La Ramona, la artista independiente que se rebela contra las plataformas digitales
La cantante, compositora y DJ bogotana conocida como La Ramona lanzó este año su primer álbum, “Quemarlo Todo”. La artista habló para El Espectador sobre este primer disco, su proceso creativo y su lucha como independiente en una industria enfocada en las plataformas digitales.
Mateo Medina Escobar
Desde antes de nacer La Ramona, ya escuchaba Pink Floyd y Billie Holiday. Su padre la arrullaba con esas canciones desde que estaba en el vientre de su madre. El jazz, el blues y el rock que ponía su papá, junto a los boleros que colocaba su abuela, y el punk y metal que escuchó en su adolescencia, le abrieron la mente al mundo musical que hoy es su carrera.
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Desde antes de nacer La Ramona, ya escuchaba Pink Floyd y Billie Holiday. Su padre la arrullaba con esas canciones desde que estaba en el vientre de su madre. El jazz, el blues y el rock que ponía su papá, junto a los boleros que colocaba su abuela, y el punk y metal que escuchó en su adolescencia, le abrieron la mente al mundo musical que hoy es su carrera.
“Desde muy chiquita empecé a componer melodías y a querer crear música”, recuerda la artista en diálogo para El Espectador. La Ramona comenzó con sus primeros pinos en la música en 2010, cuando hizo parte de una banda de blues. Más adelante sacó sus primeros sencillos. “Brío”, canción que lanzó en 2017, fue uno de sus éxitos. En 2022 fue la telonera de Miley Cyrus cuando se presentó en el Movistar Arena de Bogotá. Este año la cantante estrenó su primer álbum, titulado “Quemarlo Todo”.
“Fue el álbum con el que le di gusto a mi niña chiquita, a mi niña noventera. Exploré todo lo que oía en esa época, desde un funk y disco, hasta algo más dance, que hoy en día se mezcla con sonidos un poco más electrónicos. También tiene cosas demasiado Shakira. Es muy diverso, tú vas viajando por un sinfín de géneros que al final del día se hilan en estas historias que estoy contando y que son tan autobiográficas”.
El álbum tardó dos años en salir. La artista lo tenía “atascado en el pecho” y en una pausa legal. “Esto empezó en 2022 y fue un álbum que salió muy rápido, pero que lastimosamente, por problemas que tuve con personas con las que estaba trabajando en el momento, decidí que no lo iba a sacar bajo esas condiciones. Entonces me demoré muchísimo tiempo en poderlo sacar”, cuenta la artista.
Lanzar el álbum se convirtió en una necesidad. “Por fin pude resolver todo el caos que tenía y organicé la casa legalmente (...) Hay una canción que es ‘Quemarlo Todo’, que le da el nombre al álbum y que además habla de un episodio en el que estuve muy deprimida. Donde sentía me iba a rendir, pero al final la conclusión de la canción es que, si nada funciona, quemamos todo y empezamos de cero. Creo que eso retrata muy bien el sentimiento de todo el proceso de este disco, de todas las canciones reunidas y del desarrollo legal para sacarlo. Es toda esa lucha que pasé como artista independiente para poder lanzar el disco y dar un grito de libertad”.
A lo largo de su carrera, la artista trabajó con diferentes productores, entre ellos, Juan Galeano, vocalista de Diamante Eléctrico y de CHICOCHICA. También colaboró con Santiago Uribe. “Cada época ha tenido sus canciones y sus cosas (...) pero todo salió en sencillos. Nunca se compiló en EPs, ni nada. Ya esta vez fue necesario ponerle un nombre, un orden y agrupar las canciones. Además, tener un álbum es inevitable para crecer, escalonar y tocar en festivales internacionales”.
Para el álbum “Quemarlo Todo”, la cantante trabajó con los productores Mateo Camargo y Jota García. “Lo que pasó con este disco es que nos sentábamos Jota, Mateo y yo en el estudio. Primero echábamos lora una hora, era terapia grupal. Después de chillar y cantar sobre cuanta cosa nos había pasado en la semana, nos sentábamos con una base musical que ellos ya habían hecho. Yo empezaba a hacer ahí la melodía y la letra. Era un ejercicio muy simbiótico donde todos empezábamos a votar ideas. Mi fuerte son las melodías y las letras”.
Una vez con el disco listo para salir al público, la artista decidió, como un acto de protesta, no publicar aún su álbum en las plataformas digitales más conocidas como Spotify, Apple Music, Tidal y Deezer. “Quemarlo Todo” llegó primero a Bandcamp, una plataforma de lanzamiento y de promoción para artistas independientes.
Según La Ramona, las grandes plataformas digitales fueron “un factor que ha cambiado la industria de la música por completo. Las plataformas son una cosa de amor y odio. Inevitablemente lo necesitamos para hacer parte de los cambios de la globalización con las nuevas tecnologías y lenguajes mediáticos”. El problema actual radica en la gestión del dinero que ganan estas plataformas y cómo les otorgan las ganancias a los artistas.
“Haz de cuenta que un centavo se da por X cantidad de reproducción. Al tiempo que esas reproducciones dan más visibilidad en el algoritmo. Les funciona mejor a los que tienen más seguidores y reproducciones. Aun así, ni siquiera una artista como Taylor Swift se puede sentar a decirte que gana plata de las reproducciones de plataformas digitales”, explica la artista que insiste en las preguntas: “¿dónde está toda esa plata? ¿qué pasa con los artistas independientes que queremos empezar a surgir y llegarle a más personas? Porque dependemos de un algoritmo que está en un bucle constante, en un círculo casi que vicio”.
Mientras que en años pasados varios artistas como la propia Swift y la banda de Thom Yorke, Atoms for Peace, han retirado sus canciones de estas plataformas (aunque regresaron después), el algoritmo convirtió el descubrimiento musical en una lucha constante para los artistas emergentes. “Dando siempre la misma sugerencia. Nos lleva a estar en un callejón cerrado, donde escasamente podemos descubrir nueva música y donde estos nuevos autores y creadores se ven enclaustrados en una jaula, no tienen voz”.
Aunque la artista sabe que probablemente no cambiará nada y que eventualmente su álbum llegará a las plataformas, prefiere alzar su voz y dar espacio al inicio de una conversación. “Por eso decidí primero lanzarlo en Bandcamp, que es de las pocas plataformas independientes donde puedes poner tu música, colocas tu PayPal y toda la plata de lo que recolectas te llega directamente. Eso se reparte entre todos los autores de ese disco. Fue un movimiento un poco de protesta, que seguramente no cambiaría nada, pero sí me parece importante al menos hablarlo. Hacer algo al respecto y moverlos factores de la ecuación a ver si algo cambia”, concluye la artista.