Mirella Cesa canta “una linda despedida”
En medio de una catarsis, la artista ecuatoriana les habla a los adioses desde la gratitud al mejor ritmo de su estilo andipop, resaltando las raíces y riquezas culturales de su país natal.
María Camila Gil Niebles
La palabra “despedida” parece tener una connotación triste y amarga. Pocos creerán que puede haber algo bello en ella. Pero si detrás de eso hay la posibilidad de liberar el alma y soltar, seguro habrá una linda despedida. Mirella Cesa ya tiene experiencia en cantarles a los adioses y ha encontrado la belleza dentro de la nostalgia. Hace unos meses, decidió comenzar y al tiempo cerrar el ciclo del dolor, la incertidumbre y aquellos temas, que quizás en otra ocasión no se hubiera atrevido a cantar. En este desnudo de su alma le habla a aquello que deja ir. Esta vez lo piensa desde el agradecimiento de poder tener otra oportunidad.
“¿Qué pasaría si esta es la última vez que tenemos de estar con esa persona? ¿Qué es lo qué haríamos? Por eso dice en el coro “sácame a bailar una última vez”. Sí bien ha habido cosas que han ido marchitando este querer, también quiero resaltar lo lindo que hemos vivido”, relata Mirella Cesa.
(Le recomendamos: “No se habla de Bruno” alcanzó el primer lugar en la lista Hot 100 de Billboard)
Para esta ecuatoriana, la letra de esta canción se ha convertido en un autorregalo, un mensaje para ella misma. “Por qué lo vas a hacer con dolor si te dejó tantas cosas bonitas y lindas. Un reto. No es fácil. Yo siempre intento escribir canciones que me dejen algo a mí, que todavía cuando las recuerde te hacen sonreír y dices: “Wow, fue especial ese beso, esa caricia, ese tipo de cosas que al final del día van a regresar a ti a través de la música”.
Quizá esta artista antes no se hubiera atrevido a mostrarse en una canción tan clara sobre lo que siente. Después de la cuarentena, sintió la necesidad de presentar su proyecto más maduro. Detenerse ante la vida agitada que la ha llevado a ser reconocida por Latinoamérica, en México, Panamá, Ecuador y ahora Colombia. Tras un proceso más consciente decidió emprender en sus letras y tomarse el tiempo para depurar aquello que quería sacar y mantener lo que realmente valía.
Desde muy joven, su propósito en la música era encontrarles ritmo a las letras. De ahí que comenzara a experimentar en los sonidos charangos e incluso se convirtió en la primera artista mujer en ganar el galardón de Los 40 Principales en España, representando a Ecuador en 2009, y la Gaviota de Plata en Viña del Mar, en 2018.
(Puede leer: Oriana Lucas: “Nunca me separaré de mi esencia musical”)
Ahora, en esta oportunidad, Linda despedida marca la evolución artística de Mirella Cesa. Por primera vez, decidió involucrarse en la producción junto a Joshua Abudeye, con quien también creó la música y tiene las raíces sonoras características de su país, a través de los cununos, las quenas, las zampoñas, el requinto y el charango, instrumentos representativos de la zona andina, que a su vez se mezclan con los beats del pop, el poder de la música electrónica y el color de los sintetizadores.
Cesa buscaba fusionar la estética con el alma sonora de su música. La ecuatoriana desarrolló el guion del videoclip, dirigido por David Mancilla y producido por los hermanos Génesis y Luis Castillo. Los elementos e instrumentos autóctonos del Ecuador, a su vez, resaltaron la libertad de la mujer que se deja seducir por la danza y las melodías del andipop.
“En ese aspecto, ha sido algo que ha fluido totalmente. Porque mientras yo estaba componiendo la canción tenía imágenes de lo que quería proyectar en el video. Es más, los productores que me acompañaron me dijeron que ya entendían la razón del porqué quería hacer un determinado corte en cierta parte de la canción. Yo lo que hice fue hacer tomas alusivas a lo que es el video de Linda despedida”, comenta.
Luego de este tema, Cesa ha seguido lanzando más sencillos como El tesoro, un sencillo que habla de las cosas existenciales de la vida. Pero su inspiración no solo nace del amor hacia otra persona, pues sus letras también aluden su tierra natal; por ejemplo en Mi puerto, dedicada a Guayaquil. “Creo que también es importante hablar de ese sentir. Hay cosas que son esenciales y están todos los días, pero de las cuales no somos conscientes. Tenemos esa fijación por enfocarnos en otras cosas, distraernos del color del día con el trabajo, olvidamos detenernos y hay que parar, tocar el pecho y sentir que está latiendo este corazón”.
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Si se le pregunta qué ha cambiado en ella a través de los años, la respuesta es que sigue siendo la misma, quizá con un poco más de madurez para enfrentar lo que es y representarlo con fuerza. Como parte de su trabajo en una carrera independiente, sigue escalando como hormiguita. Puede darse el lujo de decir que tiene un equipo, una familia y amigos en cada uno de los países donde ha viajado con su música, una melodía que espera siga sonando en más rincones del mundo, así como en Colombia, donde apenas está pisando el terreno. Espera que de cada escenario pueda seguir teniendo una linda despedida.
