando. Ahora mismo estamos resignificando la cumbia, porque anteriormente fue muy estigmatizada en nuestro país.
(Puede leer: Gabriel Pagán, esencia tropical)
¿Cómo pasó un ingeniero electrónico a convertirse en un artista?
A mí siempre, desde pequeño, me ha gustado escribir canciones. Esa larva se fue transformando cuando al final tuve que escoger entre el abanico de opciones, y apareció la ingeniería. En ese momento mi casa no estaba para un músico. En este país de no garantías se convierte en una forma muy difícil de ayudar en la casa, que era lo que estábamos necesitando en ese momento. Además, en la música me sentía más cómodo en la composición, y eso es muy poco lucrativo. Debía estudiar algo que me permitiera tener una solidez económica. Hoy día creo que dejaré mi trabajo en la industria del petróleo, que respeto mucho, para estar dedicado a la música.
(Le puede interesar: Boletas Harry Styles: esto costaría ir al concierto del artista inglés)
¿Qué nuevos proyectos tiene preparados?
Con este disco de Cumbia negra para el amor cerré el álbum Resabiados, de 2020. Quiero pasar de hacer un proyecto emergente a algo más sólido y sostenible. Entonces ahora viene la preparación de un nuevo disco que se lanzará a partir del cuarto mes del año.
¿Cómo nació esta idea musical?
Los sonidos mexicanos van por el lado de la colaboración que hicimos con Pato, de Control Machete, un artista mexicano. Hicimos una unión de las dos culturas, entre la mexicana y la colombiana, donde el puente es la cumbia. En México desarrollan todos los sonidos de las cumbias. Son unos apasionados por este género musical. La idea del proyecto era seguir consolidando esta hermandad y mi proyecto musical.
¿Qué es “Cumbia negra para el amor”?
Es una cumbia romántica con la que se presenta una narrativa del amor. Es un poema. Es entregarse a la música que uno quiere compartir poniendo el concepto del amor de una forma más aterrizada, construido a partir de lo que la otra persona y yo entregue. Esta es una canción para disfrutar bailando.
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¿Qué tan fácil o difícil es componer canciones a partir de sonidos de cumbia?
Considero que se me hace mucho más natural. Tiene que ver más con mi esencia, porque es la escena donde mejor me desenvuelvo, me siento empoderado al momento de sentarme a pensar la canción como cumbia. Soy del Magdalena Medio, colombiano y amante de todas las variantes de la cumbia que existen. Desde ese punto de vista, para mí siempre el proceso es bonito, así sea fácil o difícil. La búsqueda de los ritmos de hip hop en este caso nacieron gracias a la colaboración con Pato Machete. Eso dio como resultado otro tipo de elementos en la canción que suenan a una especie de microgénero nuevo.
¿Cómo se dio la producción de la canción?
Fue un tema que comenzamos a desarrollar con el productor. La montamos con base en una que ya teníamos. Tratamos de dejar todas las genéticas bailables de la canción, no interferimos en eso. Conservamos la esencia del baile pegado. Solo al final le quisimos dar un toque con ritmos electrónicos y armar el viaje a partir de la experimentación con barras de rap de frente. Ese fue todo el proceso que imaginamos, y lo pudimos ejecutar. Pato Machete trabajó desde México y yo desde Colombia, así la sacamos adelante.
¿Cómo ve el mercado colombiano comparado con México en el impulso a artistas de música local?
México nos lleva una gran ventaja, creo que es el mercado no solo donde los artistas latinos deberían llegar, sino que es la industria de la música latina. Hablando de cifras, este es el país que más suscriptores tiene en Spotify y tiene un complejo muy organizado de conciertos y presentaciones. Lo considero con el mejor desarrollo de música de habla hispana. Apenas he lanzado un disco debut y con ese logré llegar a un gran público de Monterrey, precisamente por la cumbia. México tiene un oído más dispuesto a recibir este tipo de música, mientras que en Colombia apenas está comenzando. Ahora mismo estamos resignificando la cumbia, porque anteriormente fue muy estigmatizada en nuestro país.
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¿Cómo pasó un ingeniero electrónico a convertirse en un artista?
A mí siempre, desde pequeño, me ha gustado escribir canciones. Esa larva se fue transformando cuando al final tuve que escoger entre el abanico de opciones, y apareció la ingeniería. En ese momento mi casa no estaba para un músico. En este país de no garantías se convierte en una forma muy difícil de ayudar en la casa, que era lo que estábamos necesitando en ese momento. Además, en la música me sentía más cómodo en la composición, y eso es muy poco lucrativo. Debía estudiar algo que me permitiera tener una solidez económica. Hoy día creo que dejaré mi trabajo en la industria del petróleo, que respeto mucho, para estar dedicado a la música.
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¿Qué nuevos proyectos tiene preparados?
Con este disco de Cumbia negra para el amor cerré el álbum Resabiados, de 2020. Quiero pasar de hacer un proyecto emergente a algo más sólido y sostenible. Entonces ahora viene la preparación de un nuevo disco que se lanzará a partir del cuarto mes del año.