La revolución de la industria musical
Radiografía del momento por el que vive la música independiente en Colombia. Una industria que, aunque no cuenta con el músculo financiero de las grandes disqueras o el altavoz constante de los medios de comunicación, está creando un público fiel y riguroso que valora el poder de la música orgánica.
Paola Alejo*
En los últimos años la industria musical en Colombia ha sido testigo de un fenómeno sorprendente y revolucionario. En medio de las melodías convencionales y las tendencias predefinidas por la industria, una nueva y apasionante era se ha escrito en la escena musical del país: el ascenso imparable de los artistas independientes. Estos músicos y creativos visionarios están desafiando las normas, rompiendo fronteras y redefiniendo el panorama musical en sus propios términos.
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En los últimos años la industria musical en Colombia ha sido testigo de un fenómeno sorprendente y revolucionario. En medio de las melodías convencionales y las tendencias predefinidas por la industria, una nueva y apasionante era se ha escrito en la escena musical del país: el ascenso imparable de los artistas independientes. Estos músicos y creativos visionarios están desafiando las normas, rompiendo fronteras y redefiniendo el panorama musical en sus propios términos.
El tema de la independencia va mucho más allá de una postura rebelde de jóvenes o una utopía. Este concepto y sus interpretaciones han generado los movimientos que han marcado la historia política, económica y cultural del mundo. Desde Platón, Rousseau o Maquiavelo hasta la independencia de países colonizados, hoy ese deseo de autonomía atraviesa los públicos más jóvenes encontrando en el arte, el emprendimiento y los proyectos independientes una vía posible para vivir a través de sus talentos y creaciones.
Desde los años 70, con el surgimiento del movimiento hip hop en barrios populares de Estados Unidos para la reivindicación de derechos humanos, distintas ramas artísticas como la música, la danza o la pintura se convirtieron en vías efectivas para transformar la segregación y violencia de contextos adversos, en movimientos artísticos de transformación y paz.
Hoy en Colombia somos testigos de un fenómeno revolucionario de la industria musical en géneros urbanos con artistas que se han profesionalizado, internacionalizado y han creado públicos de diversos lugares y orígenes, y han puesto en evidencia la necesidad de mantener aspectos de su proyecto profesional con autonomía de decisión y libertad de creación.
Los nuevos artistas se han lanzado a hacer realidad lo que hace unos años parecía imposible o exclusivo para cierto mínimo sector privilegiado de la sociedad: el hecho de vivir gracias al arte. Hijos de una generación donde era común escuchar: “Si es artista vas a morir de hambre o tienes que venir de una familia adinerada” han demostrado no solo que sí es posible vivir del al arte, sino que además lo hacen de manera independiente.
Gestores, artistas, productores y profesionales alrededor del arte no solo estamos cambiando la manera de vivir y relacionarnos con el mundo a través de nuestros talentos, sino que estamos impactando la sociedad y construyendo una cultura naciente donde la colaboración, la autonomía, los nuevos trabajos, la tecnología, el crecimiento económico y la independencia son pilares para la expansión de nuestros proyectos profesionales.
Uno de los factores más relevantes para este desarrollo ha sido el valor del trabajo en equipo y comunidad. La articulación con distintos artistas y colaboradores hace posible la integralidad de un proyecto profesional independiente, logrando que quede atrás el modelo tradicional de industrias musicales donde el artista tiene sus derechos limitados y controlados por una firma externa.
Hoy artistas de géneros urbanos, como Penyair, Alcolirykoz y Frank Takuma, están revolucionando el mundo de la música urbana y la profesionalización de los artistas independientes, mostrando que es una profesión que construye respeto, reconocimiento y demanda dedicación, inversión y disciplina.
En entrevista para El Espectador, Gambeta de los Alcolirykoz habla del valor de la independencia. “Ser parte de algo distinto que no es parte de la industria es crear tu propia industria. Crear tu propio negocio. Ser el que toma las decisiones. Poder hacer lo que nace creativamente sin que nadie manipule el manejo o cómo se hace.
Crear nuestras propias reglas en el juego. Controlar el producto y lo que hacemos sin seguir los lineamientos de la industria, que dice cómo se debe promocionar y qué tipo de música se debe hacer para que sea exitosa. Ser independiente implica decidir y asumir todo.
Lo que más cuidamos es nuestra independencia, sin eso no podríamos haber apostado por lo que apostamos ni hacer lo que hacemos, porque estaríamos preocupados por cosas que no tienen que ver por el arte o la música. Y estamos en la capacidad de capitalizar todo para que sea sostenible”. El pasado 15 de julio los AZ reunieron a 14 mil personas.
La Tremenda Casa
Las expresiones artísticas independientes no siempre encuentran eco en los grandes medios de comunicación del país o son creadoras de tendencias en redes sociales. Viven del trabajo articulado entre artistas y espacios de gestión cultural para llevar el escenario a la comunidad. Por citar apenas un caso, podemos hablar de La Tremenda Casa, un espacio de Co-living Cultural creado por Paola Alejo y Mauricio Hernández, y Chokoflow, gestor del festival musical “Open Mic Hype Sessions”, quienes traen hoy de gira por Colombia a la agrupación internacional Ozadya de manera independiente.
Ozadya es una agrupación suiza de música fusión internacional conformada por seis dj con más de 13 años de experiencia y posicionada como una de las agrupaciones preferidas en Europa, quienes han traído su experiencia en la música internacional independiente al alcance de diversos sectores de la sociedad colombiana en Medellín, Cali y, ahora, Bogotá.
¡El panorama musical de Colombia está evolucionando, el futuro se presenta más brillante que nunca y los artistas independientes son los arquitectos de esta transformación!
* Economista, gestora y creadora del centro cultural La Tremenda Casa.