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Dos de los más grandes cantantes colombianos encabezan el listado del álbum “Super Bailables del Año” de 1997. Es el compacto que Sony anualmente publicaba en diciembre para las fiestas de fin de año. La canción que lidera la lista se llama “Ron pa’ todo el mundo”, una frase que se ha inmortalizado en las parrandas costeñas. Los cantantes también son de estas tierras. El cartagenero Joe Arroyo, que finalmente se quedó en Barranquilla, y Diomedes Díaz, el ‘rockstar’ vallenato.
La idea de hacer esta canción no fue de ellos, como aquellos músicos que la genialidad los junta. Fue idea de dos visionarios del mercadeo. El entonces director de Sony Music, Gabriel Muñoz, y el productor Alberto Nieto que, según le contaron al portal Blog Vallenato, buscaban una canción que contagiara las fiestas decembrinas de ese año y lo lograron también con los años siguientes. Entre diez opciones escogieron la canción compuesta por Dolcey Gutiérrez, que ya la había sido lanzada en el año 1993 y que le entregó el “Congo de Oro” del Carnaval de Barranquilla al año siguiente.
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Así se hizo “Ron pa’ todo el mundo”
La versión del Joe y Diomedes superó las expectativas. Es una salsa con sonidos fiesteros de fin de año al estilo del Joe, al que se montó Diomedes. Lo único vallenato de la canción es su voz. El track comienza con una conversación que parece ser algo espontáneo a la hora de grabar.
-¡Oye, Cacique, te provoca un trago, men!
-¡Claro, Joe, la demora me perjudica!
Según los productores de Sony, las voces se grabaron independientes. Cada quien envió su parte, por lo que esa conversación fue preestablecida, aunque sí se encontraron dos días después para grabar el video. Quizá se deba a la preferencia que tiene el cartagenero de grabar por las noches, mientras que el guajiro prefería el día.
Cuando estaba con Discos Fuentes, en 1990, dio una entrevista al periodista barranquillero Ernesto McCausland. Allí se registró su proceso de grabación bajo el silencio de la noche, que podía entrar a las 2 a,m. y salir cuatro horas más tardes, acompañado de sus músicos, que ya sabían a lo que se enfrentaban, y el vino, único licor que le gustaba.
De ahí salió el disco “Pa´l Bailador”, que incluyó un homenaje a la noche y a su bohemia, “El Centurión De La Noche”. Fue en ese lapso del día, tres años después (1993), que también coincidió en un concierto del cantante Diomedes Díaz en el estadio Romelio Martínez en Barranquilla. El ‘Cacique’ lo llamó a la tarima con su característico ‘enchoye’, que en el dialecto guajiro significa una persona engreída.
-Venga Joe, venga que lo llamo yo. ¡Que venga! Si no sabe cantá vallenato hoy tiene que aprender. ¡Que venga!
Era un embrollo rechazar la petición de Diomedes, que estaba emocionado con su presencia. Subió a tarima acompañado del coro de sonrisas de los que estaban allí. Diomedes lo abrazó y en un momento de euforia le dijo frente a los asistentes que él sería el padrino de su hijo Martín Elías, que tenía tres años. Diomedes se alejó y sonó el acordeón de Juancho Rois, que aún sostenía la sonrisa, con la melodía de “Mi Primera Cana”. El Joe inició su canto respaldado por otro coro de gritos de su Barranquilla. Luego vino el coro de los coristas.
Diomedes se apartó y se sentó en un parlante a observar con cara maravillada el estilo que había creado el Joe en ese momento, cantando un vallenato asalsado. Lo dejó interpretarla durante cerca de seis minutos. No lo interrumpió ni un segundo y cinco años después el desquite del Joe fue con la canción “Ron pa’ todo el mundo”, donde Diomedes tuvo que cantar salsa. Para ese entonces la promesa del padrinaje de Martín Elías seguro ya se le había olvidado y quedó como una de las tantas promesas de parranda que solo se cumplen en el anhelo de los tragos.
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