Martín Elías cumplió el sueño que se propuso de niño: seguir el legado de su padre
El cantante falleció este viernes tras un accidente automovilístico. Según Óscar Calderón, exmanager de Rafael Santos (hijo mayor de Diomedes Díaz), hasta sus últimos días trató de recordar a su fallecido padre.
redacción Nacional
El 18 de junio de 1990 nació en Valledupar el cuarto hijo del legendario cantante vallenato Diomedes Díaz y su exesposa Patricia Acosta: el Gran Martín Elías. En el momento en que su padre lo vio dijo que se iba a llamar así en honor a su tío, el acordeonero Martín Elías Maestre, y replicó que sería grande como este. Y no se equivocó. (Puede leer: “Quiero ser un grande del vallenato”: Martín Elías)
En las calles de la capital del vallenato se crió Martín Elías con la ilusión de seguir el legado de su padre, a pesar de que el fútbol lo desvelaba. "Uff, me gustaba mucho, no sabía si iba a ser futbolista, estuve en varias escuelas en Valledupar y recuerdo que jugaba de delantero. Pero la verdad, lo mío desde pequeñito fue la música", afirmó en una entrevista para El Espectador hace un par de años el cantante. (Lea: Luto en el vallenato: Murió Martín Elías tras accidente de tránsito)
A pesar de que cargaba el peso de ser uno de los hijos de Diomedes Díaz, Martín se caracterizaba por ser muy humilde y sencillo. Desde muy pequeño acompañó a su padre, junto con sus tres hermanos, a conciertos, ruedas de prensa y entrevistas. "Diomedes siempre dijo que él iba a ser 'El Gran Martín Elías' y que iba a dejar un legado en la música vallenata, lo tenía en sus genes. Por eso, Martín siempre trató de rendirle, hasta el útimo concierto, un homenaje a su padre, quien lo motivó a ser cantante", recordó Óscar Calderón, exmanager de Rafael Santos, hijo mayor de El Cacique. (Le puede interesar: Martín Elías recibe disco de platino por "Homenaje a los grandes del vallenato vol. 2")
El primero de los Díaz Acosta que se dio a conocer en la música fue Rafael Santos. "Martín siempre admiró a su hermano y lo respetaba, porque tras el divorcio de sus padres, Rafael quedó al mando. Ellos tenía una relación muy bonita y con mucha confianza. 'Tin',como era llamado en su familia, le decía a Rafael papá, y él lo trataba como su hijo. Se apoyaban en cada paso que daban en sus carreras profesionales", añadió Calderón.
La primera vez que se subió oficialmente a cantar en una tarima, fue cuando tenía seis años, en un concierto de su padre en Valledupar. Desde ese momento dedicó su vida a la música y dejó el fútbol como un pasatiempo. Desde los 11 años comenzó a hacer parte del grupo "La Familia de Diomedes", que era dirigido por su tío Elver Díaz. Allí grabó sus primeros sencillos, sin embargo, el objetivo de él era seguir con el legado de su padre y por eso decidió emprender su rumbo como solista. (Vea: La última entrevista a Martín Elías en El Espectador)
En 2007, cuando tenía 16 años, se unió al acordeonero Rolando Ochoa y empezó a escribir su historia en el vallenato de Colombia. Al principio fue difícil porque lo comparaban con su padre, pero él le impuso un sello especial su música y logró dejar un legado. "Es una responsabilidad muy grande llevar este apellido, porque es difícil mantener ese legado, pero a la vez es importante. No deja de haber personas que critican, pero a esas cosas hay que darles manejo", relató hace un par de años el cantante a este diario.
La carrera musical de Martín Elías comenzó a crecer como la espuma. Luego de separarse de Ochoa, decidió unirse a Juancho De La Espriella, con quien consiguipo su auge musical. Junto a De la Espriella grabaron dos de sus emblemáticos discos: el Boom del Momento y la Historia Continúa. (Puede leer: Colegas, amigos y seguidores lamentan la muerte de Martín Elías)
El momento más duro de la vida de Martín Elías fue el 22 de diciembre de 2013. El joven estaba en un concierto, cuando su acordeonero, De La Espriella, le susurró al oído que su padre había fallecido. Él decidió parar el concierto e irse a reunir con su familia para afrontar esta terrible situación.
A partir de ahí, Martín Elías decidió que en cada concierto iba a homenajear a su padre e incluyó en su repertorio canciones de él. Incluso, en sus conciertos, de manera jocosa, recordaba las frases más emblemáticas de Diomedes, siendo la más recordada la de: "no señor, usted no me ve a mandar a mí a cantar. Yo aquí vengo a complacer a este pueblo. De aquí me voy a las cuatro o a las cinco".
La vida de este artista se apagó este viernes en la tarde tras un accidente automovilístico. Su legado siempre vivirá en los 'martinistas', así se hacían llamar sus seguidores, y los amantes del vallenato.
