“Que no le guste a nadie o que fracase algún disco no va a impedir que siga haciendo canciones, porque es mi pulmón; allí respiro. El fin de mi música será cuando ya no esté más”, dice Lisandro Aristimuño.
Foto: Óscar Pérez
Se escucha el ruido que proviene del río Negro. El viento está más cerca, como si quisiera apoderarse de todo a su alrededor. Hay árboles y hay casas. Es Viedma. Es la Patagonia argentina. Un director de teatro y una actriz -una pareja- caminan por sus calles. A su paso hallan viviendas abandonadas. Las transforman en lugares culturales; en teatros. Tienen un hijo: Lisandro Aristimuño, quien los observa pintar las paredes, adecuar un espacio para un baño y hacer los tachos de las luces con latas de leche. Tiempo después los acompaña a sus...
Por Danelys Vega Cardozo
Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com
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