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¿Qué experiencias previas nutrieron la idea de realizar el II Seminario Internacional de Música y Transformación Social?
Esta idea tiene origen en el primer seminario que organizamos hace cinco años, cuando Batuta cumplió 25 años. Nos pareció importante generar un discurso y una reflexión mundial sobre el valor de la música como una herramienta de cambio, en temas como la inclusión social, la garantía de los derechos, el manejo integral de las comunidades y la dignificación de la vida de personas que se encuentran en situaciones sociales muy complejas. Convocamos para ese primer Seminario a cincuenta experiencias de todo el mundo que se alinean con estos propósitos.
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¿Cuáles son los temas puntuales que abordará el evento?
El segundo Seminario está dividido en cuatro días. Uno de ellos está dedicado a la educación musical para hoy y el futuro. Allí se dará lugar al panel Nuevas formas de enseñar, que contará con la presencia de Alex Ruthman, de la Universidad de Nueva York Steinhardt, y Emily Howard, del Centro de Práctica e Investigación en Ciencia y Música en el Royal Northern College of Music, entre otras figuras. Los músicos y las personas que estamos en el medio musical nos preguntamos para qué estamos formando músicos, desde dónde y con qué lógica.
También se hablará sobre música y territorio...
Así es. Otra de las temáticas estará dedicada a la música y los músicos frente a límites físicos y simbólicos. Allí se presentará la conferencia de Laura Paniagua, académica de Costa Rica que hizo el estudio “Latinoamérica migrante dibujada por la música”. Para los millones de personas que se desplazan por todo el continente americano, la música es el principal instrumento para resistir esas cruzadas.
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¿Habrá tiempo para reflexionar sobre lo que ocurrió con el sector musical en la pandemia?
Sí. La tercera jornada del evento reflexionará sobre la música antes, durante y después del COVID-19. ¿Qué papel jugó la música en el confinamiento y qué va a pasar después? Hubo cosas horribles, como la cancelación de los conciertos y la oferta en vivo se acabó, pero también hubo proyectos destacados que circularon a través del uso de tecnologías de la información y la comunicación.
La música también ha jugado un papel protagónico en la resistencia. ¿Cómo se verá esto reflejado en el Seminario?
En la última jornada del Seminario podremos escuchar experiencias como la de Vivir Quintana, que hizo un corrido norteño, Canción sin miedo, en contra del genocidio en México, en donde matan a una mujer cada diez minutos. Aprenderemos de la experiencia de Ukhoi Khoi, un grupo de músicos de Sudáfrica que utiliza las técnicas de la música académica para recuperar las tradiciones sonoras de las tribus del país. Y contaremos con la presencia de Adriana Lizcano, música colombiana que lidera la Batucada Guaricha, conformada por mujeres santandereanas.
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¿Por qué se realiza el Seminario en Ibagué?
Este año Ibagué presentó su candidatura a ser miembro de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco. Es muy importante que, desde lo público, las ciudades que buscan asociarse a la música generen estos espacios de reflexión. De hecho, vamos a tener una mesa con historiadores de Ibagué para que nos cuenten por qué se dice que esa es la ciudad musical de Colombia.
¿Cómo y quiénes pueden participar en el Seminario?
Todas las personas que quieran. Es un seminario híbrido, con presencialidad en el Auditorio de la Universidad del Tolima, al que se puede acceder en línea, en www.simts.co.