Mirella Cesa: la otra dimensión del sonido andino
La artista ecuatoriana, considerada la “madre del andipop”, celebra 15 años de carrera musical con la publicación de su álbum “La Quinceañera”.
Sarah Valentina Gutiérrez Manrique
¿Cómo sonaría la música andina, la del charango y la flauta de pan, junto a los sintetizadores característicos del pop? Mirella Cesa le ha apostado a construir esta identidad desde 2007, cuando empezó su carrera musical.
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Ella tenía 18 años cuando publicó su primer álbum homónimo, de la mano del productor Rudy Pérez; así, se embarcó en el camino de empezar a descubrir su identidad como persona y artista. Ante la pregunta del productor sobre cómo desearía sonar, Mirella Cesa responde que desea ser auténtica. “Él me pregunta: ‘¿Y cómo eres tú?’. Ahí me quedé fría, y se vienen todos los recuerdos, de lo que escuchaba en la casa de mis abuelos los domingos, de ver a mi mamá con las batas bordadas del mercado artesanal de Otavalo, y mezclar este mundo de mi identidad y mi voz en un contexto popular. Sí, que suene en las discotecas, sí, que suene la balada melancólica en la radio, pero que cuando alguien la escuche diga: ‘Esto es Ecuador, esto es Mirella’”, señala la artista.
Partiendo de esa idea, sentaron las bases para empezar a construir su carrera musical, que, siendo común que una joven artista se aleje del folclor presente en sus raíces, al final del día, estos ritmos hacen parte de quién es ella y de su autenticidad.
Mirella, conocida por sus allegados como la Niña Vieja, ha grabado seis álbumes de estudio: Mirella Cesa (2006), Déjate llevar (2010), Deseo concedido (2013), La buena fortuna (2016), Arcoíris (2018) La quinceañera (2022) y que en palabras de la artista, “llevó la fusión a otro plano”, y les dio más protagonismo a los instrumentos andinos, que no estuvieran ahí solo por estar, sino porque “así lo estaba sintiendo yo cuando lo componía”.
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Siguiendo con la línea de impartir y dar visibilidad a la cultura latinoamericana, Mirella Cesa decidió llamar a este álbum La quinceañera, como celebración de sus quince años de carrera musical y aludiendo a esta tradición cultural latina, donde a cada jovencita al cumplir esta edad le celebran su paso de niña a mujer.
La Niña Vieja recuerda con nostalgia esta celebración, pues, si bien tenía organizada junto a su familia una fiesta popular, no se realizó a causa de un accidente que tuvo el padre, de quien ese entonces era su pareja. Visitaron varias localidades de Guayaquil, compartiendo los regalos con la comunidad y, desde ahí, la cantautora sentía que “no había cerrado ese ciclo”.
“Son como mis 15 años, tengo que celebrarlos (…) este episodio me hizo crecer y madurar rápidamente, quedó en mi inconsciente y necesitaba cerrar ese ciclo de mi quinceañera, y siento que con este disco dejé de lado ese cariño y el recuerdo de Mirella ‘niña’ en la música, todos los recuerdos y experiencias quedan ahí, y ahora llega una Mirella con la sonoridad con la que siempre he soñado y que está impresa en este disco; lo que viene de aquí para adelante es mi madurez musical”, señaló la “madre del andipop”.
La quinceañera contiene doce canciones en las que compila la evolución de su sonido, identificado por los sonidos andinos compuestas por Mirella Cesa. La producción del álbum estuvo a cargo de Joshua Budelle, Marcel Ferrer, Adrián Morales de Mori y Larry Coll, con quién escribieron juntos Lo que fue, que se espera sea el tercer y último sencillo del disco.
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“Lo lindo de esto es que con todas estas personas tengo una relación de muchos años. Para mí, escribir un álbum es algo tan personal, que ellos me han permitido involucrarme en la producción en algunos temas donde sugerí cambiar algunas cosas”, comenta la artista ecuatoriana.
Cuando se trató de escribir los sencillos “Dejarme querer” y “Solo para mí”, Mirella Cesa tenía claro qué quería transmitir: un mensaje de amor propio. Por eso, estos temas se encuentran conectados contando una sola historia que se une por los sonidos electrónicos y la musicalidad andina.
