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Con sonidos tropicales y géneros como el bolero, la cumbia, la salsa y el guaguancó, la orquesta La Pascasia hace una reinterpretación de algunos de los sencillos más emblemáticos y exitosos del tango en Sin desamor no hay amor, su primer trabajo discográfico.
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La orquesta, fundada en Medellín en 2016, nació como una alternativa para que los músicos y el público de la ciudad pudieran disfrutar del big band, un formato que se ha caracterizado desde su origen en 1920 por su energía, alegría y originalidad.
Para su director, Juan Fernando Giraldo, la orquesta La Pascasia ha sido un espacio para experimentar y aprender de este formato, que aunque no es nuevo, en Colombia y Latinoamérica ha tenido siempre una gran acogida. “Desde 2019 hasta donde la pandemia lo ha permitido, ofrecíamos conciertos con diferentes repertorios. En principio hacíamos ensayos abiertos, lo que generó una relación de complicidad, pero nuestro proyecto fue madurando artísticamente y se fueron ajustando detalles para mejorarlo... así llegamos a Sin desamor no hay amor, nuestra primera producción discográfica”, comenta el director de la orquesta.
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La Pascasia, que nació en un caserón ubicado en el centro de Medellín, explora a través de sus arreglos musicales un sinfín de posibilidades que brinda el formato big band, y entre tanta amplitud de sonidos crearon este nuevo álbum, que incluye temas como Tormenta, Maquillaje, Por la vuelta, Nada y Cristal. Pero, ¿por qué decidieron encaminarse como big band y no como otro tipo de orquesta? Para Giraldo este formato forma parte de la esencia latinoamericana, sin importar que su origen sea estadounidense.
“Las big bands surgieron a finales de los años 20 en Estados Unidos, y el primer género musical en el que se desarrolló fue en el jazz. Era un momento en el que este género era una música comercial, se escuchaba, se bailaba y se vendía en todo el mundo. Casi en paralelo al surgimiento de este formato, en Latinoamérica empezamos a apropiarlo, primero a través de Cuba, y luego en Colombia, desarrollamos maneras particulares y propias de entender este formato. Eso es parte de nuestra apuesta, sin dejar a un lado el jazz y el aprendizaje, nos ocupamos de nuestra manera de entender e interpretar el formato big band como latinoamericanos, como colombianos”, aclara.
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Es importante resaltar que el álbum “Sin desamor no hay amor” se realizó a través de un proceso de construcción colectiva bajo la dirección, producción musical y arreglos del director Juan Fernando Giraldo; las voces de este disco son de Camila García, Juan Camilo Orozco, Marcelo Tommasi, Pablo Briceño y Tiko Bermúdez; los arreglos estuvieron a cargo de David Lopera, Humberto Arias, León Giraldo y Sam Farley. El trabajo en equipo hizo posible que el álbum cargado de tango viera la luz.
El tango tiene un vínculo importante con Colombia, pero sobre todo con Medellín, por eso Juan Fernando Giraldo y la orquesta La Pascasia quisieron hacer un homenaje a este género musical, que siempre ha tenido una gran acogida en esta ciudad.
“Este álbum es una síntesis de lo que ha significado el trabajo de la orquesta en estos cinco años que llevamos activos, y de alguna forma da cuenta de nuestra relación con Medellín. El tango, si bien es una expresión muy importante para Latinoamérica y el mundo, en Medellín ha tenido un arraigo especial. La tradición de las orquestas tipo big band también es parte de esta ciudad, a mediados del siglo XX las industrias de la radio y el disco hicieron que Medellín fuera una ciudad importante para este desarrollo. Por aquí pasó toda la música popular colombiana de esa época, y las músicas tropicales también son un elemento muy importante”, comenta Giraldo.
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Esta no es la primera vez que La Pascasia rinde homenaje a un género en específico, lo hicieron tiempo atrás con un proyecto llamado Los Especiales, que consistía en elegir una línea de un género específico, y de la mano del equipo creativo buscaban la manera de adaptarlo a su sonido particular. Así fue con Más sentida que un bolero, un especial que realizaron hace varios años.
“Gracias a la invitación del Festival Internacional de Tango surgió Sin desamor no hay amor, que es una selección de varios clásicos del tango llevados a diferentes aires tropicales”, agrega el director.
Maquillaje es el primer sencillo del disco, un tango compuesto originalmente por Homero y Virgilio Expósito, que canta la pérdida de un amor, con lamentos sutiles que se transforman hasta el reproche. El arreglo de Juan Fernando Giraldo y la voz de Pablo Briceño logran recrear este clima emocional valiéndose de un aire cubano que siempre ha ido bien al reclamo amoroso: el guaguancó.
“Esta canción es una pieza en la que se refleja toda la amplitud emocional del tango, que le canta al desamor, y se usa el maquillaje como una metáfora de algo, que si bien puede adornar o cambiar de manera transitoria, no puede modificar los rasgos esenciales. Esa es la idea de desamor allí, cuando uno se da cuenta de que el amor fue mentira. La música acompaña este clima emocional a través de la música cubana y permite que la big band pueda ir desde los matices delicados hasta la contundencia y la potencia”, cuenta Giraldo sobre el sencillo.
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En el videoclip de Maquillaje los elementos compositivos que lo conforman se desarrollan en diferentes ámbitos y dimensiones: a nivel visual se aprovecha la belleza de La Pascasia, lugar de nacimiento y hogar de la orquesta, en donde los bailarines Alexánder Tenorio y Óscar Angulo interpretan una coreografía que, mientras dialoga con los ambientes y relieves que propone el arreglo musical, combina elementos de las músicas cubanas, del tango y de las músicas del Pacífico colombiano, dando cuenta del espíritu de esta producción discográfica, pero también reflejando una faceta fundamental de la cultura de Medellín: la relación entre el tango y las músicas tropicales.
Sin desamor no hay amor se grabó durante la pandemia, en un momento complicado para la industria, pero aun así la orquesta La Pascasia ha logrado mantenerse firme haciendo música. “Como organización cultural ha sido un gran reto mantenerlos a flote, pero hemos sobrevivido y podemos contar la historia con mucho esfuerzo. Ha sido muy difícil, y si no fuera por la convicción profunda que tenemos y las alianzas que día a día sacamos adelante, estaríamos por fuera. Creo que toda esta situación nos ha traído grandes aprendizajes con respecto a cómo debemos afrontarla para poder salir adelante, y también nos ha confirmado que la música hecha de esta manera está en un lugar profundo y necesario en la cultura”, concluye Giraldo.