La pugna por el control de la música de Canserbero
Hay una disputa legal por las canciones en las que el legendario rapero venezolano Canserbero dejó consignada su vida. Este es el primer capítulo de muchos, en la vida después de su muerte.
Sara Kapkin
No mucho después de la extraña muerte de Tirone José González Oramas, más conocido como Canserbero, empezaron a aparecer rumores y señalamientos entre personas interesadas en el control y la administración de la obra que dejó el rapero. Todo eso derivó en especulaciones, acusaciones y teorías que flotan hasta hoy en redes sociales.
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No mucho después de la extraña muerte de Tirone José González Oramas, más conocido como Canserbero, empezaron a aparecer rumores y señalamientos entre personas interesadas en el control y la administración de la obra que dejó el rapero. Todo eso derivó en especulaciones, acusaciones y teorías que flotan hasta hoy en redes sociales.
Pero el cartel de notificación publicado el pasado 02 de mayo por la Dirección Nacional de Derecho de Autor del Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI), que pone en conocimiento a Leandro Añez, más conocido como Kpu –quien produjo algunas canciones de Canserbero–, sobre el inicio de un proceso de nulidad absoluta de los certificados de registro de producción fonográfica que le fueron otorgados parece ser el principio del fin de la disputa.
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Después de la muerte de Tirone, su padre y único heredero, el señor José González, inició el proceso de registro por las obras musicales de su hijo que le fue otorgado por SAPI en 2017. Aún así, no ha podido tener control de las obras, pues estas ya habían sido registradas por Copyright en Estados Unidos en 2016. El registro lo hizo Leandro Añez a través de la Fundación El Canserbero, que tiene su sede en Miami. Aunque para ser más precisos, la empresa se llama CRIB MUSIC, Fundación El Canserbero es una especie de nombre ficticio, lo que en Estados Unidos se conoce como un DBA, que es un registro opcional que le permite a las empresas cosas como emitir facturas, abrir una cuenta bancaria, emitir cheques y firmar contratos con un nombre que no sea el de registro de la empresa.
Leandro también hizo unos registros de producción fonográfica por las obras de Canserbero en Venezuela a través de SAPI, que le fueron otorgados en 2020 y 2021. Esos registros son los que inician el proceso de nulidad absoluta por presunción grave de vulneración del derecho de autor que se derivan de los registros previamente hechos por el señor José González, el papá de Tirone.
Después de más dos años de iniciar el proceso, este es el primer paso en firme que da la familia de Tirone de la mano de la abogada Andris Gonzáles por recuperar el control de las obras del rapero. Pero este es apenas el principio, pues el registro de Copyright que se hizo en Estados Unidos es el que le ha permitido a Leandro Añez controlar y administrar la música que hizo Tirone.
Leandro quiso aclarar las cosas cuando los rumores empezaron a crecer e hizo un par de videos a través de redes sociales tratando de explicar el embrollo. Entre las cosas que mencionó es que él constituyó la empresa en Estados Unidos con la autorización del señor José González, que incluso aparece como miembro de la empresa en los registros, pero la abogada del señor José lo niega. “En ningún momento el señor José dio licencia, ni consentimiento, ni autorización para constituir esa empresa. No existe ningún documento firmado por los integrantes o herederos; donde se hayan cedido los derechos con respecto a las mencionadas producciones fonográficas”, dijo la doctora Andris González vía telefónica desde Venezuela.
Pero la usurpación de los derechos no solo afecta al padre de Tirone, sino a otras 17 personas que tuvieron participación en las obras de Canserbero, pues según explicó la abogada, Leandro Añez, “se acreditó las obras del artista en su totalidad, donde no solo se representa a nivel fonográfico sino también ante otras vías como escritor, letras y composición musical”.
Entre los 17 afectados se cuenta, por ejemplo, el productor Luis Muñoz (GBec), el rapero Benik Miller, que hizo una canción al respecto titulada El robo de Kpu (Justicia por Canserbero), y Manuel Galvis, también conocido como Blackamikase, rapero y amigo de Tirone desde la infancia.
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Según Manuel, Tirone y Leandro –que también lo acompañó a Canserbero como Dj durante parte de su carrera– no tenían relación laboral de ningún tipo desde 2013, pues Canserbero la dio por terminada después de un incídete de motivación económica que tuvo lugar en México durante una gira. “Ya ellos no trabajaban juntos. Incluso hay constancia que Tirone en vida le pagó y también le dio su carro como parte de pago por las instrumentales a Leandro”.
Pero Tirone nunca registro ninguna de sus obras. Ni tampoco nunca cobró por ellas. En la última entrevista que dio en un programa argentino, poco antes de su muerte, Canserbero explicó que nunca había querido comercializar su música, que lo que decidieron en su momento fue crear un pagina web para subir los discos y que la gente pudiera descargarlos de forma gratuita. “Creamos la pagina elcanserbero.com para subir el disco. Se descargaron muchísimo, de hecho debo agradecer porque tuvimos más de 150.000 mil descargas, ahora me arrepiento de no haber vendido el disco a un dólar (dijo riendo)”.
Lo que está en juego, además del control y la administración de las obras, es el patrimonio del rapero, que ahora pertenece a su padre como único heredero, y la parte que le corresponda a cada uno de los otros 17 afectados que trabajaron con Canserbero.
“Esto es el resultado de casi 3 años de investigación y de lucha para recuperar el control de la administración y de la obra del catálogo del Canserbero. Estamos en proceso, pero aún no se ha recuperado”, dice la abogada González.
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Luego vendrán otros procesos que implican evaluar el manejo que ha hecho Leandro Añez hasta ahora con él catálogo, una rendición de cuentas y las compensaciones y pagos que tengan lugar una vez que todo se aclare.
Este es apenas el preludio de la vida después de la muerte de Tirone, el hombre que dio vida a la leyenda del Canserbero, y que vivirá por siempre en sus canciones.