Continuando con el camino de seguir creciendo y evolucionando en sus composiciones, la cantautora trabaja en su próximo sencillo, Incertidumbre, una canción que abarca la problemática del maltrato a la mujer y será parte de un nuevo disco. “La quinceañera es un álbum romántico, pero siento que este que viene tendrá una mayor carga social”.
¿Cómo sonaría la música andina, la del charango y la flauta de pan, junto a los sintetizadores característicos del pop? Mirella Cesa le ha apostado a construir esta identidad desde 2007, cuando empezó su carrera musical.
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Ella tenía 18 años cuando publicó su primer álbum homónimo, de la mano del productor Rudy Pérez; así, se embarcó en el camino de empezar a descubrir su identidad como persona y artista. Ante la pregunta del productor sobre cómo desearía sonar, Mirella Cesa responde que desea ser auténtica. “Él me pregunta: ‘¿Y cómo eres tú?’. Ahí me quedé fría, y se vienen todos los recuerdos, de lo que escuchaba en la casa de mis abuelos los domingos, de ver a mi mamá con las batas bordadas del mercado artesanal de Otavalo, y mezclar este mundo de mi identidad y mi voz en un contexto popular. Sí, que suene en las discotecas, sí, que suene la balada melancólica en la radio, pero que cuando alguien la escuche diga: ‘Esto es Ecuador, esto es Mirella’”, señala la artista.
Partiendo de esa idea, sentaron las bases para empezar a construir su carrera musical, que, siendo común que una joven artista se aleje del folclor presente en sus raíces, al final del día, estos ritmos hacen parte de quién es ella y de su autenticidad.
Mirella, conocida por sus allegados como la Niña Vieja, ha grabado seis álbumes de estudio: Mirella Cesa (2006), Déjate llevar (2010), Deseo concedido (2013), La buena fortuna (2016), Arcoíris (2018) La quinceañera (2022) y que en palabras de la artista, “llevó la fusión a otro plano”, y les dio más protagonismo a los instrumentos andinos, que no estuvieran ahí solo por estar, sino porque “así lo estaba sintiendo yo cuando lo componía”.
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La Niña Vieja recuerda con nostalgia esta celebración, pues, si bien tenía organizada junto a su familia una fiesta popular, no se realizó a causa de un accidente que tuvo el padre, de quien ese entonces era su pareja. Visitaron varias localidades de Guayaquil, compartiendo los regalos con la comunidad y, desde ahí, la cantautora sentía que “no había cerrado ese ciclo”.
“Son como mis 15 años, tengo que celebrarlos (…) este episodio me hizo crecer y madurar rápidamente, quedó en mi inconsciente y necesitaba cerrar ese ciclo de mi quinceañera, y siento que con este disco dejé de lado ese cariño y el recuerdo de Mirella ‘niña’ en la música, todos los recuerdos y experiencias quedan ahí, y ahora llega una Mirella con la sonoridad con la que siempre he soñado y que está impresa en este disco; lo que viene de aquí para adelante es mi madurez musical”, señaló la “madre del andipop”.
La quinceañera contiene doce canciones en las que compila la evolución de su sonido, identificado por los sonidos andinos compuestas por Mirella Cesa. La producción del álbum estuvo a cargo de Joshua Budelle, Marcel Ferrer, Adrián Morales de Mori y Larry Coll, con quién escribieron juntos Lo que fue, que se espera sea el tercer y último sencillo del disco.
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Cuando se trató de escribir los sencillos “Dejarme querer” y “Solo para mí”, Mirella Cesa tenía claro qué quería transmitir: un mensaje de amor propio. Por eso, estos temas se encuentran conectados contando una sola historia que se une por los sonidos electrónicos y la musicalidad andina.
Continuando con el camino de seguir creciendo y evolucionando en sus composiciones, la cantautora trabaja en su próximo sencillo, Incertidumbre, una canción que abarca la problemática del maltrato a la mujer y será parte de un nuevo disco. “La quinceañera es un álbum romántico, pero siento que este que viene tendrá una mayor carga social”.