Las Martí, el renacer de una historia
El dúo integrado por las hermanas Andrea y Vanessa Martí lanza el álbum “El sol va saliendo”, en el que le rinden tributo a Colombia.
¿Cómo sería una canción que sabe a Colombia? Probablemente sería una mezcla de muchas influencias, ritmos y, seguro, con sabor a café. Se podría titular Cielo azul o Café de la esperanza. La respuesta está en Las Martí, el dúo conformado por Andrea y Vanessa Martí, dos artistas colombianas, que desde Estados Unidos le cantan a su tierra. Dos enamoradas del ajiaco, las calles de La Candelaria en Bogotá y la música guasca. Ellas durante seis años buscaron las letras y melodías más fieles del país y reconstruyeron sus historias desde Miami y Nueva York.
“Hace tiempo queremos hacerle un tributo a Colombia, a nuestra tierra, es un disco que tiene influencias de la música guasca con reggae, de la cumbia, de la cantinera, porque nosotros venimos de ahí. Nuestros abuelitos las cantaban. De ahí viene la inspiración, la creatividad musical. Por ejemplo, Cielo azul es una canción que está inspirada en el firmamento y también está El café de la esperanza, que recuerda los paseos por las calles de La Candelaria. El sol está saliendo es una nueva oportunidad que en este momento necesita nuestra Colombia”, comenta Vanessa Martí.
Este disco de diez canciones implicó un arduo proceso, en el que han desnudado el alma, se han abierto a escribir una letra que ellas denominan honesta. “Es un proceso que no todo el mundo está dispuesto a hacer y cuando mi hermana y yo nos pusimos a crear las canciones recuerdo que no encontrábamos la forma. Muchas veces eliminamos todas las canciones y las escribimos de nuevo, estábamos muy tristes, pero teníamos que reescribir todo el material”.
Para Las Martí, este registro no desea contener las canciones de moda o estar en los tops chart radiales. Por el contrario, la intención es que El sol va saliendo se convierta en la música para evocar momentos pasados, tiempos que no volverán. “Tenemos canciones como El zapato derecho, una historia de cuando las mujeres salimos a comprar zapatos y muchas veces nos quedan chiquitos, caminamos, salen ampollas, nos duele y vamos nuevamente a la tienda. Así sucesivamente es una búsqueda eterna, hasta que finalmente encuentras el zapato perfecto que te queda a tu medida. Así es el amor de tu vida”, relata Andrea Martí.
El disco guarda historias de familia y saca los dolores. “También hay temas como Alas rotas, una canción más nostálgica, porque habla del secuestro de nuestro abuelo. La letra dice que aprendí a volar con las alas rotas, aprendí a cantar con el alma rota”, dice Vanessa.
“Fue todo ese proceso cuando teníamos siete años, que mi mamá recibe la llamada de que mi abuelo fue secuestrado y nosotras a esa edad, sin saber muy bien qué era la palabra, veíamos toda la tristeza y la frustración. A nosotras nos llamaban ‘las campanitas de la alegría’. Llegamos para alegrar a nuestra familia con música, desde ahí yo siento que reivindicamos con la música ese dolor”, cuenta Andrea.
Por esa razón nace El sol va saliendo, que le da título al disco. Esta canción es una analogía de la nueva etapa que viven Las Martí, un tiempo que conciben esperanzador, a pesar de los obstáculos.
“Se siente nostalgia el estar lejos de la tierra. Acá hay gente muy linda, más de catorce millones de migrantes latinos. A mucho orgullo, nosotras izamos nuestra bandera. Todos representamos a nuestro país, todos lo sentimos. Donde estemos nos sentimos muy unidos y se siente esa colaboración entre unos y otros”, agrega Vanessa Martí.
Para estas dos artistas, su principal propósito será escribir canciones sobre su gente, del cielo de Bogotá y seguir inspirándose en el país que las vio nacer. Así como este álbum, ellas esperan seguir tomándose su tiempo para contar historias. Por ahora les queda disfrutar de los resultados de este largo trabajo discográfico y saborear esta carrera musical, como pocos artistas, sin presión.
Ellas no quieren ir a la velocidad del rayo, no quieren perderse de los momentos bonitos y menos sentir presión de sacar un sencillo cada dos meses. Su deseo es construir música que puedan disfrutar con los fans. Ellas esperan seguir construyendo canciones “viejas”, relatadas desde todos los sentimientos.
“Nosotras ya llevamos catorce años en esta carrera escribiendo canciones y es un trabajo de mucha perseverancia. Tiene muchos ciclos buenos y no tan buenos, pero nos hace grandes, también nos hace aprender de los errores”, asegura Andrea.
“Es imaginarse lanzar algo que se le ha puesto tanto sentimiento, tanto tiempo es como que explotes de energía y estamos tan felices. Es una emoción muy grande para nosotras poder compartir ese disco”, concluye Vanessa Martí.