"Por más de que tuvo una vida profesional corta, Martín pudo cumplir el sueño que se propuso de niño: seguir con el legado de su padre y dejar una huella en la música. Estoy seguro que a él siempre lo van a recordar en la nueva ola del vallenato", concuyó Calderón en entrevista con El Espectador.
El 18 de junio de 1990 nació en Valledupar el cuarto hijo del legendario cantante vallenato Diomedes Díaz y su exesposa Patricia Acosta: el Gran Martín Elías. En el momento en que su padre lo vio dijo que se iba a llamar así en honor a su tío, el acordeonero Martín Elías Maestre, y replicó que sería grande como este. Y no se equivocó. (Puede leer: “Quiero ser un grande del vallenato”: Martín Elías)
En las calles de la capital del vallenato se crió Martín Elías con la ilusión de seguir el legado de su padre, a pesar de que el fútbol lo desvelaba. "Uff, me gustaba mucho, no sabía si iba a ser futbolista, estuve en varias escuelas en Valledupar y recuerdo que jugaba de delantero. Pero la verdad, lo mío desde pequeñito fue la música", afirmó en una entrevista para El Espectador hace un par de años el cantante. (Lea: Luto en el vallenato: Murió Martín Elías tras accidente de tránsito)
A pesar de que cargaba el peso de ser uno de los hijos de Diomedes Díaz, Martín se caracterizaba por ser muy humilde y sencillo. Desde muy pequeño acompañó a su padre, junto con sus tres hermanos, a conciertos, ruedas de prensa y entrevistas. "Diomedes siempre dijo que él iba a ser 'El Gran Martín Elías' y que iba a dejar un legado en la música vallenata, lo tenía en sus genes. Por eso, Martín siempre trató de rendirle, hasta el útimo concierto, un homenaje a su padre, quien lo motivó a ser cantante", recordó Óscar Calderón, exmanager de Rafael Santos, hijo mayor de El Cacique. (Le puede interesar: Martín Elías recibe disco de platino por "Homenaje a los grandes del vallenato vol. 2")
El primero de los Díaz Acosta que se dio a conocer en la música fue Rafael Santos. "Martín siempre admiró a su hermano y lo respetaba, porque tras el divorcio de sus padres, Rafael quedó al mando. Ellos tenía una relación muy bonita y con mucha confianza. 'Tin',como era llamado en su familia, le decía a Rafael papá, y él lo trataba como su hijo. Se apoyaban en cada paso que daban en sus carreras profesionales", añadió Calderón.
La primera vez que se subió oficialmente a cantar en una tarima, fue cuando tenía seis años, en un concierto de su padre en Valledupar. Desde ese momento dedicó su vida a la música y dejó el fútbol como un pasatiempo. Desde los 11 años comenzó a hacer parte del grupo "La Familia de Diomedes", que era dirigido por su tío Elver Díaz. Allí grabó sus primeros sencillos, sin embargo, el objetivo de él era seguir con el legado de su padre y por eso decidió emprender su rumbo como solista. (Vea: La última entrevista a Martín Elías en El Espectador)
En 2007, cuando tenía 16 años, se unió al acordeonero Rolando Ochoa y empezó a escribir su historia en el vallenato de Colombia. Al principio fue difícil porque lo comparaban con su padre, pero él le impuso un sello especial su música y logró dejar un legado. "Es una responsabilidad muy grande llevar este apellido, porque es difícil mantener ese legado, pero a la vez es importante. No deja de haber personas que critican, pero a esas cosas hay que darles manejo", relató hace un par de años el cantante a este diario.
La carrera musical de Martín Elías comenzó a crecer como la espuma. Luego de separarse de Ochoa, decidió unirse a Juancho De La Espriella, con quien consiguipo su auge musical. Junto a De la Espriella grabaron dos de sus emblemáticos discos: el Boom del Momento y la Historia Continúa. (Puede leer: Colegas, amigos y seguidores lamentan la muerte de Martín Elías)
El momento más duro de la vida de Martín Elías fue el 22 de diciembre de 2013. El joven estaba en un concierto, cuando su acordeonero, De La Espriella, le susurró al oído que su padre había fallecido. Él decidió parar el concierto e irse a reunir con su familia para afrontar esta terrible situación.
A partir de ahí, Martín Elías decidió que en cada concierto iba a homenajear a su padre e incluyó en su repertorio canciones de él. Incluso, en sus conciertos, de manera jocosa, recordaba las frases más emblemáticas de Diomedes, siendo la más recordada la de: "no señor, usted no me ve a mandar a mí a cantar. Yo aquí vengo a complacer a este pueblo. De aquí me voy a las cuatro o a las cinco".
La vida de este artista se apagó este viernes en la tarde tras un accidente automovilístico. Su legado siempre vivirá en los 'martinistas', así se hacían llamar sus seguidores, y los amantes del vallenato.
"Por más de que tuvo una vida profesional corta, Martín pudo cumplir el sueño que se propuso de niño: seguir con el legado de su padre y dejar una huella en la música. Estoy seguro que a él siempre lo van a recordar en la nueva ola del vallenato", concuyó Calderón en entrevista con El Espectador.