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En la espesa y húmeda selva tropical bañada por el río Telembí hay un pueblo amable y festivo: Barbacoas, en el centro de Nariño. Allí nació, en 1990, la agrupación folclórica Alegres del Telembí para apoyar al grupo de danza de la Casa de la Cultura del municipio, dirigida por Javier Alexánder Ortiz Estacio, quien con esperanzas abrió un espacio a niños y jóvenes de su comunidad.
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La agrupación toma este nombre por su ubicación geográfica, el Triángulo de Telembí, conformado por los municipios de Roberto Payán, Magüí Payán y Barbacoas. En los años 90 no había más expresiones artísticas del mismo formato en el territorio, y por ello adoptan el nombre de su subregión, una de las trece de Nariño.
Sin embargo, con el paso de los años la agrupación se debilitó porque sus organizadores ya no tenían la capacidad económica para sostener la iniciativa, y las entidades estatales y empresas privadas no les brindaron apoyo, y desapareció.
Su participación en Petronio
En 2001, el docente Jesús Liloy Ortiz reorganizó y dirigió el proyecto con la ayuda de su hermano Javier Alexánder y colegas como la profesora Ruth Elena Cabezas. Gracias a esto, en 2002 participaron en el Festival Petronio Álvarez, en la categoría de Marimba.
Entre risas, Ortiz menciona que llegaron a su primer Petronio “como la Cenicienta”, ya que siempre se presentaban las agrupaciones de Tumaco; incluso la presentadora no sabía dónde quedaba Barbacoas. Al finalizar el Festival, la Agrupación Folclórica Los Alegres del Telembí había puesto a su municipio en el mapa, pues quedaron en tercer lugar.
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En 2003 no asistieron al festival por razones logísticas, pero en 2004 “allí sí le metimos todo, la sacamos del estadio y nos ganamos el Petronio”. De esta manera llevaron su nombre y el de su subregión al siguiente nivel. Este logro también motivó a la formación y el fortalecimiento de muchas manifestaciones artísticas. Al respecto, Ortiz señala que al verlos ganarse el Petronio los artistas de otros municipios pensaron: “Si estos muchachos de Barbacoas que nadie conoce pudieron, nosotros también podemos”.
En 2009 la agrupación se constituyó legalmente como Asociación Folclórica Los Alegres del Telembí y al año siguiente obtuvieron el reconocimiento al Mejor marimbero para Libardo Rosero. En 2014, la profesora Luz Elena la Ruquita Cabezas obtuvo el premio como Mejor cantaora.
En 2015 no clasificaron al Festival Petronio Álvarez, lo que fue un golpe muy duro para la asociación. A pesar de esto no desistieron, y este aparente fracaso les sirvió de motivación para llegar pisando fuerte un año después, tanto así que se llevaron de nuevo el galardón de la categoría de Marimba a Barbacoas.
Los Alegres del Telembí no solo son un referente de su subregión, sino que con sus voces han llevado la esperanza y la fiesta e instrumentos a todo el Pacífico nariñense, inspirando cada manifestación cultural de estos municipios, tan olvidados.
Han estado en dos CD de ganadores del Festival Petronio Álvarez, grabaron un disco independiente (¿Quiénes somos?) y recientemente estuvieron en estudios con el proyecto Pacífico Creativo, dirigido por Kike Riascos.
Barbacoas
En la sangre de los integrantes de Los Alegres del Telembí corre cultura y ancestralidad; de allí que tomen sus instrumentos autóctonos para preservar y mostrar su importancia y saber. Si bien los pueblos ribereños del Pacífico tienen la misma estructura, Barbacoas es un pueblo tranquilo y de gente soñadora.
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Aunque existe estigma hacia las poblaciones de la región por la violencia que los ha golpeado tan fuertemente, Los Alegres del Telembí muestran una cara para muchos desconocida de estas tierras ricas en flora, fauna y carisma. Históricamente, el pueblo barbacoano es minero, trabajador y arraigado a sus costumbres, que comparte con sus vecinos del Chocó biogeográfico.
La investigación cultural
Aunque al principio la Asociación Los Alegres del Telembí estaba enfocada en la interpretación de la marimba de chonta tradicional, ahora se han dedicado también a la investigación, proyección y preservación de la música folclórica de la región y sus tradiciones.
Desde 2014, con recursos propios, la asociación realiza investigación con grupos de menores de edad y adultos mayores que rescatan la tradición musical del Pacífico por medio de instrumentos musicales, pero también con cantos autóctonos como los arrullos, alabaos y villancicos.
El fortalecimiento de las tradiciones musicales ha sido un pilar fundamental del desarrollo cultural de la población, ya que gracias al trabajo que se realiza en la asociación, cada vez la región se siente más identificada con sus costumbres y orgullosa de mostrarlas al mundo.
Retos de los sonidos del Pacífico
Cada año las agrupaciones del Pacífico se enfrentan a un reto: la falta de recursos económicos. “A nosotros nos toca trabajar con las uñas”, afirma con pesar Jesús Ortiz, director de Los Alegres del Telembí, y como su asociación, las demás manifestaciones culturales luchan contra la escasez.
El colectivo Los Alegres del Telembí tiene un personal muy comprometido y diverso compuesto por estudiantes, padres de familia y madres cabeza de hogar. Dada la falta de recursos, algunos procesos culturales se ven interrumpidos. Acerca de esto, Ortiz manifiesta que para él es difícil convocar gestores culturales y decirles: “Mire, vamos a hacer este proyecto, pero no hay plata”, ya que muchos tienen varios hijos que sostener.
Cada vez que una agrupación va a participar en el Petronio debe buscar recursos con los alcaldes, que a veces no ofrecen colaboración, y entonces deben conseguir dinero por sus propios medios. “Nos toca vender empanadas, vender tamales, dar serenatas” y someterse a las inclemencias del clima que ponen en riesgo su salud.
A pesar de las dificultades de estas más de dos décadas dedicadas al arte y a la cultura, la Asociación Los Alegres del Telembí sigue firme en su propósito de visibilizar a su región y compartir sus riquezas.
Aunque este año no concursarán en el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, estarán presentes demostrando su talento, llevando a Cali un poco de su cultura y sus ritmos, y transportando por medio de sus interpretaciones a todos los interesados hasta su selva espesa, regada por el río Telembí.
*De la Fundación Color de Colombia.