Lido Pimienta: “Quiero emanciparme de la industria musical, es tóxica”
La barranquillera habla de su posible retiro de la industria musical y de lo que sería su próxima y última producción, que adelantará con la Filarmónica de Medellín, con la que se presentará el próximo 28 octubre en el Teatro Metropolitano.
Alberto González Martínez
Lido Pimienta dice que lanzará su último álbum y se retira. No sé cuántas veces he visto o escuchado eso de diferentes artistas durante este año y pensaría que es el mismo cuento, si no es porque se trata de ella. Su anuncio no tiene que ver con una campaña de marketing, sino todo lo contrario. Su posible retiro no es de la música en sí. Es de la industria musical, más bien.
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Lido Pimienta dice que lanzará su último álbum y se retira. No sé cuántas veces he visto o escuchado eso de diferentes artistas durante este año y pensaría que es el mismo cuento, si no es porque se trata de ella. Su anuncio no tiene que ver con una campaña de marketing, sino todo lo contrario. Su posible retiro no es de la música en sí. Es de la industria musical, más bien.
Reconoce que su sello actual es una buena compañía y que tiene libertad creativa. Pero también dice estar cansada de otras dinámicas nocivas. No le gusta que siempre sea la cara de todo, de los videos, de las giras o incluso de las ruedas de prensa. Le pregunto si se quiere librar de entrevistas como esta. Sonríe. “Hago las cosas que quiero, si no lo hubiese querido diría que no”.
Está en su casa en Ontario, Canadá. Estará en el escenario en Medellín el próximo sábado 28 de octubre. Será un recital con la Filarmónica de esta ciudad. Le cuestiono por qué no es en su tierra natal, Barranquilla, y responde que ellos conocieron parte de su formato orquestal llamado Caribe sublime. Debería decirle que es una redundancia. El Caribe ya es sublime, pero no le digo nada. Me gustan las redundancias.
-¿A qué obedece el anuncio de su retiro?, pregunto intrigado.
-Voy a darle un último álbum a mi disquera. Siento que después de ahí quiero emanciparme de la industria. Hay cosas tras bambalinas que son tóxicas, a las que no me puedo suscribir. El júbilo que tenía antes ya no lo tengo. Quiero ser artista ciento por ciento y no me gusta que mi arte lo use otra persona para lucrarse. De pronto en unos años cambiaré de parecer, pero no en este momento, porque tengo que cuidar mi salud mental. No quiero sentir la presión de que tengo que ponerme una peluca, que tengo que levantarme a las tres de la mañana a hacer ejercicio, porque si no eres flaca no te dan tantos likes. Tiene mucho que ver con la percepción errónea de que las mujeres son unos seres etéreos que no envejecen y no tienen celulitis. La industria es apropiación cultural al máximo, hacer y sacar música muy rápido que no tiene tanto valor cultural. Entonces, si eso es lo que me toca hacer, prefiero no hacerlo.
Esa última frase me recordó a Bartleby, un personaje de un libro de Herman Melville que a todo lo que le pedían en su trabajo respondía: “Preferiría no hacerlo”. Era su pequeña revolución contra lo establecido. Lido está a punto de hacer su pequeña revolución, pienso en lo que se dedicaría después, aunque antes le pregunto si siente ansiedad en los momentos previos a los finales.
Responde que no, que siente alegría porque siempre planifica sus producciones con entre dos a cinco años de anterioridad. “Es chévere cuando muestro un trabajo porque me puedo concentrar en lo próximo que estoy haciendo, es decir, no me quedo estancada en lo de hoy, ya estoy 10 pasos adelante”.
Ya habrá planificado su retiro desde hace tiempo y sigo pensando en su futuro. Antes le consulto por su último videoclip que está nominado al mejor del año por Rolling Stone. “Siento que he tenido mucha práctica en contar una historia. Es un video que desde el principio supe que iba a ser ambicioso, donde había cómo contar una historia sin dar muchos detalles y representar a una sociedad violenta y oprimida. Ese video es una ventana a lo que quiero hacer ahora, que es cine”.
-¿Quiere hacer cine?, pregunto palabra por palabra.
-Sí, pero no como actriz, sino como directora.
-¿Desde cuándo le persigue esa idea?
-Desde toda la vida. Es que soy ilustradora, pintora, hago serigrafía, cerámica, textiles, litografía, etc. Soy una artista completa. Cuando me puse seria a hacer canciones entendí que también podía expresarme visualmente, pero nunca lo había llamado “hacer cine”. Siempre que escribo una historia pienso que se podría llevar al cine. Me quiero meter a esa “vacaloca”.
-¿Y qué cine haría?
Retratos del día a día del Caribe. El clasismo, el espantajopismo (fenómeno del Caribe de ciertos grupos sociales que les gusta presumir o aparentar más de lo que tienen), los pueblos o el centralismo de Bogotá que afecta el Caribe. Pero de manera cómica, como humor negro, tragicomedia y creo incluso que mi música es tragicómica.
-Si su música fuera una banda sonora de una película, ¿cuál sería?
-(Silencio 20 segundos) Miss Colombia le podía pegar a The Shining (El resplandor), aunque eso solo lo entendería yo. O más bien cualquier película o documental de naturaleza.
Lido respondió sin preguntarle directamente a lo que se dedicaría si deja la industria musical. Y cuando dijo “vacaloca” me recordó al escritor caribeño Álvaro Cepeda Samudio, quien también era multifacético y quería dedicar el resto de su vida al cine. Estuvo de acuerdo. También lo está con que en algunos medios guajiros le llamen “princesa wayuu”. “Entiendo que la gente dice eso para honrar mis raíces wayuus y eso me parece bonito”, agrega. Una wayuu haciendo cine también suena bonito, aunque también sea otra industria nociva.