¡Maravilloso, maravilloso! The Killers en el Estéreo Picnic 2018
Fue la primera vez que la banda de Las Vegas interpretó canciones de su último disco, Wonderful wonderful, en Colombia. La lluvia, el frío y el pantano no impidieron que sus fanáticos intentaran saltar en medio del barro durante viaje musical de sus melodías.
Juliana Gil Gutiérrez - @juliigil
La primera vez que escuché a The Killers tenía 13 años. Corría diciembre de 2009 y esa pregunta de si somos humanos o bailarines que repiten en "Human", canción que supera los cien millones de reproducciones de YouTube, se quedó en mi cabeza. Para entonces la banda ya tenía ocho años de historia musical y hoy, con 17 años de vida, sigue siendo ese cuarteto de Las Vegas que no tiene igual. (Galería Estéreo Picnic 2018: fotos del primer día).
Un receso de cinco años no los detuvo. Por el contrario, fue un lustro para recargar la energía de sus integrantes y un periodo que sembró en sus fans más deseos de escuchar su música, sus ritmos, sus guitarras. Esos comienzos lentos de canciones, un poco de misterio en las cuerdas que inician la melodía para convertir la canción en una travesía musical. Travesía que vivieron sus fans durante el concierto en el Festival Estéreo Picnic.
Su historia se remonta a 2001 y comienza en Nevada, Las Vegas. En la ciudad de la lujuria y el placer dos jóvenes, Brandon Flowers y Dave Keving, formaron una banda y llegaron a manifestar su deseo de ser el U2 de Estados Unidos. Quizá sólo los más fanáticos, aquellos que salieron de su casa desde la mañana del viernes para esperar en el indomable frío de la sabana bogotana hasta la media noche para verlos, puedan ser los únicos con la capacidad de juzgar si, por lo menos, están cerca de conseguirlo.
La cantidad de personas que corearon “are we humans or are we dancers”, “the star maker says, it ain't so bad. The dream maker's going make you mad. The spaceman says, everybody look down” o “give me a moment, some kinda mysterious” superaron las voces que se sumaron a Lana del Rey o The Neighbourhood, otros artistas que estuvieron en el mismo escenario, la tarima Tigo Music, esa noche.
Flowers es la cabeza del grupo. Cuando está en el escenario su porte asemeja la presencia de un Rey de la música. Es un rockero elegante, alto, delgado y viste los trajes elegantes que siempre lo han caracterizado en los videos.. Dave Keving está en la guitarra; Stoermer, en el bajo; Vernucci, en la batería.
Brandon Flowers y Dave Keving se encontraron en 2002 con Mark Stoermer y Ronnie Varnuci, quienes llegaron a completar el cuarteto de indie y rock alternativo que mostró que en Las Vegas hay mucho más que casinos y alcohol.
Siete álbumes de estudio, miles de reproducciones en Youtube y dos visitas a Colombia. “¿Nos extrañaron?”, preguntó Flowers al comenzar el concierto, recordaron el concierto de hace cinco años en el escenario de Un mundo distinto: el Festival Estéreo Picnic. ¡Sí! Esa fue la respuesta del público, que gritó como si fuera la primera.
Spacemen, Somebody told me, Shot at night, Miss atomic bomb. La infaltable Mr. Brightside, canción con la que muchos cerraron su presentación.
La primera vez que escuché a The Killers tenía 13 años. Corría diciembre de 2009 y esa pregunta de si somos humanos o bailarines que repiten en "Human", canción que supera los cien millones de reproducciones de YouTube, se quedó en mi cabeza. Para entonces la banda ya tenía ocho años de historia musical y hoy, con 17 años de vida, sigue siendo ese cuarteto de Las Vegas que no tiene igual. (Galería Estéreo Picnic 2018: fotos del primer día).
Un receso de cinco años no los detuvo. Por el contrario, fue un lustro para recargar la energía de sus integrantes y un periodo que sembró en sus fans más deseos de escuchar su música, sus ritmos, sus guitarras. Esos comienzos lentos de canciones, un poco de misterio en las cuerdas que inician la melodía para convertir la canción en una travesía musical. Travesía que vivieron sus fans durante el concierto en el Festival Estéreo Picnic.
Su historia se remonta a 2001 y comienza en Nevada, Las Vegas. En la ciudad de la lujuria y el placer dos jóvenes, Brandon Flowers y Dave Keving, formaron una banda y llegaron a manifestar su deseo de ser el U2 de Estados Unidos. Quizá sólo los más fanáticos, aquellos que salieron de su casa desde la mañana del viernes para esperar en el indomable frío de la sabana bogotana hasta la media noche para verlos, puedan ser los únicos con la capacidad de juzgar si, por lo menos, están cerca de conseguirlo.
La cantidad de personas que corearon “are we humans or are we dancers”, “the star maker says, it ain't so bad. The dream maker's going make you mad. The spaceman says, everybody look down” o “give me a moment, some kinda mysterious” superaron las voces que se sumaron a Lana del Rey o The Neighbourhood, otros artistas que estuvieron en el mismo escenario, la tarima Tigo Music, esa noche.
Flowers es la cabeza del grupo. Cuando está en el escenario su porte asemeja la presencia de un Rey de la música. Es un rockero elegante, alto, delgado y viste los trajes elegantes que siempre lo han caracterizado en los videos.. Dave Keving está en la guitarra; Stoermer, en el bajo; Vernucci, en la batería.
Brandon Flowers y Dave Keving se encontraron en 2002 con Mark Stoermer y Ronnie Varnuci, quienes llegaron a completar el cuarteto de indie y rock alternativo que mostró que en Las Vegas hay mucho más que casinos y alcohol.
Siete álbumes de estudio, miles de reproducciones en Youtube y dos visitas a Colombia. “¿Nos extrañaron?”, preguntó Flowers al comenzar el concierto, recordaron el concierto de hace cinco años en el escenario de Un mundo distinto: el Festival Estéreo Picnic. ¡Sí! Esa fue la respuesta del público, que gritó como si fuera la primera.
Spacemen, Somebody told me, Shot at night, Miss atomic bomb. La infaltable Mr. Brightside, canción con la que muchos cerraron su presentación.