“Legendaddy”: ¿el mejor álbum de Daddy Yankee?
Una producción legendaria, una declaración de principios y una colección de necesarias respuestas que el experimentado reguetonero de Puerto Rico tenía atoradas en la garganta.
Pablito Wilson *
Suele creerse que el proceso natural para descubrir un disco que está por ser reseñado es escucharlo de forma ordenada, de principio a fin, pero con Legendaddy, de Daddy Yankee, eso no es posible. No solo porque fue lanzado con nueve videos de cortes de difusión, sino porque el reguetón es un género que se centra más en estos singles que en los álbumes de los artistas. Allí, por ejemplo, es fundamental remarcar el concepto del video de “Impares” (con una cama que se va resquebrajando y uniendo a medida que la historia avanza). Las colaboraciones también tiran y uno quiere arrancar por sus favoritas: Bad Bunny, Pitbull, Myke Towers y Sech, por mencionar algunas. Solo los fans del Big Boss —o al menos las personas para quienes el reguetón fue la banda sonora de alguna parte de sus vidas— podemos dimensionarlo. Ya no habrá más discos, probablemente tampoco más canciones (ni siquiera colaboraciones), menos giras. Además, el propio Ramón Ayala (nombre de pila) puso la vara muy alta: “Mi mejor producción”.
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Suele creerse que el proceso natural para descubrir un disco que está por ser reseñado es escucharlo de forma ordenada, de principio a fin, pero con Legendaddy, de Daddy Yankee, eso no es posible. No solo porque fue lanzado con nueve videos de cortes de difusión, sino porque el reguetón es un género que se centra más en estos singles que en los álbumes de los artistas. Allí, por ejemplo, es fundamental remarcar el concepto del video de “Impares” (con una cama que se va resquebrajando y uniendo a medida que la historia avanza). Las colaboraciones también tiran y uno quiere arrancar por sus favoritas: Bad Bunny, Pitbull, Myke Towers y Sech, por mencionar algunas. Solo los fans del Big Boss —o al menos las personas para quienes el reguetón fue la banda sonora de alguna parte de sus vidas— podemos dimensionarlo. Ya no habrá más discos, probablemente tampoco más canciones (ni siquiera colaboraciones), menos giras. Además, el propio Ramón Ayala (nombre de pila) puso la vara muy alta: “Mi mejor producción”.
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No se puede entender Legendaddy sin algo de contexto previo, principalmente sin conocer la discusión en torno al “reguetón de la mata”, ocurrida el año pasado a partir de su sencillo “Problema”. Cuando, a causa de una polémica alimentada por el icónico productor y documentado youtuber conocido como el Chombo, los seguidores más acérrimos del género comenzaron a denunciar de forma masiva que el reguetón se había transformado en música pop y estaba desconectado de la realidad sonora de sus inicios.
Pero la realidad es que el reguetón de raíz se quedó en la discoteca y que con contadas excepciones —la naciente nueva escena urbana de Medellín, por ejemplo— las principales tendencias ya no están tan representadas en ese sonido de base. Si no me creen, pasear por TikTok o leer las listas de Billboard puede ayudar a despejar algunas dudas. Por aquel entonces, Nicky Jam lo resumió con una frase fulminante: “Acá no hay de la mata, el de la mata soy yo”.
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No es casual que el álbum comience con una fusión entre dembow dominicano y kuduro, respaldando no solo la escena de la isla caribeña, sino la africana; esa que tanto J Balvin como Maluma han acompañado (colaborando con artistas como el nigeriano Mr. Eazi o la maliense Aya Nakamura, respectivamente). “Campeón”, es además una canción donde podría estar contestándole a Residente su frase “no se puede ser el líder, campeón de campeones, si te escribieron todas tus fuckin’ canciones” —incluso algunos medios especializados destacaron el hecho de que ya no se sigan en Instagram—.
Tampoco es casual que tenga una colaboración con Rauw Alejandro y Nile Rodgers (“Agua”), esta apuntando hacia un sonido pop parecido al que han estado explorando Sebastián Yatra, Myke Towers o incluso Manuel Medrano (quien también grabó con este histórico guitarrista que participó en piezas legendarias tan disímiles como “Le Freak” y “Good Times” (Chic) o “Get Lucky” (Daft Punk). Incluso, el haber invitado a El Alfa (“Bombón”), una figura de larga trayectoria que muy pronto podría convertirse en uno de los principales exponentes de pop (o pop urbano, como quieran llamarle) del continente.