¿Cómo sería una canción que sabe a Colombia? Probablemente sería una mezcla de muchas influencias, ritmos y, seguro, con sabor a café. Se podría titular Cielo azul o Café de la esperanza. La respuesta está en Las Martí, el dúo conformado por Andrea y Vanessa Martí, dos artistas colombianas, que desde Estados Unidos le cantan a su tierra. Dos enamoradas del ajiaco, las calles de La Candelaria en Bogotá y la música guasca. Ellas durante seis años buscaron las letras y melodías más fieles del país y reconstruyeron sus historias desde Miami y Nueva York.
“Hace tiempo queremos hacerle un tributo a Colombia, a nuestra tierra, es un disco que tiene influencias de la música guasca con reggae, de la cumbia, de la cantinera, porque nosotros venimos de ahí. Nuestros abuelitos las cantaban. De ahí viene la inspiración, la creatividad musical. Por ejemplo, Cielo azul es una canción que está inspirada en el firmamento y también está El café de la esperanza, que recuerda los paseos por las calles de La Candelaria. El sol está saliendo es una nueva oportunidad que en este momento necesita nuestra Colombia”, comenta Vanessa Martí.
Este disco de diez canciones implicó un arduo proceso, en el que han desnudado el alma, se han abierto a escribir una letra que ellas denominan honesta. “Es un proceso que no todo el mundo está dispuesto a hacer y cuando mi hermana y yo nos pusimos a crear las canciones recuerdo que no encontrábamos la forma. Muchas veces eliminamos todas las canciones y las escribimos de nuevo, estábamos muy tristes, pero teníamos que reescribir todo el material”.
Para Las Martí, este registro no desea contener las canciones de moda o estar en los tops chart radiales. Por el contrario, la intención es que El sol va saliendo se convierta en la música para evocar momentos pasados, tiempos que no volverán. “Tenemos canciones como El zapato derecho, una historia de cuando las mujeres salimos a comprar zapatos y muchas veces nos quedan chiquitos, caminamos, salen ampollas, nos duele y vamos nuevamente a la tienda. Así sucesivamente es una búsqueda eterna, hasta que finalmente encuentras el zapato perfecto que te queda a tu medida. Así es el amor de tu vida”, relata Andrea Martí.
El disco guarda historias de familia y saca los dolores. “También hay temas como Alas rotas, una canción más nostálgica, porque habla del secuestro de nuestro abuelo. La letra dice que aprendí a volar con las alas rotas, aprendí a cantar con el alma rota”, dice Vanessa.
“Fue todo ese proceso cuando teníamos siete años, que mi mamá recibe la llamada de que mi abuelo fue secuestrado y nosotras a esa edad, sin saber muy bien qué era la palabra, veíamos toda la tristeza y la frustración. A nosotras nos llamaban ‘las campanitas de la alegría’. Llegamos para alegrar a nuestra familia con música, desde ahí yo siento que reivindicamos con la música ese dolor”, cuenta Andrea.
Por esa razón nace El sol va saliendo, que le da título al disco. Esta canción es una analogía de la nueva etapa que viven Las Martí, un tiempo que conciben esperanzador, a pesar de los obstáculos.
“Se siente nostalgia el estar lejos de la tierra. Acá hay gente muy linda, más de catorce millones de migrantes latinos. A mucho orgullo, nosotras izamos nuestra bandera. Todos representamos a nuestro país, todos lo sentimos. Donde estemos nos sentimos muy unidos y se siente esa colaboración entre unos y otros”, agrega Vanessa Martí.
Para estas dos artistas, su principal propósito será escribir canciones sobre su gente, del cielo de Bogotá y seguir inspirándose en el país que las vio nacer. Así como este álbum, ellas esperan seguir tomándose su tiempo para contar historias. Por ahora les queda disfrutar de los resultados de este largo trabajo discográfico y saborear esta carrera musical, como pocos artistas, sin presión.
Ellas no quieren ir a la velocidad del rayo, no quieren perderse de los momentos bonitos y menos sentir presión de sacar un sencillo cada dos meses. Su deseo es construir música que puedan disfrutar con los fans. Ellas esperan seguir construyendo canciones “viejas”, relatadas desde todos los sentimientos.
“Nosotras ya llevamos catorce años en esta carrera escribiendo canciones y es un trabajo de mucha perseverancia. Tiene muchos ciclos buenos y no tan buenos, pero nos hace grandes, también nos hace aprender de los errores”, asegura Andrea.
“Es imaginarse lanzar algo que se le ha puesto tanto sentimiento, tanto tiempo es como que explotes de energía y estamos tan felices. Es una emoción muy grande para nosotras poder compartir ese disco”, concluye Vanessa Martí.