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Felipe Peláez celebra dos victorias sobre un contrincante llamado tiempo. Por un lado, festeja la aparición de su nuevo trabajo discográfico en formato de álbum cuyo nombre es Ponle actitud. En un tipo de industria que condujo a los artistas a publicar sencillos y acostumbró al público a exigir canciones cada semana, el cantautor se tomó el trabajo de crear y recrear varias canciones y generar una atmósfera apropiada para la publicación de un disco de largo aliento.
Por otro, se dejó seducir por la terquedad y diseñó, con libreto y todo, una propuesta teatral en la que va narrando anécdotas de su historia por medio de las composiciones que lo han hecho célebre en el ámbito del vallenato. Sus relatos, algunos ya contados y otros inéditos, vienen acompañados por un formato singular al que Peláez no quiso volver a llamar recital, aunque por el formato bien podría serlo.
Esos dos hechos lo tienen hoy más que feliz. Felipe Peláez siente que ha podido hacer lo que ha querido sin pedir permiso y tomando los riesgos necesarios para sacar sus proyectos adelante. El álbum es el resultado de muchas narraciones que tenía condensadas en el alma y estaban pidiendo pista desde hacía varios meses. Por eso no se conformó con el lanzamiento de un solo sencillo, sino que optó por elaborar un compendio de canciones que están ligadas de manera conceptual.
Se define más como un hombre de discos que de sencillos. De ahí, la insistencia para publicar Ponle actitud y dejarse llevar, otra vez, por el instinto del artista. El rol de compositor es determinante en Felipe Peláez y es una voz que no puede callar por más de que intente hacerlo. Algunos de sus colegas se dejan guiar por la tendencia, pero él prefiere hacerle caso a la consciencia, esa misma que le ha dictado los éxitos más importantes dentro de su actividad profesional.
El nuevo disco ha sido, también, el motor para diseñar un espectáculo para las tablas, concebido desde las propias entrañas del artista. La idea inicial era un recital a la vieja usanza, un evento para el reencuentro entre las distintas generaciones que han crecido con su música. Parte de ese envión quedó en el resultado final, pero el músico no quería que sus funciones (muchas o pocas) quedaran bajo la sombrilla de un recital, un término al que ya había recurrido hace algunos años.
Había que buscar un sendero distinto para comunicar su idea y surgió Felipe Peláez, de otra manera, una aventura sonora en la que el cantautor seleccionó un formato más bien íntimo para compartir sus vivencias y exhibir al desnudo las canciones que tantas reproducciones han tenido a lo largo de su actividad. La voz del cantautor en esta oportunidad se acompaña con instrumentos como el piano, la guitarra, el bajo, la percusión menor y los coros.
El gran reto para Peláez fue la elaboración de un libreto. Las canciones ya existen y por montones en su mundo, el hecho de presentarse en público es una maravillosa rutina para él, pero vincular en una sola propuesta su anecdotario, encontrar el vínculo entre un tema y el siguiente fue lo que realmente lo hizo detenerse, respirar profundo y entender que no estaba creando un espectáculo vacío.
Felipe Peláez, de otra manera, tendrá su prueba de fuego este jueves 4 de octubre en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá y de allí emprenderá una gira nacional que incluye ciudades como Pereira, Medellín, Neiva, Cali, Barranquilla, Ibagué y Villavicencio.
Lo que espera el artista es que el público se sintonice con su propuesta y entienda que solo hay un Felipe Peláez, pero que sus formas de hacer música son múltiples y diversas.
Felipe Peláez: De otra manera. Teatro Jorge Eliécer Gaitán, Bogotá. Jueves 4 de octubre, 8:00 p.m.