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Los números habitan en diversas ciencias. En la música marcan tiempos, trazan el compás y ritmo que debe llevar, entre otras características. Gracias a ellos Beethoven pudo sentir sus composiciones y recrear en su cabeza cómo se escucharían. A sus 50 años, el compositor alemán era sordo y dependía de sus otros sentidos para plasmar las notas con las que transmitía su sensibilidad a través de una orquesta.
En un período de 12 años no presentó ninguna pieza y se dedicó a escribir y estructurar su última obra, por encargo de la Philharmonic Society de Londres. Su “Novena sinfonía” se pudo apreciar en 1825 y, según los expertos, marcó el final del clasicismo y el comienzo del romanticismo, y generó controversia por la inclusión de percusión y los coros de su cuarto movimiento, en el que reversionó la Oda a la alegría, de Friedrich Schiller, que le cedió su poema.
Luego de generar reacciones agridulces en su estreno, desde 2001 la obra de Beethoven es considerada Patrimonio de la Humanidad. Al igual que la música es conocida como un lenguaje universal, junto a ella hay matices que llevan a otros idiomas particulares, que gracias a personajes destacados puede habitar en otras artes, y la arquitectura es una de ellas, que a veces transmite el respeto por el lugar y la construcción de espacios públicos, bajo la ética como atributo principal.
Rogelio Salmona se ha destacado por la calidad y “poética” de su arquitectura, en la que su interés por expresar lo profundo de un lugar y época, convertía la edificación en un símbolo de poesía, al servicio de la comunidad. Se preocupaba, también, por presentar “una solución con obras llenas de emoción, diversidad y de una emocionada permanencia”, como lo describía en sus escritos.
Diez años después de crear un espacio dedicado a Salmona, uno de los arquitectos contemporáneos más importantes de Latinoamérica, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo recibirá a la Filarmónica de Bogotá para conmemorar su obra. “La arquitectura es un arte del espacio y del tiempo porque permite que se infiltren y palpiten los sentidos, al percibir su transcurrir. Igual que la música, se da a conocer poco a poco con la razón y con el sueño”, así comparó el arquitecto franco-colombiano la métrica musical con la que empleaba en su profesión.
La Fundación Rogelio Salmona nació con el propósito de honrar la memoria de uno de los arquitectos más importantes de Latinoamérica. De este modo, centra su interés en la comprensión, creación, mejoramiento y defensa de una arquitectura con espacios abiertos, concebidos para pertenecer a los ciudadanos, contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y fortalecer la construcción del tejido social.
Bajo la dirección de Andrés Felipe Jaime, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con más de 50 años de trayectoria artística, estará acompañada de la soprano Gloria Londoño, la mezzosoprano Jenny Orjuela, el tenor Pablo Martínez y el barítono Valeriano Lanchas. Junto a ellos estarán la Sociedad Coral Santa Cecilia y el Coro Filarmónico Juvenil de la Filarmónica.
Además de conmemorar los 10 años de la Fundación, los fondos recaudados con las entradas de este concierto contribuirán al sostenimiento de las labores realizadas por la Fundación.
Única presentación: viernes 13 de diciembre, 8:00 p.m., en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Boletería: www.primerafila.com.co.