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¿Cómo nació la idea de mezclar el R&B con el flamenco?
De los referentes que he tenido a lo largo de la vida y en el resultado que ha dado a mi forma de cantar. Nace de forma orgánica, por cómo siento y transmito la música.
¿Qué experiencia vivió para componer “Vikingo”, su más reciente canción?
Conocí un hombre muy espiritual, místico y que ahondaba en temas que nunca había profundizado. Me enseñó a verme a mí misma y eso abrió diferentes puertas en mí. Como consecuencia, mi composición comenzó a surgir desde lo más profundo y sentido.
¿Por qué elegir “Vikingo” como sencillo promocional del EP?
Desde que la compusimos, sentimos que era la canción que me representaría y el sonido que habíamos encontrado como Maite. Fue la primera canción que nació con el sonido del proyecto y encaminó el resto de temas, tanto sonoramente como en la escritura.
¿Cómo fue el proceso de composición y producción en la distancia, por a la pandemia?
De mucho aprendizaje y adaptación para resolver con lo que había. En canciones como Amazona me iba frustrando, pero de todo se aprende y cada creación es diferente. Algo que agradezco es el acople musical con mi productor, además de nuestra amistad. Eso me ayuda a desenredarme fácil cuando estamos creando un nuevo tema.
¿Cómo ha sido su evolución desde su primer lanzamiento, “#Tarde”, hasta ahora?
Inmensa. Creo que mis seguidores no esperaban un cambio tan notorio en cuanto a letras y sonido, pero lo han recibido con amor y hasta me han agradecido por temas como Amazona y Fénix. Ha sido muy gratificante que ellos evolucionen conmigo.
¿Qué busca transmitir con este primer EP?
Que la gente de verdad sienta cada canción, que les llegue cada personaje que planteamos y les sirva para afrontar su camino de vida de forma diferente, mucho más consciente, agradecida y empoderada. El inicio del viaje realmente es un tránsito espiritual, las letras esconden muchos significados, incluso personajes del tarot. Merece la pena sentarse a escucharlo a profundidad.
Hablemos sobre el video de “Vikingo”. ¿Cómo fue grabar en las rocas de Suesca?
Fue especial. La naturaleza siempre tiene una energía diferente para entregarte. Disfruté las tomas donde tengo las rocas a cada lado, a pesar del frío. Me dio una especie de fuerza que entonces no tenía. Y, por supuesto, todo lo que trae grabar en un lugar de libre transito, donde puede pasar cualquier cosa, como que llegue un grupo de ciclistas y te pidan fotos.
¿Por qué incluir bailarinas en el video y en este caso solo mujeres?
Desde que compuse “Vikingo” la vi con baile. En mi mente era danza contemporánea, en una bodega con luces, usando mucho el suelo, pero las condiciones nos hacen adaptarnos y no hubo nada de eso, sino, dos bailarinas a las que quiero y admiro, que aceptaron apoyarme. Que fueran mujeres fue coincidencia. Quería muchos bailarines, sin importar que fueran hombres o mujeres, pero las tomas debían ser cerradas, así que terminamos siendo solo nosotras.
¿Qué son “Óbito” y “Origen” para usted?
Salirme de mi perfeccionismo, soltar y conectarme con el momento. Tanto Óbito como Origen (el intro y el outro del EP) son improvisaciones junto a mi productor. Me senté, escribí un par de letras y después improvisamos al tiempo: él desde el piano y yo desde la voz y fue una escucha completa de los dos. Esas versiones son las que están en el EP. Ni siquiera volvimos a grabar las voces, y eso que no las habíamos grabado en la cabina.
¿Qué viene ahora para Maite?
Más música, unas colaboraciones que compuse junto a otros artistas increíbles y ver qué depara el sonido musical de este proyecto a medida que pasa el tiempo y vamos experimentando nuevas cosas.