La palabra “despedida” parece tener una connotación triste y amarga. Pocos creerán que puede haber algo bello en ella. Pero si detrás de eso hay la posibilidad de liberar el alma y soltar, seguro habrá una linda despedida. Mirella Cesa ya tiene experiencia en cantarles a los adioses y ha encontrado la belleza dentro de la nostalgia. Hace unos meses, decidió comenzar y al tiempo cerrar el ciclo del dolor, la incertidumbre y aquellos temas, que quizás en otra ocasión no se hubiera atrevido a cantar. En este desnudo de su alma le habla a aquello que deja ir. Esta vez lo piensa desde el agradecimiento de poder tener otra oportunidad.
“¿Qué pasaría si esta es la última vez que tenemos de estar con esa persona? ¿Qué es lo qué haríamos? Por eso dice en el coro “sácame a bailar una última vez”. Sí bien ha habido cosas que han ido marchitando este querer, también quiero resaltar lo lindo que hemos vivido”, relata Mirella Cesa.
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Para esta ecuatoriana, la letra de esta canción se ha convertido en un autorregalo, un mensaje para ella misma. “Por qué lo vas a hacer con dolor si te dejó tantas cosas bonitas y lindas. Un reto. No es fácil. Yo siempre intento escribir canciones que me dejen algo a mí, que todavía cuando las recuerde te hacen sonreír y dices: “Wow, fue especial ese beso, esa caricia, ese tipo de cosas que al final del día van a regresar a ti a través de la música”.
Quizá esta artista antes no se hubiera atrevido a mostrarse en una canción tan clara sobre lo que siente. Después de la cuarentena, sintió la necesidad de presentar su proyecto más maduro. Detenerse ante la vida agitada que la ha llevado a ser reconocida por Latinoamérica, en México, Panamá, Ecuador y ahora Colombia. Tras un proceso más consciente decidió emprender en sus letras y tomarse el tiempo para depurar aquello que quería sacar y mantener lo que realmente valía.
Desde muy joven, su propósito en la música era encontrarles ritmo a las letras. De ahí que comenzara a experimentar en los sonidos charangos e incluso se convirtió en la primera artista mujer en ganar el galardón de Los 40 Principales en España, representando a Ecuador en 2009, y la Gaviota de Plata en Viña del Mar, en 2018.
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Ahora, en esta oportunidad, Linda despedida marca la evolución artística de Mirella Cesa. Por primera vez, decidió involucrarse en la producción junto a Joshua Abudeye, con quien también creó la música y tiene las raíces sonoras características de su país, a través de los cununos, las quenas, las zampoñas, el requinto y el charango, instrumentos representativos de la zona andina, que a su vez se mezclan con los beats del pop, el poder de la música electrónica y el color de los sintetizadores.
Cesa buscaba fusionar la estética con el alma sonora de su música. La ecuatoriana desarrolló el guion del videoclip, dirigido por David Mancilla y producido por los hermanos Génesis y Luis Castillo. Los elementos e instrumentos autóctonos del Ecuador, a su vez, resaltaron la libertad de la mujer que se deja seducir por la danza y las melodías del andipop.
“En ese aspecto, ha sido algo que ha fluido totalmente. Porque mientras yo estaba componiendo la canción tenía imágenes de lo que quería proyectar en el video. Es más, los productores que me acompañaron me dijeron que ya entendían la razón del porqué quería hacer un determinado corte en cierta parte de la canción. Yo lo que hice fue hacer tomas alusivas a lo que es el video de Linda despedida”, comenta.
Luego de este tema, Cesa ha seguido lanzando más sencillos como El tesoro, un sencillo que habla de las cosas existenciales de la vida. Pero su inspiración no solo nace del amor hacia otra persona, pues sus letras también aluden su tierra natal; por ejemplo en Mi puerto, dedicada a Guayaquil. “Creo que también es importante hablar de ese sentir. Hay cosas que son esenciales y están todos los días, pero de las cuales no somos conscientes. Tenemos esa fijación por enfocarnos en otras cosas, distraernos del color del día con el trabajo, olvidamos detenernos y hay que parar, tocar el pecho y sentir que está latiendo este corazón”.
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Si se le pregunta qué ha cambiado en ella a través de los años, la respuesta es que sigue siendo la misma, quizá con un poco más de madurez para enfrentar lo que es y representarlo con fuerza. Como parte de su trabajo en una carrera independiente, sigue escalando como hormiguita. Puede darse el lujo de decir que tiene un equipo, una familia y amigos en cada uno de los países donde ha viajado con su música, una melodía que espera siga sonando en más rincones del mundo, así como en Colombia, donde apenas está pisando el terreno. Espera que de cada escenario pueda seguir teniendo una linda despedida.