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Pero se trata esencialmente de un disco de reguetón y con beats bien contundentes, como les gusta a los amantes de la primera ola. Quizá porque si va a retirarse, ya no tiene sentido innovar, después de todo ya lo hizo en el pasado. Mejor hacer felices a los fanáticos… o al menos intentarlo. Todo un imposible, si tenemos en cuenta que ya salieron los haters a acusarlo de no asumir riesgos. ¿Qué sería para ellos asumir un riesgo? ¿Grabar una canción con sonido clásico y acompañado por los productores Urba y Rome que podría estancarse antes de los 50 millones de vistas? Ojo, hacer música solo por el placer de hacerlo, sin pensar en el impacto es sumamente válido (así fue como nació Viva el perreo, de Jowell & Randy, el álbum con sonido de raíz más exitoso de estos tiempos). Lo que no lo es es exigirle a Daddy Yankee que tome este camino solo por un capricho nostálgico.
Entendiendo esto es que el proyecto se puede comprender de mejor manera. El track “Remix” propone uno de los mejores beats de reguetón que van a salir en este 2022, en el marco de una canción que alude a las mujeres con cirugías estéticas y podrá seguir vigente en cinco o diez años, tal como ocurrió con “Gasolina”. “Zona del perreo” ya se siente como un clásico en potencia, donde Natti Natasha y Becky G completan una pieza que parece haber sido hecha exclusivamente para que sus fanáticos más fieles extrañen su partida y los más haters se arrepientan de haber hablado más de la cuenta. Canciones como “La ola” o “X última vez” (con Bad Bunny) pasan un poco inadvertidas al principio, pero se les va a agarrando cariño con cada escucha.
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Mientras “Rumbatón”, con casi diez millones de vistas (en los primeros dos días), ha sido una de las composiciones más reproducidas —un necesario reencauche del sonido de éxitos como “Lo que pasó, pasó” o “Ella me levantó”—, yo prefiero enfocarme en la que para mí es la composición mejor lograda: “El abusador del abusador”. Otro clásico potencial con vientos salseros donde “Don Ramón” cierra un ciclo, mientras parece estar contestando una vieja tiraera hecha por Don Omar en “Los bandoleros reloaded” (2006). Tengo dos teorías sobre la razón por la que esto ocurre. La primera, que como Daddy Yankee va a retirarse, responder esa puya es una forma de darles a sus seguidores una respuesta que esperaron por años, como simple recurso artístico. La segunda, que haya sido una respuesta a los amigos y colegas de Don Omar que alimentaron el regreso de este último ninguneando su legado (uno de ellos llegó incluso hasta a burlarse del intérprete de “Despacito” por llevar treinta años casado con la misma mujer, como si ser mujeriego fuera motivo de éxito). Ahí es donde la frase: “Imagínate estos tiempos y yo aquí haciendo un comeback”, incluida en “Uno quitao y otro puesto” toma una dimensión completamente diferente. “Enchuletiao” también podría tener ataque incluido, en ella refiere las películas de “Rápido y furioso”, donde actuó el intérprete de “Salió el sol”.
¿Es entonces el mejor disco de Daddy Yankee? Ningún periodista quiere responder esa pregunta. Pero sí es cierto que es un trabajo pensado para que todas sus canciones puedan ser legendarias. Incluso, el sencillo con Pitbull. Que, aunque muchos parecen no haber entendido, tiene gran sentido simbólico cuando recordamos la importancia que tuvo el remix de “Gasolina” con Pitbull, Lil’ Jon (otro de los invitados) y Noriega para la carrera de ambos. Así que “Hot” también se siente como el cierre de una etapa. En el marco de un álbum que nos hará extrañarlo, querer repasar su discografía y escarbar cuanta rareza sonora haya grabado; rogar porque lo suelte todo y no se guarde ninguno de los temas prometidos que nunca salieron. Mi favorita se llama “Controlando el área”, por si quieren buscarla.
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Coda: la respuesta de J Balvin a Residente son sus dos sencillos lanzados con Ed Sheeran. Por varias razones: 1) J Balvin es uno de los principales responsables contemporáneos de haber puesto a artistas anglo a cantar en español y convertido el reguetón en un fenómeno de impacto global. 2) Demuestra que sin importar cuánto tiempo de vida le quede al reguetón, lo que sus exponentes crearon va más allá del género en sí mismo (piensen en José, sin ser el mejor cantante o guitarrista, tocando y cantando “Forever my Love”). 3) Su invitado no es cualquier artista, sino una de las figuras más genuinas de la industria del pop: el “blanquito pelirrojo” que hace años hizo una gira entera tocando él solo todos los instrumentos. Es más, un bonus: “Shape of You”, de Ed Sheeran (el segundo video no infantil más visto en la historia de YouTube) no se habría compuesto nunca de no haber sido por la existencia del reguetón. Sheeran lo sabe.
* Autor de “Reggaetón: entre el General y Despacito” (2019).